Noticia 'Assassin's Creed IV: Black Flag': análisis

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Menuda sorpresa nos llevamos el pasado viernes, 25 de octubre. Las tiendas empezaron a vender ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ en consolas, y eso que su fecha oficial estaba fijada, como nos había dicho Ubisoft varias veces, para el 31 de octubre. Lo curioso es que finalmente se ha movido al 29 de este mes. O sea, este martes. Hoy llega a las tiendas oficialmente ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’.

Llega, por lo tanto, el momento de analizarlo como se merece, porque estamos no solamente ante uno de los lanzamientos de la semana, sino del mes e incluso del año. Que por algo llevamos media docena de entregas de ‘Assassin’s Creed’. La duda es, ¿habrán estado a la altura estos piratas?


Antes de nada debo decir que no soy un ferviente seguidor de la saga. A falta de una entrega, dispongo de toda la colección, y no me ha enganchado su mecánica. En parte por culpa del primero de todos, que me gustó más por su ambientación que por todo lo demás, resultándome un producto que se hacía muy pesado a la larga. Las demás entregas no consiguieron atraparme, hasta que Ubisoft Montreal decidió adentrarse en el mundo de los piratas, con esas islas caribeñas tan seductoras y esos combates navales a gran escala. Consiguió que me volviese a interesar por un ‘Assassin’s Creed’, en definitiva, convirtiéndose en uno de los títulos más esperados.

Quisiera ser pirata, no por el oro ni por la plata, sino por ese tesoro que tienes entre las patas


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La sensación inicial tras adentrarnos en el Cabo de Buenavista, donde arranca la historia, y consultar después el mapa del Caribe de 1715, es sobrecogedora. El convertirnos en piratas y poder explorar cualquier isla a placer, con una libertad casi total gracias a nuestro barco, no tiene precio.

Aunque es una sensación que se va diluyendo tan pronto nos damos cuenta de que no todas las islas tienen el mismo tamaño, hay partes del mapa a las que simplemente no podremos acceder (son todo fachada, con acantilados y vegetación), y que no podremos explorar el fondo marino a placer, tan solo los pecios hundidos. Pero aun con todo, ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ es una de las mejores experiencias sobre los piratas y todo lo que les rodea. Es casi como ser partícipes de una película de Piratas del Caribe. Aunque sin la gracia del camaleónico Johnny Depp.

Pero empecemos por el principio. Estamos en pleno siglo XVIII, en el idílico, a priori, Caribe. Nada más lejos de la realidad. Pronto seremos testigos de la pobreza y enfermedad de Nasáu, la corrupción y avaricia de La Habana, con españoles e ingleses dominando las aguas. Y nosotros, bajo Edward Kenway, liderando a los piratas en forma de Assassin. Un cóctel explosivo que muestra su mejor cara con la exploración y la navegación, más que por la mecánica de sus misiones.

El Caribe según ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’


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A pesar de haber reservado su edición para consolas de nueva generación, con esto de haber salido con una semana de antelación en PS3 y Xbox 360 no pude evitar agenciármelo, y para mi sorpresa ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ luce de maravilla. No es sorpresa, en cualquier caso, si tomamos como referencia los anteriores capítulos. Pero no esperaba que luciese tan bien tras ver vídeos de PC, PS4 y Xbox One. El nivel de detalle, claro está, no es el mismo, lo que no quita que haya momentos en los que nos quedemos embobados con el paisaje, con las inclemencias del tiempo, como lluvias intensas, tormentas, huracanes, u olas de gran altura, y otro tipo de detalles.

También es digna de mención la variedad de escenarios que presenciaremos, con ciudades en algunos casos pobladas, como La Habana, Kingston o Nasáu, mostrando diferencias sociales importantes, pequeñas islas con lo esencial, cuevas escondidas en las zonas más recónditas del Caribe, templos mayas con suculentos tesoros, fuertes altamente defendidos situados en puntos clave, o pecios hundidos a los que accederemos únicamente tras comprar la mejora de la campana de buceo de nuestro barco Jackdaw. La pena es que dicha variedad no se extienda a las partes del mapa a las que no podremos acceder de ninguna manera, con esos acantilados y vegetación clónicos.

Por extensión estamos ante el ‘Assassin’s Creed’ más completo, con once zonas marítimas diferenciadas según su dificultad. Tortugas Secas (donde están Cabo de Buenavista y La Habana, entre otras) y Gibara, por ejemplo, están catalogadas como fáciles, mientras que Chinchorro y Serranilla son difíciles, quedando entre medias Contoy (donde está el templo Tulum) o Punta Guarico, por citar tan solo un par. Es curioso, porque cada una de estas zonas está controlada por un fuerte, y si lo asediamos y nos hacemos con su control, aparte de desbloquear una capitanía de puerto para mejorar nuestro Jackdaw, actuará como atalaya marítima, revelando todos los puntos de interés. Puntos que, por otro lado, podremos descubrir navegando por el mapa.

¡Abordar el barco! Dijo, Kenway. Y el barco quedó precioso


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Queda bastante claro, por lo tanto, que la navegación es importantísima en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’. Edward Kenway no es el único protagonista de esta historia ideada por Ubisoft Montreal, sino también nuestro barco Jackdaw. Será vital conocerlo a fondo, dominarlo y mejorarlo, porque lo usaremos en todos los desplazamientos por el Caribe y en buena parte de las misiones.

El uso del catalejo también será esencial, porque nos desvelará información sobre cada barco, desde su nombre y a quién pertenece, a los recursos que lleva en su interior. Y lo más importante, su nivel. De ese modo sabremos si conviene enfrentarnos al enemigo o no. Aunque en mi caso al principio fui a lo loco, sintiéndome especialmente orgulloso de hundir un barco de nivel 23 cuando yo todavía era novato. ¿Cómo fue posible? Gracias al uso del recién estrenado mortero. Gran inversión.

Hay múltiples aspectos a tener en cuenta de nuestro barco Jackdaw. Los más importantes son las armas y la protección. Por el vasto océano nos encontraremos con incontables cañoneras, goletas, bergantines, fragatas o navíos de guerra, y a veces no nos quedará más remedio que lidiar con ellos, bien sea porque la misión lo requiere, porque cargan en su interior con bienes preciados que necesitamos para mejorar nuestro navío, o porque estamos en una zona vigilada. Habrá que estar preparados, y si no contamos con un casco lo suficientemente resistente, o un buen número de cañones de andanadas, con esos morteros de apoyo, no aguantaremos mucho tiempo a flote. Incluso a veces será inevitable caer si nos superan en número y no calculamos bien nuestra jugada. Y ya no digamos si tenemos la osadía de enfrentarnos a uno de los cuatro superbarcos… Muerte segura.

No hay que confiarse. Jamás. El mar nunca perdona. Ya podemos tener todo de cara contra tres barcos, que igual se interpone el viento, o algo peor, como una tormenta, que puede chafar nuestra jugada, complicándola en exceso. Desde aquí maldigo a los huracanes. Por puñeteros. Os odio.

De ahí que toda precaución sea poca, centrando buena parte de nuestros esfuerzos en conseguir el mayor número de materiales y reales (moneda del juego) para mejorar nuestra “segunda casa”. Serán necesarios metales, telas y maderas, quedando relegados el azúcar y el ron para darnos más dinero solamente. Al principio estaremos supeditados a la historia, pero más adelante no habrá barrera alguna. Si tenemos reales, metales, telas y maderas, podremos mejorar cualquier parte del Jackdaw. ¿Y cómo se consiguen? Pues o bien abordando barcos (si los hundimos y cogemos el material conseguiremos tan solo la mitad), o bien robando almacenes en diversas islas. También habrá materiales sueltos, en pequeñísimas cantidades, por el mar, que podremos recoger desde nuestro barco, igual que los tripulantes. Pero eso nos llevaría más tiempo, con lo que no es rentable.

Navegar con el Jackdaw en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ es un placer


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Con el Jackdaw de ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ me he sentido un poco como con el Mascarón Rojo de ‘The Legend of Zelda: The Wind Waker’. Navegar es un placer. El no saber qué nos deparará cada punto de interés del mapa del Caribe o los peligros que afrontaremos hasta llegar ahí. Contaremos con distintas velocidades, siendo la de trayecto la más rápida de todas y la que mejor panorámica nos mostrará, aunque con ella no podremos atacar y no siempre estará disponible.

El que no disfrute con la navegación (tal vez no sea éste su juego) se alegrará al saber que con cada atalaya y/o isla que descubramos podremos desplazarnos al instante a ella (previa carga). Pero sólo cuando no estamos perseguidos o atacados por el enemigo, como es lógico. Y se agradece. Porque a veces, por mucho que nos guste navegar, tendremos que ir de punta a punta, y no es plan de jugarnos la vida y el tiempo así como así, que ‘Black Flag’ no es una aventura corta, precisamente.

La trama se desarrolla en dos épocas distintas (el Caribe de 1715 y la “actualidad” en las oficinas de Abstergo), recayendo todo el peso en el Caribe, con Edward Kenway, y las revelaciones importantes de la trama en la actualidad, viéndonos en la tesitura de hackear a nuestros compañeros (en algunos casos con minijuegos a lo ‘Frogger’) para sacar todo tipo de información sobre la saga.

Pero volviendo al Jackdaw y la navegación, podremos desde cazar (desde un bote preparado con su arpón) animales marítimos como varios tipos de tiburones y ballenas, con un sistema efectivo a la par que espectacular, hasta abordar barcos o asediar fuertes. Gustándome especialmente esto último, ya que serán por lo general todo un reto. Excepto tras destruir todas sus defensas, ya que será un paseo después entrar y eliminar a los enemigos que los custodian. De hecho casi cualquier combate sobre tierra. Se mantiene el mal endémico en la saga de que los enemigos nos atacan por turnos, al contrario de lo que sucede en la saga ‘Batman Arkham’. No nos será difícil darles matarile con nuestras espadas, atacando sin cesar, contraatacando, o desarmándolos para después rematarlos. Se mantienen las hojas ocultas, ideales para el combate entre las sombras, y para más inri, aumentando esa sensación de escasa dificultad, contaremos con distintas herramientas que nos ayudarán en combate, como las bombas de humo (tras lanzarlas podremos huir o eliminar sigilosamente al enemigo), o dardos de distintos tipos, como narcóticos y enloquecedores. Estos últimos son venenosos, por cierto, y provocarán en el enemigo un estado de locura para arremeter contra todo lo que se le ponga por delante. Esto hace que cualquier abordaje sea asequible independientemente de nuestra tripulación. En especial cuando tengamos a tono a Kenway.

Cazando animales para mejorar y sobrevivir


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Con esto que decimos sobre Edward nos referimos al apartado de desarrollo, desde donde mejoraremos su salud, aumentaremos su munición, crearemos dardos y atuendos, ya que serán necesarias distintas pieles de animales. Por lo tanto cazar será también un aspecto vital en ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’. Los animales marinos tan solo los podremos cazar por medio del bote del Jackdaw, mientras que el resto, como ciervos, ocelotes, cocodrilos y demás, con nuestra pistola (el método más efectivo) o con nuestras hojas ocultas, por ejemplo. Lo bueno es que aparte de la piel nos llevaremos un hueso por cada caza, y cada hueso nos sirve para crear más dardos.

Si somos impacientes podremos comprar en las distintas tiendas del Caribe pieles de cada animal, aunque nos saldrán muy caras. Y al igual que podemos comprar, podemos vender. Que la piel de ballena blanca se cotiza muy, pero que muy bien (4.000 reales). Si nos dedicamos a cazar este cetáceo nos haremos de oro, por mal que le pese a la PETA. Un secreto: es sólo un juego.

Sensación de mayor variedad… con aspectos a pulir


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Se lo estaba comentando a mis compañeros a medida que pasaba las horas con ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’, no se me hacía tan pesado como en otras entregas. A ello ayudaba la (casi) libertad de exploración y los múltiples secretos que nos aguardan en el Caribe. Pero poco a poco le he ido encontrando aspectos a pulir, como esas misiones que nos obligan a seguir un objetivo sin que nos vea, escuchando una conversación a hurtadillas, para acabar, por lo general, matando a alguien. En lo personal aborrezco este tipo de misiones, y aquí volverán a abundar, para mi desgracia.

Si nos centramos en otras cosas, como en la búsqueda de tesoros, disfrutaremos mucho más, porque ahí es donde este trabajo de Ubisoft Montreal muestra su mejor cara. En lo ya comentado de la exploración y navegación. Desde los mapas del tesoro a la sencilla resolución de puzles de los mayas, nos tendrá muchas horas atrapados y a la vez se nos recompensará con desbloqueos para nuestro Jackdaw o atuentos de templario únicos. Y hablando de recompensas, donde falla un poco esta aventura de Edward Kenway es en los retos de Abstergo, ya que todas se centran en recompensas de retratos para el multijugador o trucos. Y eso que los retos en sí son bastante divertidos y variados, centrándose en todas las facetas de un pirata: asesino, explorador, luchador, cazador… Habrá casi de todo, gustándome en especial los de “hunde un barco con una embestida” y “mata a un ocelote con la hoja oculta”. En total habrá 100 retos de Abstergo, y no será muy difícil cumplirlos todos.

En cuanto al resto de misiones, habrá algunas temporales, como salvar a piratas aliados, o embestir a un soplón que nos quiere delatar, y otras secundarias centradas en eliminar un objetivo, tanto por tierra como por mar, sin olvidar las Cazas Templarias, con distintas misiones para cada objetivo.

En líneas generales pesan más los aspectos positivos de las misiones secundarias que ciertas mecánicas un poco pesadas inherentes a la saga, pero que impiden que ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ se convierta en un producto redondo. Tampoco ayudan los objetivos secundarios de las misiones principales, obligándonos (si queremos el 100% de sincronización) a realizar tareas que nos dificultarán la tarea de completarlas con éxito, frustrándonos en algunos casos, como embestir desde arriba a un objetivo, utilizar cierto número de veces una herramienta, evitar el enfrentamiento abierto, y cosas por el estilo. Suerte que podremos repetirlas sin problemas desde cualquier momento, una vez superadas, con lo que con paciencia se puede conseguir un 100% de sincronía de recuerdo.

Detalles a saber de ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’


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A la vista está de que ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ dista de la excelencia, aunque se le acerca. La temática pirata le sienta de maravilla, pero Ubisoft se excede con ciertas fórmulas, sin saber dosificarlas bien. Si nos centramos en la exploración y la navegación disfrutaremos como enanos de este trabajo de Ubisoft Montreal. De lo contrario habrá momentos que se nos hará pesado.

Como otros detalles a destacar habría que hacer mención especial a los piratas legendarios que aparecen en esta aventura, como el temible Barbanegra, entre otros, y el doblaje al español. Con una pequeña mancha en este apartado, ya que las salomas, esos cantos de marineros, no se han traducido, escuchando cómo nuestra tripulación las canta en perfecto inglés. Incomprensible.

En resumen, y a falta de probar el modo multijugador en profundidad, ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ me ha gustado mucho, pero no tanto como me esperaba. Aunque al menos ha conseguido que vuelva a resarcirme con la saga. Ojalá estos piratas no se queden en el olvido y vuelvan pronto.



Plataformas: PC, PS3, PS4, Wii U, Xbox 360 (versión analizada) y Xbox One
Desarrollador: Ubisoft Montreal
Compañía: Ubisoft
Lanzamiento: 29 de Octubre (PS3 y Xbox 360), 22 de noviembre (PC, Wii U y Xbox One), y 29 de noviembre (PS4)
Precio: 69,99 euros (en Amazon
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, por ejemplo, lo tienen por 54,72 euros)


Sitio oficial | Assassin’s Creed

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La noticia 'Assassin's Creed IV: Black Flag': análisis fue publicada originalmente en Vidaextra por Jarkendia.

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