El polo es un deporte que históricamente se ha encontrado vinculado a la realeza, ya que utilizar caballos como forma de pasatiempo era un privilegio solo al alcance de unos pocos. Sin embargo, como consecuencia del cada vez más popular uso del automóvil, surgió una variante del deporte que incorporaba cambios bastante significativos: coches en lugar de caballos.
Uno de los precursores de aquello fue Ralph "Pappy" Hankinson, quien también era encargado de un concesionario Ford en EEUU. Por lo tanto, el auto polo fue pensado como una forma de publicitar el Ford – T, uno de los primeros coches que se produjeron en cadena y popularizaron así el nuevo método de transporte entre la población.
No obstante, antes de que Ralph lo utilizase como técnica publicitaría ya existían evidencias sobre partidos de auto polo. Incluso surgieron clubs, como el Dedham Polo Club de Boston, que ya demostraron en 1902 la “viabilidad” de tal alocado deporte. Por ello, lo que empezó como una variante del polo iniciada en Estados Unidos terminó extendiéndose a Gran Bretaña e incluso a otras zonas de Europa.
Robert Sennecke/ullstein bild/Getty Images
Del mismo modo que ocurría con la modalidad tradicional, el objetivo era simple: colar una pelota en la portería rival. Pero a pesar de su aparente sencillez, era algo que podía resultar extremadamente difícil. Para el auto polo se crearon unas reglas específicas, aunque éstas varían en función de la fuente consultada. En principio, los coches no podían sobrepasar los 65 kilómetros por hora, aunque teniendo en cuenta lo reducido del espacio, aquella velocidad podría resultar igualmente peligrosa.
Fue precisamente la escasa seguridad del deporte lo que provocó que éste fuese descontinuado en 1956. Además de los destrozos materiales, a cada partido debían asistir médicos por los probables accidentes que sufrirían sus participantes.
Créditos: P. F. Jentile/Bips/Getty images
Continúar leyendo...