La serie original de V marcó de por sí nuestra infancia. Hubo cosas que nos dieron mucha grima, pero aún así, estábamos muy enganchados. Y esto se notó en la gran cantidad de merchandising que salió a la venta. Estos son solo algunos ejemplos:
No hace falta ni darle al play al vídeo. Todos conocemos de sobra la escena en la que Diana, esa sexy visitante, se come una rata viva. Los efectos especiales son cutres, pero aún así, fue épica.
Eran los años 80, y la tele empezó a estar en cada casa del país. Y si nos ponían cosas como esas, acabábamos teniendo pesadillas.
En el vídeo se puede ver la comparación entre la serie antigua, y la del 2009. Es verdad que han mejorado los efectos especiales, y Anna, la hija de Diana, es mucho más guapa (aunque dependerá de los gustos), pero nos quedamos con la primera versión, que es mucho más impresionante.
Jugar a V en los recreos
Se puso de moda jugar a V en los patios de colegio. Todo el mundo quería ser el terrestre, e ir matando alienígenas por ahí, pero de vez en cuando, nos tocaba ser los visitantes. Algunos tenían la suerte de que sus padres les compraran alguna pistola de juguete, sin ningún parecido a la original, claro.
La mayoría, nos conformábamos con nuestras manos y hacer que teníamos una pistola.
Y si no, jugábamos al rescate, o a la fontera.
Y coleccionar las pegatinas
Si alguien se hizo de oro con el merchandising de V aquí en España, fue la revista Teleindiscreta. Sí, esa revista de la tele, donde teníamos en portada a Michael Knight o a Hannibal Smith. Todos héroes. Entonces decidieron lanzar pegatinas de V, a modo de cromos.
No iban con ningún álbum, y fueron unas cuantas semanas que teníamos que decirles a nuestros padres que compraran la revista. Al menos se ahorraban la mañana de rastro del ‘síle’ y el ‘nole’, porque no eran cromos tal cual.
Además, una de las cosas que más ilusión nos hacía eran los pósters de las páginas centrales. Incluso una vez había una pistola recortable. Grandiosos momentos en los que esos papeles nos hacían felices.
Porque también salieron gominolas, y nos las comíamos
Sí, en todo el mundo impactó la escena de la rata. Pero aquí todo el mundo quiso sacar tajada, y la mítica empresa Fiesta (sí, la de las piruletas de corazones, entre otras cosas), lanzó unos paquetes de caramelos con forma de rata.
Lo llamaron “comida para visitantes”. Y nos hacíamos los guays, imitando a Diana, mientras intentábamos tragar la gominola. Pero claro, luego no nos hacía gracia que nos tacharan de lagartos disfrazados.
Como se ve en la imagen, valían 10 pesetas. ¡Y eran de las caras! Ahora mataríamos por cosas a diez pesetas.
Y el polvo rojo fue la solución a nuestros problemas
El descubrimiento del polvo rojo para eliminar a los visitantes fue el remedio más eficaz de todos los tiempos. Se echaba un puñado, y tachán, el mal desaparecía.
Claro que nuestra imaginación volaba como nunca, y en clase también estábamos pensando en echarle un poco de polvo rojo al maestro de turno. Sobre todo cuando nos llamaban la atención.
Luego nos enzarzábamos en batallas eligiendo pistolas o polvo rojo.
Porque todos quisimos los juguetes de Donovan
Lo más extraño de todo el fenómeno fan de V, es que no salieron muchos juguetes relacionados con la serie. Nos encantó en los primeros episodios, cuando vemos a Sean Donovan jugar con la nave espacial y con las figuritas.
Y los quisimos desde el primer momento.
El problema fue que, como la serie duró bastante poco, ya que la emitieron todos los días, y no una vez a la semana, el efecto también se fue disipando, como llegó.
Aunque aún soñamos con los que son más chulos
De vez en cuando nos llegaban noticias de juguetes de otros países, y no podíamos dejar de sentir envidia. Esos juguetes eran de lo más chulo, como el de la imagen.
Se trata de un muñeco de visitante, que tenía la máscara humana, y que se le podía quitar. Y no solo eso, ¡tenía lengua bífida y se estiraba! Los niños de ahora, cuando ven estas cosas, dicen que son de lo más cutre, pero en nuestra época era lo más.
De hecho, yo sigo queriendo uno.
O con una máscara de lagarto
También en las tiendas de disfraces a partir de esos años, ganaron más dinero vendiendo máscaras de lagarto. Estaban empatados con el uniforme de la Resistencia. Pero aunque eran los años 80, había algunas que podían llegar a ser terroríficas.
Cutres, pero terroríficas. Y son aún la pesadilla de algún niño ya crecidito.
Los disfraces más sonados precisamente eran los personajes que sacaban en la Teleindiscreta: el disfraz de Michael Knight era fácil, pues sólo necesitabas la chupa de cuero y el pelo a lo afro. Y para el de Hannibal Smith, un puro. Y ya está. Con eso identificábamos al personaje.
Los lagartos nos invaden
A partir de estos años fue cuando empezaron las teorías de los reptinianos: ¿y si no fuera algo de ficción, sino que de verdad están entre nosotros? Cuando lo decíamos en casa, sólo era la fantasía de un niño pequeño.
Hoy es la más buscada de las teorías, que para algunos será pura imaginación, y para otras la más rebuscada de las conspiraciones.
Aunque los visitantes pudieran no ser reptinianos… oye, todo concuerda.
Resultado: a día de hoy, todavía somos fans
Eso es lo que ocurre con todo lo que nos marca durante la infancia: que luego crecemos condicionado por ello. Así, todavía en ferias y convenciones, podemos encontrar mucha gente que está disfrazada de personajes de V.
Hemos de reconocerlo: para nosotros, V supuso una gran puerta hacia muchas posibilidades. La imaginación se nos desbocó, y también nuestras hormonas, porque los trajes eran muy pero que muy sensuales y ajustados.
No sé vosotros, pero yo soy muy feliz de haber crecido con series como estas.
La entrada 10 cosas de V que marcaron tu infancia aparece primero en Ocio.
Continúar leyendo...
Esa escena de la rataNo hace falta ni darle al play al vídeo. Todos conocemos de sobra la escena en la que Diana, esa sexy visitante, se come una rata viva. Los efectos especiales son cutres, pero aún así, fue épica.
Eran los años 80, y la tele empezó a estar en cada casa del país. Y si nos ponían cosas como esas, acabábamos teniendo pesadillas.
En el vídeo se puede ver la comparación entre la serie antigua, y la del 2009. Es verdad que han mejorado los efectos especiales, y Anna, la hija de Diana, es mucho más guapa (aunque dependerá de los gustos), pero nos quedamos con la primera versión, que es mucho más impresionante.
Jugar a V en los recreos
Se puso de moda jugar a V en los patios de colegio. Todo el mundo quería ser el terrestre, e ir matando alienígenas por ahí, pero de vez en cuando, nos tocaba ser los visitantes. Algunos tenían la suerte de que sus padres les compraran alguna pistola de juguete, sin ningún parecido a la original, claro.
La mayoría, nos conformábamos con nuestras manos y hacer que teníamos una pistola.
Y si no, jugábamos al rescate, o a la fontera.
Y coleccionar las pegatinas
Si alguien se hizo de oro con el merchandising de V aquí en España, fue la revista Teleindiscreta. Sí, esa revista de la tele, donde teníamos en portada a Michael Knight o a Hannibal Smith. Todos héroes. Entonces decidieron lanzar pegatinas de V, a modo de cromos.
No iban con ningún álbum, y fueron unas cuantas semanas que teníamos que decirles a nuestros padres que compraran la revista. Al menos se ahorraban la mañana de rastro del ‘síle’ y el ‘nole’, porque no eran cromos tal cual.
Además, una de las cosas que más ilusión nos hacía eran los pósters de las páginas centrales. Incluso una vez había una pistola recortable. Grandiosos momentos en los que esos papeles nos hacían felices.
Porque también salieron gominolas, y nos las comíamos
Sí, en todo el mundo impactó la escena de la rata. Pero aquí todo el mundo quiso sacar tajada, y la mítica empresa Fiesta (sí, la de las piruletas de corazones, entre otras cosas), lanzó unos paquetes de caramelos con forma de rata.
Lo llamaron “comida para visitantes”. Y nos hacíamos los guays, imitando a Diana, mientras intentábamos tragar la gominola. Pero claro, luego no nos hacía gracia que nos tacharan de lagartos disfrazados.
Como se ve en la imagen, valían 10 pesetas. ¡Y eran de las caras! Ahora mataríamos por cosas a diez pesetas.
Y el polvo rojo fue la solución a nuestros problemas
El descubrimiento del polvo rojo para eliminar a los visitantes fue el remedio más eficaz de todos los tiempos. Se echaba un puñado, y tachán, el mal desaparecía.
Claro que nuestra imaginación volaba como nunca, y en clase también estábamos pensando en echarle un poco de polvo rojo al maestro de turno. Sobre todo cuando nos llamaban la atención.
Luego nos enzarzábamos en batallas eligiendo pistolas o polvo rojo.
Porque todos quisimos los juguetes de Donovan
Lo más extraño de todo el fenómeno fan de V, es que no salieron muchos juguetes relacionados con la serie. Nos encantó en los primeros episodios, cuando vemos a Sean Donovan jugar con la nave espacial y con las figuritas.
Y los quisimos desde el primer momento.
El problema fue que, como la serie duró bastante poco, ya que la emitieron todos los días, y no una vez a la semana, el efecto también se fue disipando, como llegó.
Aunque aún soñamos con los que son más chulos
De vez en cuando nos llegaban noticias de juguetes de otros países, y no podíamos dejar de sentir envidia. Esos juguetes eran de lo más chulo, como el de la imagen.
Se trata de un muñeco de visitante, que tenía la máscara humana, y que se le podía quitar. Y no solo eso, ¡tenía lengua bífida y se estiraba! Los niños de ahora, cuando ven estas cosas, dicen que son de lo más cutre, pero en nuestra época era lo más.
De hecho, yo sigo queriendo uno.
O con una máscara de lagarto
También en las tiendas de disfraces a partir de esos años, ganaron más dinero vendiendo máscaras de lagarto. Estaban empatados con el uniforme de la Resistencia. Pero aunque eran los años 80, había algunas que podían llegar a ser terroríficas.
Cutres, pero terroríficas. Y son aún la pesadilla de algún niño ya crecidito.
Los disfraces más sonados precisamente eran los personajes que sacaban en la Teleindiscreta: el disfraz de Michael Knight era fácil, pues sólo necesitabas la chupa de cuero y el pelo a lo afro. Y para el de Hannibal Smith, un puro. Y ya está. Con eso identificábamos al personaje.
Los lagartos nos invaden
A partir de estos años fue cuando empezaron las teorías de los reptinianos: ¿y si no fuera algo de ficción, sino que de verdad están entre nosotros? Cuando lo decíamos en casa, sólo era la fantasía de un niño pequeño.
Hoy es la más buscada de las teorías, que para algunos será pura imaginación, y para otras la más rebuscada de las conspiraciones.
Aunque los visitantes pudieran no ser reptinianos… oye, todo concuerda.
Resultado: a día de hoy, todavía somos fans
Eso es lo que ocurre con todo lo que nos marca durante la infancia: que luego crecemos condicionado por ello. Así, todavía en ferias y convenciones, podemos encontrar mucha gente que está disfrazada de personajes de V.
Hemos de reconocerlo: para nosotros, V supuso una gran puerta hacia muchas posibilidades. La imaginación se nos desbocó, y también nuestras hormonas, porque los trajes eran muy pero que muy sensuales y ajustados.
No sé vosotros, pero yo soy muy feliz de haber crecido con series como estas.
La entrada 10 cosas de V que marcaron tu infancia aparece primero en Ocio.
Continúar leyendo...