La mayoría estamos presentes en las redes sociales: que si una cuenta de Twitter, que si un perfil de Facebook, que si una página de Google+, que si una cuenta en LinkedIn… seguro que a muchos os cuesta hacer la lista completa de vuestra presencia en redes sociales, y es normal.
El asunto es que las redes sociales están cada vez más metidas en nuestras vidas, cada vez tienen más presencia en las calles que pisamos y en los locales que visitamos. E incluso las redes sociales están metidas de lleno en los juzgados, porque lo que hagas en ellas puede tener consecuencias ante un juez y un jurado.
Borrar el Facebook puede ‘destruir pruebas’
Nos enteramos a través de Shawn Tuma, abogado con reputación en seguridad informática, de que en EEUU se ha denunciado a un demandante por ‘no mantener su cuenta de Facebook’. Este demandante reclamó que un accidente causado en su trabajo le había impedido realizar ciertas actividades como caminar, y el equipo defensor pidió información de las redes sociales del demandante.
El demandado dio esa información pero se dejó su cuenta de Facebook, y la defensa se enzarzó en una batalla por obtener esta información. La justicia ordenó al demandante que diera la información de Facebook solicitada por la defensa, pero para entonces era demasiado tarde: el demandante había borrado ‘por error’ su cuenta de Facebook, y la batalla entre los abogados hizo que los 14 días de margen entre desactivación y borrado pasasen sin pena ni gloria.
Ahora los demandados reclaman que el demandante ha destruido pruebas, y el juez les ha dado la razón: independientemente del contenido que tuviesen las publicaciones, el demandante ha destruido posibles pruebas relativas al caso. La defensa presentó supuestas pruebas en forma de fotografías y comentarios extraídos de su cuenta de Facebook que contradicen la versión del demandante, pero si no hay cuenta de Facebook, se acabaron las pruebas. Borrar el Facebook puede ser un problema para ti si tu los tienes contra la ley.
No es la primera vez que se intenta desacreditar la versión de acusado o defensor, o verificarla, a través de las redes sociales, pero sí se trata de la primera vez en la que el afectado trata de deshacerse -supuestamente- de esas pruebas y se come con patatas su acción. En este caso el jurado ha considerado que no se ha perdido nada, por lo que han establecido una sanción sin impacto económico.
También nos sirve como recordatorio de que las redes sociales son una extensión de nuestras vidas, y también pueden ser utilizadas en nuestra contra. La línea de la privacidad la dibujamos nosotros, y no meter la pata está en nuestras manos, como ya analizamos en una artículo.
Meter la pata en alguna red social siempre es fácil, pero somos nosotros los responsables de no hacerlo: la línea de la privacidad la dibujamos nosotros.
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