Estos últimos 4 días me tocó vivir una experiencia bastante interesante y por esta razón es que creo que vale la pena compartirla con ustedes.
Hace algunos días mi esposa estaba trabajando en nuestro dormitorio en su MacBook Pro y tuvo que ausentarse 5 minutos para responder un llamado. Dejó abierto el MacBook trabajando en la conversión de un video en la cama de dicho dormitorio, y lamentablemente uno de nuestros Yorkshire Terrier – presumiblemente Sherlock – se subió a la cama y orinó sobre el MacBook.
Cuando mi esposa volvió al dormitorio el MacBook estaba absolutamente sin vida. El conector MagSafe tenía su LED indicador apagado. Probé el cargador en mi MacBook y claramente el problema no era el cargador sino el MacBook de mi esposa.
Al abrirlo me di cuenta que algunos componentes de la placa madre se habían sulfatado debido a la orina y probablemente habían hecho corto circuito. Así que no había otra solución que comprar un nuevo MacBook Pro puesto que mi esposa no podía quedarse sin computador.
Sin embargo mi esposa necesitaba su MacBook funcionando con toda la información contenida en el disco duro en forma inmediata ya que al día siguiente tenía que hacer clases. Pensé que la solución más sencilla además de comprar un nuevo MacBook Pro, era retirar el disco duro del MacBook malogrado y montarlo en un gabinete externo por USB, pero la información de los usuarios está encriptada y no puede ser visualizada cuando montas el disco duro en un gabinete externo.
Así que la solución más rápida era retirar el disco duro interno del MacBook malogrado, retirar el disco duro de mi MacBook e instalar el disco duro del MacBook de mi esposa. Como ambos MacBook Pro eran Mid 2010, OS X no se dio cuenta que el hardware era distinto y funcionó como si nada hubiera pasado.
Transferir toda la información de un MacBook a otro utilizando el asistente de migración es una tarea que requiere de bastantes horas, tiempo que no teníamos disponible en forma inmediata, así que temporalmente mi esposa quedó con 2 MacBook, un MacBook Pro de 13″ Mid 2012, y mi MacBook Pro Mid 2010 con su disco duro.
En el MacBook Pro Mid 2012 me puse instalar todas las aplicaciones desde cero y copiar todas la información a mano debido a que si utilizaba el Asistente de Migración iba a trasladar toda la basura que se había acumulado en las últimas 2 actualizaciones desde Snow Leopard a Lion y luego a Mountain Lion. Esto incluyó la librería de iPhoto, iTunes, etc, pero todo quedó funcionando correctamente.
Sin embargo todo esto significó que me quedé sin MacBook por 4 días y decidí utilizar mi iPad 2 para suplirlo, aunque debo decir que debido a que soy un usuario de poder de los dispositivos no puedo llenar por completo las necesidades que tenía.
Por supuesto pude verificar mi correo electrónico, navegar la web, leer libros, utilizar algunas aplicaciones de productividad y por supuesto jugar, pero aún así hay tareas que no es posible llevar a cabo en una tablet.
De hecho el post de mi cumpleaños lo escribí en el mi iPad 2 utilizando la app de WordPress, pero de todas maneras tuve que hacerle algunas modificaciones una vez que ya tuve de vuelta mi MacBook Pro.
No dudo que la “Era Post PC” es un hecho, pero al menos para mi un iPad no reemplaza las labores diarias que realizo. Solamente espero no volver a vivir la experiencia de quedarme sin mi MacBook Pro.
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