Las acciones de Nintendo caen un 18% al saberse que los beneficios generados por Pokémon GO serán limitados para la compañía.
Ya lo avisó Nintendo: el impacto de Pokémon GO en sus balances financieros iba a ser limitado. Lo que está siendo un éxito a nivel de usuarios, no lo es tanto a nivel económico. Y esto no está gustando a los accionistas de la creadora de Super Mario y compañía, por lo que sus acciones se han desplomado un 18% nada más abrir los mercados asiáticos.
Desde que Nintendo lanzase, país por país, su nuevo juego de realidad virtual basado en una de sus franquicias más rentables, los resultados de la compañía están en boca de todos. El milagro de Nintendo lo podríamos llamar. La euforia por hacerse con todos los pokémones se trasladó a una versión financiera: hacerse con la mayor cantidad de acciones disponibles para lograr un beneficio rápido y seguro. Resultado: Nintendo se disparó un 41% en Bolsa en apenas unas horas. Los años malos de la creadora de videojuegos se solucionaban en unos segundos y con un juego gratuito, pero de gran repercusión social.
Nintendo ya avisó en su informe de cuentas de abril que Pokémon GO tendría una repercusión muy limitada en términos financierosLo que no imaginaban los nuevos accionistas de la compañía es que el éxito de Pokémon GO iba a tener poca traducción en réditos. El pasado viernes, Nintendo lanzaba un comunicado en el que informaba precisamente de esta circunstancia. O mejor dicho, lo recordaba. Porque en sus previsiones previas al lanzamiento ya contaba con este hecho. Dicho texto confirma lo que ya se sabía: Niantic, la desarrolladora del videojuego, cuenta con un 32% de la marca por lo que los beneficios consolidados son limitados para ambas. A esto se le une, además, que el juego es gratuito y no quiere decir que los jugadores vayan a pagar por las opciones disponibles en la aplicación.
Ni las novedades presentadas en la Comic-Con de San Diego por parte de Nintendo y Niantic, en lo que al futuro de Pokémon GO se refiere, han podido salvar las acciones de la compañía. Porque si una cosa está clara es que los accionistas juegan en una liga muy diferente.
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