Ya nos lo han dicho alguna ves: la naturaleza tomará lo que es suyo de nuevo. Y estas imágenes son un claro ejemplo de ello. Verás cómo los humanos, por muy poderosos que nos creamos, al final acabaremos perdiendo contra la Madre Tierra. ¿Acaso lo dudas? Pues echa un vistazo a las imágenes.
Crece en medio de la nada
Una bicicleta, en medio de un árbol. Mucha gente no habrá entendido cómo y cuándo ha llegado es allí, pero eso es lo que tiene la naturaleza: que es paciente. No importa cuánto tiempo pueda pasar, ya que tú morirás, y ella seguirá ahí, y terminará apoderándose de la bicicleta de la infancia.
Esta foto fue tomada por Ethan Welty, en Vashon Island, que está en Washington. Lejos de la civilización en la distancia, aunque no en el tiempo.
“Creceré para alcanzar el cielo”
Eso es lo que parece haberse dicho ese árbol, que, a pesar de todo, consiguió crecer, alcanzar el cielo gris de Hong Kong, y hacerse ver a través de ese edificio abandonado. Incluso ahora tiene mucha más vida que cuando lo habitaban las personas.
Es posible que esta fotografía, de Romain JL, no te diga mucho, pero sí que habla de una sociedad donde, al final, es la naturaleza la que mueve edificios, y no son los edificios los que arrancan la naturaleza de su sitio.
Cortejo fúnebre
Sí, efectivamente lo que parece es un cortejo fúnebre, donde todos los que marchan están muertos. Estos barcos, varados en el mar, suponen todo un misterio. Están localizados donde se supone que está el triángulo de las Bermudas. ¿Es aquí donde aparece todo lo que desapareció?
¿Podemos encontrar entonces todos los calcetines que se tragó nuestra lavadora para nunca dejarlos volver al lado de su pareja? No lo sabemos. Solo nos damos cuenta de que es una fotografía impresionante, que demuestra que una vez más, el hombre sale perdiendo en su batalla para dominar a la madre Tierra.
El colegio encantado
Sí, esta fotografía pertenece a un colegio, a los baños de un colegio abandonado de la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos. Da igual que haya hormigón, y todo tipo de materiales, pues la naturaleza se sabe abrir paso ante los materiales más resistentes, y los más sorprendentes.
De día, ya da algo de misterio. Pero si ves ese colegio de noche, sería el escenario perfecto para tus pesadillas.
En medio de la nada
Esta cabaña estaba construida en medio de la nada. Y precisamente porque no había nada, la abandonaron. Ahora se puede ver unas cuantas ruinas, pero el paisaje de la fotografía aporta un extra de desolación, de que estamos ante algo yermo y vacío.
Por muy azul que esté el cielo, vemos que es algo frío, en un día soleado.
En Taiwán, los noches son tragados
Parece que Asia se especializa en crear lugares para luego abandonarlos. Bueno, es cierto que si el sitio no se ve viable, lo mejor es que la naturaleza vuelva a tomarlo. Y eso debió pasar con este coche, puesto que como vemos, ya casi se lo ha tragado por completo la tierra, que debe ser lo más fértil.
O imagina que el dueño ha salido del país durante unos cuantos años, y al volver ha encontrado su coche así. Seguro que el seguro no se hace responsable.
La pecera industrial
Esto es mucho más increíble. Se trata de un centro comercial, en el mar, que se construyó en Bangkok, ese sitio en el que van en barca a todas partes. Al abandonarlo, empezó a inundarse por completo, y los peces inundaron de nuevo la zona. Sí, aunque parezca que están muertos, esos peces están vivos y coleando.
Es una foto bastante sorprendente, y nos hace pensar en que aunque seamos mucha población en el planeta, hay muchos lugares desocupados. Y puede que mejor sea así, porque si no, lo desstruiríamos.
El día que abandoné Hogwarts
Vale, en realidad no es Hogwarts, pero bien podría serlo, pues es un colegio británico abandonado. En su momento, debió ser un edificio majestuoso, al menos desde dentro lo parece, y tiene unas vistas espléndidas. ¿Qué tragedia debió ocurrir ahí para que se abandonara un sitio tan especial?
Puede que esté lleno de espíritus, ahora que está vacío de almas humanas.
En las profundidades italianas
En lo más profundo de Italia, podemos encontrar edificios como este, que están totalmente abandonados. No podemos imaginar cómo podría llegar a ser la vida en tiempos antiguos, pero no parece que fuese muy acogedora.
Aún así, tiene cierto halo de misterio que hace que queramos ver cómo es por dentro, y recorrer esos pasillos llenos de musgos. Tal vez nos encontremos un fantasma, o el recuerdo de una historia terrible, a la par que romántica. Pero eso solo ocurrirá en nuestra imaginación.
Donde los sueños se hicieron mayores
Esto, en su día, fue un parque de atracciones. Ahora solo quedan estas viejas estructuras entre la maleza, que se están oxidando por el clima, y que poco a poco la naturaleza está alimentándose de ello. Imagina haber sido niño en esa zona del mundo, y encontrarte, de adulto, que han hecho trizas el sueño de tu infancia.
Puede que sea un poco exagerado, pero también hay bastante gente que la pérdida, aunque sea de un recuerdo, puede suponer todo un trauma. Y por eso los sueños crecieron y dejaron atrás la infancia.
La noria imaginada
Este caso es como el anterior. Seguramente aquí habitarán algunos espíritus, probablemente buenos, puesto que los recuerdos que aquí se generaron fueron bastante entrañables. No es como en los hospitales, o en los psiquiátricos, que las malas vibraciones ocupan todo el lugar.
Aquí solamente la nostalgia y el recuerdo están permitidos.
La naturaleza se hospeda aquí
Sí, hasta en los hoteles. La naturaleza no entiende de clases, de materiales y de derribos. No hay que pagar nada, porque este es el precio que estamos pagando nosotros a la naturaleza pro construir donde no debemos. Eso sí, la electricidad corre de nuestra cuenta. Aunque probablemente no la necesite.
¿Qué es lo que lleva a dejar un lugar intacto, con mobiliario incluido?
El lugar donde descansan los coches
De todas las épocas, de todos lo colores, y de todos los precios. Da igual que en otra vida hayan sido coches de lujo, utilitarios, o hayan llevado a presidentes. Al igual que las personas, todos acabamos en el mismo sitio. Y para los coches, es este cementerio que podemos encontrar en Bélgica.
Si tienes uno de esos días grises, te recomendamos visitarlo, porque el ambiente es mucho más bucólico, y puede llegar a ser poético.
Buda vive en el árbol
Al parecer, la naturaleza tampoco entiende de religiones. Y por eso, aunque sea una estatua de Buda, el árbol esta digiriendo la piedra. ¿No crees que la madera es más fuerte? Puede que no lo sea, pero sí que es más paciente, y tiene todo el tiempo del mundo.
La piedra, al fin al cabo, está sometida a las inclemencias del tiempo. El árbol también, pero tiene la vida suficiente como para saber afrontar la situación.
La puerta al desierto
Parece que estemos dentro de uno de esos cuadros surrealistas. Podríamos estar en un sueño de Dalí, que no es menos real que lo que estamos viendo. Pero la verdad es que existe en una parte determinada del mundo, y se puede visitar.
Es esa casa cuya familia acabó cediendo al desierto, llenando de arena todas las estancias, y donde pronto, la casa en sí será un recuerdo bajo la arena.
De videojuego
¿No te parece que estás dentro de una historia? Ya sea porque has visto las películas de Tomb Raider, o porque crees que ese tipo de paisajes son propios de videojuegos, estos lugares hacen que tengamos mucho más respeto a la naturaleza.
Porque si eso es lo que hace a algo resistente como piedra, a saber que podría hacer con un ser humano. Alimentarse de él hasta el fin de los días.
Echar raíces
Sí, esto es lo que se llama de verdad “echas raíces”, y lo que es más, ha echado raíces sobre el asfalto, y probablemente también bajo él. Esto demuestra que la fuerza de voluntad puede prácticamente con todo.
Además, sigue el patrón de las baldosas, lo cual lo hace mucho más interesante.
La selva del barco
Aunque no es tan impresionante como la hilera de barcos “muertos”, no deja de sorprendernos, porque dentro del barco hay un ecosistema propio, una miniselva en miniantura, que sirve únicamente para admirar.
No tenemos ni idea de si se puede visitar, aunque no parece muy estable.
La entrada 18 momentos en los que la naturaleza conquista la civilización aparece primero en Ocio.
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Crece en medio de la nada
Una bicicleta, en medio de un árbol. Mucha gente no habrá entendido cómo y cuándo ha llegado es allí, pero eso es lo que tiene la naturaleza: que es paciente. No importa cuánto tiempo pueda pasar, ya que tú morirás, y ella seguirá ahí, y terminará apoderándose de la bicicleta de la infancia.
Esta foto fue tomada por Ethan Welty, en Vashon Island, que está en Washington. Lejos de la civilización en la distancia, aunque no en el tiempo.
“Creceré para alcanzar el cielo”
Eso es lo que parece haberse dicho ese árbol, que, a pesar de todo, consiguió crecer, alcanzar el cielo gris de Hong Kong, y hacerse ver a través de ese edificio abandonado. Incluso ahora tiene mucha más vida que cuando lo habitaban las personas.
Es posible que esta fotografía, de Romain JL, no te diga mucho, pero sí que habla de una sociedad donde, al final, es la naturaleza la que mueve edificios, y no son los edificios los que arrancan la naturaleza de su sitio.
Cortejo fúnebre
Sí, efectivamente lo que parece es un cortejo fúnebre, donde todos los que marchan están muertos. Estos barcos, varados en el mar, suponen todo un misterio. Están localizados donde se supone que está el triángulo de las Bermudas. ¿Es aquí donde aparece todo lo que desapareció?
¿Podemos encontrar entonces todos los calcetines que se tragó nuestra lavadora para nunca dejarlos volver al lado de su pareja? No lo sabemos. Solo nos damos cuenta de que es una fotografía impresionante, que demuestra que una vez más, el hombre sale perdiendo en su batalla para dominar a la madre Tierra.
El colegio encantado
Sí, esta fotografía pertenece a un colegio, a los baños de un colegio abandonado de la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos. Da igual que haya hormigón, y todo tipo de materiales, pues la naturaleza se sabe abrir paso ante los materiales más resistentes, y los más sorprendentes.
De día, ya da algo de misterio. Pero si ves ese colegio de noche, sería el escenario perfecto para tus pesadillas.
En medio de la nada
Esta cabaña estaba construida en medio de la nada. Y precisamente porque no había nada, la abandonaron. Ahora se puede ver unas cuantas ruinas, pero el paisaje de la fotografía aporta un extra de desolación, de que estamos ante algo yermo y vacío.
Por muy azul que esté el cielo, vemos que es algo frío, en un día soleado.
En Taiwán, los noches son tragados
Parece que Asia se especializa en crear lugares para luego abandonarlos. Bueno, es cierto que si el sitio no se ve viable, lo mejor es que la naturaleza vuelva a tomarlo. Y eso debió pasar con este coche, puesto que como vemos, ya casi se lo ha tragado por completo la tierra, que debe ser lo más fértil.
O imagina que el dueño ha salido del país durante unos cuantos años, y al volver ha encontrado su coche así. Seguro que el seguro no se hace responsable.
La pecera industrial
Esto es mucho más increíble. Se trata de un centro comercial, en el mar, que se construyó en Bangkok, ese sitio en el que van en barca a todas partes. Al abandonarlo, empezó a inundarse por completo, y los peces inundaron de nuevo la zona. Sí, aunque parezca que están muertos, esos peces están vivos y coleando.
Es una foto bastante sorprendente, y nos hace pensar en que aunque seamos mucha población en el planeta, hay muchos lugares desocupados. Y puede que mejor sea así, porque si no, lo desstruiríamos.
El día que abandoné Hogwarts
Vale, en realidad no es Hogwarts, pero bien podría serlo, pues es un colegio británico abandonado. En su momento, debió ser un edificio majestuoso, al menos desde dentro lo parece, y tiene unas vistas espléndidas. ¿Qué tragedia debió ocurrir ahí para que se abandonara un sitio tan especial?
Puede que esté lleno de espíritus, ahora que está vacío de almas humanas.
En las profundidades italianas
En lo más profundo de Italia, podemos encontrar edificios como este, que están totalmente abandonados. No podemos imaginar cómo podría llegar a ser la vida en tiempos antiguos, pero no parece que fuese muy acogedora.
Aún así, tiene cierto halo de misterio que hace que queramos ver cómo es por dentro, y recorrer esos pasillos llenos de musgos. Tal vez nos encontremos un fantasma, o el recuerdo de una historia terrible, a la par que romántica. Pero eso solo ocurrirá en nuestra imaginación.
Donde los sueños se hicieron mayores
Esto, en su día, fue un parque de atracciones. Ahora solo quedan estas viejas estructuras entre la maleza, que se están oxidando por el clima, y que poco a poco la naturaleza está alimentándose de ello. Imagina haber sido niño en esa zona del mundo, y encontrarte, de adulto, que han hecho trizas el sueño de tu infancia.
Puede que sea un poco exagerado, pero también hay bastante gente que la pérdida, aunque sea de un recuerdo, puede suponer todo un trauma. Y por eso los sueños crecieron y dejaron atrás la infancia.
La noria imaginada
Este caso es como el anterior. Seguramente aquí habitarán algunos espíritus, probablemente buenos, puesto que los recuerdos que aquí se generaron fueron bastante entrañables. No es como en los hospitales, o en los psiquiátricos, que las malas vibraciones ocupan todo el lugar.
Aquí solamente la nostalgia y el recuerdo están permitidos.
La naturaleza se hospeda aquí
Sí, hasta en los hoteles. La naturaleza no entiende de clases, de materiales y de derribos. No hay que pagar nada, porque este es el precio que estamos pagando nosotros a la naturaleza pro construir donde no debemos. Eso sí, la electricidad corre de nuestra cuenta. Aunque probablemente no la necesite.
¿Qué es lo que lleva a dejar un lugar intacto, con mobiliario incluido?
El lugar donde descansan los coches
De todas las épocas, de todos lo colores, y de todos los precios. Da igual que en otra vida hayan sido coches de lujo, utilitarios, o hayan llevado a presidentes. Al igual que las personas, todos acabamos en el mismo sitio. Y para los coches, es este cementerio que podemos encontrar en Bélgica.
Si tienes uno de esos días grises, te recomendamos visitarlo, porque el ambiente es mucho más bucólico, y puede llegar a ser poético.
Buda vive en el árbol
Al parecer, la naturaleza tampoco entiende de religiones. Y por eso, aunque sea una estatua de Buda, el árbol esta digiriendo la piedra. ¿No crees que la madera es más fuerte? Puede que no lo sea, pero sí que es más paciente, y tiene todo el tiempo del mundo.
La piedra, al fin al cabo, está sometida a las inclemencias del tiempo. El árbol también, pero tiene la vida suficiente como para saber afrontar la situación.
La puerta al desierto
Parece que estemos dentro de uno de esos cuadros surrealistas. Podríamos estar en un sueño de Dalí, que no es menos real que lo que estamos viendo. Pero la verdad es que existe en una parte determinada del mundo, y se puede visitar.
Es esa casa cuya familia acabó cediendo al desierto, llenando de arena todas las estancias, y donde pronto, la casa en sí será un recuerdo bajo la arena.
De videojuego
¿No te parece que estás dentro de una historia? Ya sea porque has visto las películas de Tomb Raider, o porque crees que ese tipo de paisajes son propios de videojuegos, estos lugares hacen que tengamos mucho más respeto a la naturaleza.
Porque si eso es lo que hace a algo resistente como piedra, a saber que podría hacer con un ser humano. Alimentarse de él hasta el fin de los días.
Echar raíces
Sí, esto es lo que se llama de verdad “echas raíces”, y lo que es más, ha echado raíces sobre el asfalto, y probablemente también bajo él. Esto demuestra que la fuerza de voluntad puede prácticamente con todo.
Además, sigue el patrón de las baldosas, lo cual lo hace mucho más interesante.
La selva del barco
Aunque no es tan impresionante como la hilera de barcos “muertos”, no deja de sorprendernos, porque dentro del barco hay un ecosistema propio, una miniselva en miniantura, que sirve únicamente para admirar.
No tenemos ni idea de si se puede visitar, aunque no parece muy estable.
La entrada 18 momentos en los que la naturaleza conquista la civilización aparece primero en Ocio.
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