Por lo general, los shonen no están siempre enfocados en la tristeza o pocas veces te hacen llorar. Sin embargo, siempre hay excepciones, y una de las más destacadas es, sin duda alguna, One Piece. La serie de Eiichiro Oda tiene innumerables momentos de risa extrema, pero cuando se pone seria, pocas series le igualan.
Es por ello que, con motivo de la llegada del flashback de Kuma al anime, he querido recordar siete momentos en One Piece que me destrozaron por completo, pero también me demostraron que la serie es algo más que un viaje por los mares con piratas de por medio.
La muerte es cuando el mundo te olvida
El primer momento que me tocó la fibra en One Piece no fue con Nami y el arco de Arlong Park, sino unos cuantos episodios más adelante, concretamente en el arco de la Isla de Drum, lugar en el que salió a la luz uno de los flashbacks más emocionantes de toda la serie.
La historia de Hiriluk y Chopper me rompió por completo el corazón. Hasta ese momento no tenía ni idea del pasado del reno y, cuando leí toda la historia, no pude contener las lágrimas, sobre todo por el discurso de Hiriluk justo antes de morir:
El adiós del Going Merry
Aunque la muerte de Hiriluk fue mi punto de no retorno, creo que hablo en nombre de muchos al decir que su punto de no retorno para ver One Piece es este. Hasta el momento habíamos visto momentos increíbles en manos de los Sombrero de Paja, pero no fue hasta ahora cuando de verdad sientes que esta serie es tremendamente especial. ¿La razón? Llorar por un barco.
La "muerte" del Merry no fue una simple despedida, fue un tributo a un miembro más de la tripulación, un acompañante que no te das cuenta de su importancia hasta su partida, pero, sobre todo, alguien que vivió feliz gracias a sus compañeros de barco. Allá donde estés, espero que seas feliz, Merry.
Hasta siempre, Ace
El punto de inflexión, no solo de Luffy, sino de toda la serie: la muerte de Ace. Posiblemente el spoiler más grande y a la vez más conocido de toda la serie deja huella a todo el que lo ve, independientemente de que sepas lo que ocurre o no, porque no es su muerte lo que duele, sino todo lo que la rodea.
Hasta ese momento, Ace pensaba que su existencia era inútil, que todo lo que había hecho mientras vivía solo empeoraba las cosas, y que todo habría sido mejor si nunca hubiese nacido. Pero cuando llega su muerte, el joven pirata se da cuenta de lo importante que ha sido el mundo para él, el cariño que ha recibido de sus compañeros y los grandes momentos compartidos con sus hermanos. Es aquí, al borde de su muerte, cuando por fin le da las gracias a su gente por haberle querido.
Señor Pink
Durante el arco de Dressrosa conocimos al Señor Pink, un mafioso que tenía una apariencia ridícula, ya que se vestía con ropaje de bebé. Todo el mundo se reía de él por esto, hasta que Oda, en un movimiento inesperado, mostró su historia, y es ahí cuando todos lloramos y pedimos perdón a Pink.
Resulta que Pink se vestía de bebé para hacer feliz a su mujer, que estaba en estado vegetativo, pero lo único que le hacía sonreír era ver a su marido con apariencia de bebé. Así fue como el mangaka convirtió un chiste en una de las historias más duras de toda la serie.
Corazón y Law
Dressrosa no se quedó corta en flashbacks traumáticos, ya que, además del Señor Pink, conocimos la historia de Law, quien durante su infancia tuvo que escapar de su país por una enfermedad que lo iba matando poco a poco. Todo apuntaba a una muerte tarde o temprano, pero Corazón, el hermano de Doflamingo, encontró una solución y le salvó la vida.
A partir de aquí, esta pareja estrechó mucho más su relación, pero todo cambió cuando Doflamingo descubrió que Rosinante era en realidad un infiltrado de la Marina y lo mató, no sin antes dejarle a Law una manera de escapar de los piratas de Donquixote y, además, una última sonrisa con la que hacerle reír.
Episodio 1015, el culmen de One Piece
Recuerdo cuando un colega me dijo que este episodio era una locura y que tenía que verlo sí o sí. En redes, la gente estaba flipando y muchos lo posicionaban como el mejor episodio de un anime jamás hecho. Yo, con café en mano y con las expectativas bastante altas, comencé a verlo para saber si lo que decían era cierto.
Pues bien, 20 minutos después, estaba llorando a mares, no por tristeza, sino por emoción. Megumi Ishitani nos dejó un episodio que aún los fans recuerdan, porque no es un capítulo cualquiera: es una conmemoración a una serie que ha marcado a una generación, un viaje que sigue enamorando a la gente, y un mensaje clarísimo de que Luffy ya no es un pirata, sino una leyenda.
Kuma, el héroe
Pensaba que con el 1015 nada me podía emocionar más, pero Oda tenía una sorpresa guardada para las navidades de 2023: el pasado de Kuma. Hasta ese momento, el ex-shichibukai era un personaje que, si bien parecía importante, apenas conocíamos su trasfondo, hasta que Bonney llegó a Egghead.
Los capítulos del flashback, en general, son buenísimos, pero su último episodio es, para mí, demoledor. No pensaba que fuese a llorar tanto por un panel del manga, y Oda lo consiguió: ahí estaba yo, el día de Navidad, llorando como nunca con el panel final del capítulo 1102, donde Kuma, como última voluntad, felicita a Bonney por su cumpleaños. Otro nivel.
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La noticia One Piece es una aventura divertidísima pero estos siete momentos me hicieron llorar como una magdalena fue publicada originalmente en Vida Extra por Iván González .
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