Con una lanza y directo al corazón. Así ha llegado el Honor 8 Pro al mercado. La última creación del grupo Huawei, al igual que su predecesor, destaca por unas prestaciones excelentes a un precio demasiado jugoso para ser ignorado: 549 euros.
La presentación del Honor 8 en París significó mucho más que la llegada de un simple teléfono al viejo continente. El grupo Huawei utilizó aquel evento para formalizar públicamente su apuesta por la estrategia dual-brand en Europa. Los representantes de la marca eran consecuentes: Honor aterrizaba en Europa para algo más que generar una dosis de ruido periódica; querían alcanzar una cuota de mercado pareja a los más grandes del sector y expandir el dominio del grupo Huawei en el viejo continente.
Pero la tarea no es sencilla. En Europa, el mercado de telefonía se describe con tres términos clave: saturación, escasa movilidad y alta adopción. Una situación completamente diferente a la experimentada por Honor en China, donde su agresiva estrategia, acompañada por las características particulares de este mercado, le han permitido erigirse como uno de los principales fabricantes de la región.
El precio del Honor 8 Pro es sorprendente. 549 euros es la cifra que exige Honor a cambio.
Afortunadamente, la compañía sabe hacer bien lo principal de su negocio: fabricar buenos teléfonos. El ejemplo más reciente es el Honor 8 Pro, un teléfono que aterriza en España con el objetivo de expandir la cuota de mercado de Honor, crear imagen de marca y competir con los principales teléfonos del sector hasta la segunda mitad del año, cuando se espera que un nuevo flagship aterrice en el catálogo de Honor.
Lo más atractivo de este nuevo modelo es el precio insultantemente bajo por el que llega a las tiendas: 549 euros. Esa es la ridícula cifra que Honor exige a cambio de un teléfono muy superior a otros como el Huawei P10 (649 euros) y el LG G6 (749 euros).
¿Qué hace especial al Honor 8 Pro?
Además de su ridículo precio, el Honor 8 Pro destaca por unas prestaciones similares e incluso superiores a varios de los teléfonos de gama alta presentados durante la primera mitad de 2017. En pocos puntos:
Músculo. El Honor 8 Pro monta el mismo SoC (System-on-Chip) que otros teléfonos del grupo Huawei como el Mate 9 o el P10. Se trata del Kirin 960, un SoC muy potente, capaz de equiparar en algunos aspectos a los chips diseñados por Qualcomm (Snapdragon 835) y Samsung (Exynos 8895). La combinación de este chip con los 6 GB de memoria RAM (una cantidad superior a lo habitual) hacen que el 8 Pro funcione como la seda en cualquier situación.
Autonomía. En el interior del 8 Pro se encuentra una batería con una capacidad de 4.000 mAh. El resultado es una autonomía excelente y una independencia total del cargador con un patrón de uso estándar. Las cifras de autonomía, eso sí, son sensiblemente peores que las del Mate 9.
Pantalla. 5,7 pulgadas, resolución QuadHD y una LTPS IPS LCD. La pantalla del Honor 8 Pro no es perfecta, pero ofrece una muy buena calidad de imagen. Aspectos como la temperatura de color tienen cierto margen de mejora, eso sí. La calibración del panel no es tan precisa como debería.
Lector de huellas dactilares. Situado en la zona posterior y de unas prestaciones similares a las de teléfonos previos de Huawei. El lector de huellas dactilares es rápido, seguro y eficaz. Al nivel de los mejores.
Carga rápida, aunque no tanto. El Honor 8 Pro cuenta con un sistema de carga rápida, aunque el adaptador de corriente incluido en la caja extrae menos potencia que otros teléfonos como el P10 o el Mate 9. El tiempo de carga de 0-100%, por lo tanto, es mayor que en el Mate 9, cuya batería es de una capacidad similar.
Diseño. Claramente influenciado por el P10 y P10 Plus, el Honor 8 Pro cuenta con un diseño muy sobrio pero elegante. Menos atractivo estéticamente que el Honor 8, su hermano menor. Los marcos son bastante gruesos comparando directamente con teléfonos como el Galaxy S8 o el LG G6.
Cámara. Un conjunto de 12+20 megapixeles junto a un flash LED. El set recuerda al del Huawei Mate 9, uno de los mejores teléfonos de 2016. Los resultados son muy buenos en términos generales, pero no alcanza el top 3 formado por Samsung, Apple y Google. Muestra deficiencias, sobre todo, en entornos de baja luminosidad, donde la apertura f/2.2 le perjudica bastante.
Software. Al igual que sucede con el P10, la heterogeneidad de EMUI es su principal punto negativo. La interfaz de Huawei es muy diferente a la aplicada por Google (y los desarrolladores) en sus aplicaciones. El resultado es una experiencia rápida, atractiva, pero extremadamente heterogénea.
El Honor 8 Pro es un teléfono increíble. No es perfecto, pero el valor que ofrece a cambio de 549 euros es inmejorable. Quien busque la perfección —o una aproximación a ella— siempre podrá recurrir a los teléfonos de Samsung o Apple, mejores en la mayoría de aspectos. En cambio, quien busque un teléfono de gama alta con la mejor relación calidad/precio, encontrará en el 8 Pro su mejor amigo.
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