Twitter puede ser una bomba de relojería, pero también un caldo de cultivo para filósofos, humoristas y librepensadores. Por eso, alguna de las mejores bromas y chistes se crean aquí: tienen un gran público, y puede volverse viral. ¿Que no te lo crees? Pues aquí te enseñamos una recopilación de los tuits más divertidos de todos los tiempos.
“Si es que no tengo nada que ponerme”
Aunque digamos que el tamaño no importa, para algunas cosas sí que lo hace. Así, el tamaño de nuestros armarios nunca es suficiente. ¿Por qué? Porque una gran parte de nuestro armario está lleno de “por si acasos”. Ropa que no nos cabe, que no nos gusta, pero que por si acaso, guardamos.
Así que una vez al año, tenemos la esperanza de sacar de esa categoría alguna de nuestras prendas. Y una de las grandes alegrías de nuestra vida es precisamente que nos quepan unos vaqueros que utilizábamos hace cuatro años.
Por eso reírse de estas cosas también nos hace gracia.
Esos juegos de rol
No hay nada como reírnos con un chiste de tontos. Y además nos hace gracia, porque seguro que todos tenemos un amigo que dice eso de “Ay, Mari”. También es que somos un poco crueles, y nos gusta todo aquello que salga mal, así que un intento de ser algo más picante que acabe así, puede hacernos reír, pero mucho.
Además, ¿eso no lo vimos en un capítulo de Los Simpson? Si es que al fin y al cabo, nos gustan los grandes éxitos, y no solo lo nuevo.
Reírse de otras culturas
Cómo nos gusta reírnos de otra culturas. Aunque nos riamos de cosas de las que tengamos un gran respeto, como una escritura compleja, que muchos sentimos que no seríamos capaces de aprender. En cualquier caso, nos imaginamos una situación de ese tipo, y nos hace mucha gracia.
Aunque también nos puede hacer gracia, que sin el contexto, el tipo en cuestión puede no tener ni idea, y eso que nos muestra en el tuit es más bien chino.
Esas tecnologías absurdas
¿Quién no ha sufrido nunca los estragos del autocorrector de nuestros móviles? Ya sea en el whatsapp, o peor, en un correo importante, eso puede jugarnos malas pasadas. Pero si les ocurre a otras personas, nosotros nos sentimos mucho mejor.
Por eso, una de las grandes claves del humor es hacer chistes sobre la vida cotidiana, para que el que escucha, se sienta algo identificado, y le haga mucha más gracia.
Nos gusta sentirnos superiores
Otra de las claves del humor es decir cosas que en la vida real no diríamos. Estamos regidos, y muy firmemente, por el hecho de ser políticamente correctos. Aunque sabemos que no podemos guardárnoslo todo, cuando nos enseñan algún tipo de proyecto nuevo, a veces tendemos a pensar precisamente eso: “pues vaya tontería” o “qué mierda más grande”.
En vez de decirlo, nos lo callamos, y lo reímos en un chiste.
También te puede salvar la vida
Ojo, aunque muchas veces el whatsapp y los correctores nos juegan mala pasada, también pueden salvarnos la vida, o al menos, salvarnos el pellejo de alguna situación. Y también nos hace gracia, porque a veces nos sentimos identificados con esas horas en las que la borrachera es tal, que creemos que es buena idea mandar mensajes a nuestros ex.
Lo próximo será que los móviles vengan con alcoholímetro, para impedir mandar mensajes cuando estemos bastante perjudicados.
De repetición
A veces, lo más simple es lo más efectivo. Y para hacernos reír, también vale un chiste malo. Porque los chistes malos son la esencia de nuestro país, y también nos encantan, aunque lo neguemos profundamente. Solo por el hecho de que nos estén contando un chiste, ya lo valoramos.
Y uno de los métodos más efectivos para hacernos reír, es la repetición. Este es uno de esos ejemplos.
Reír por no llorar
A veces sacamos el humor, y no sabemos de dónde, puesto que nuestra situación es tan precaria, que nos gustaría llorar. Pero mejor reír que llorar, así que hacemos chistes de esa situación. Y el tema de los bancos es ese que nos hace reír y llorar a partes iguales.
Y mientras lo intentamos solucionar, contamos chistes.
Reírse del Ikea
Reírse del Ikea es como reírse de los suecos.Seguro que nuestra imagen de ellos ha cambiado, desde que nos hemos aficionado tanto a los muebles del Ikea. Y probablemente alguno de los chistes relacionados con el Ikea lleguen a ser parte del acervo castellano como frase hecha en unas cuantas décadas.
Porque ¿quién no ha sufrido con Ikea?
Ignorarnos mutuamente
Realmente no está el chiste completo, no nos pasemos. Porque es verdad que nos gusta mucho el “a ver si quedamos”, pero si alguna vez se hace realidad, deberíamos dejar de lado el whatsapp, y este chiste lo evidencia. Pero decimos que no está completo por una razón.
Si quedamos, no nos ignoraríamos mutuamente, solo el tiempo suficiente entre selfie y selfie que queremos postear.
Trucos de la abuela
No hay nada como hacer de la psicopatía un viejo truco para ahorrar tiempo y dinero. Y ahuyentar a alguien que está delante de ti en la cola nunca pasará de moda. Aunque luego puede que salgas del sitio sin haber hecho tu gestión porque la chica realmente se ha sentido acosada y te ha denunciado al guarda.
Pero eh, quien no arriesga, no gana.
Esos chinos
Adoramos a los chinos. Han impregnado todos nuestros barrios con locales de todo tipo, y aún así, nos encanta. Nos encanta lo cutre y todo lo que es comida a deshoras, así que, ¿por qué no reírnos de ellos un poco también? Pues eso.
Los mejores chistes son aquellos que te hacen dar cuenta de una situación cotidiana, pero que no habías caído en ello.
Una frase
Chistes de una frase. Y eso es muy efectivo. Si es que lo que es sencillo se lleva. Y para que esas frases tengan efecto, lo mejor es que se contradiga en sí misma. Este es un buen ejemplo. Eh, ¿quién ha dicho que ser rencoroso no tiene cosas buenas? Tienes una mejor percepción de lo que es el tiempo, creo yo.
O simplemente eres tonto, y desperdicias el tiempo en lo que no debes.
¿Para qué sirve un filólogo?
Este chiste resuelve una de las mayores incógnitas de todos los tiempos: ¿para qué sirve un filólogo? Es improbable que lleguen a ser héroes, porque la situación en sí no se suele dar mucho, pero sabemos que, estemos donde estemos, siempre habrá un filólogo velando por nosotros.
Eso, o acechando por si se queda un puesto libre por aquí.
Mejor que una película de los sábados
Realmente yo me imaginaba que Antena 3 compraba las películas por packs, en las míticas ofertas de supermercado: “compre el último estreno en los cines, y llévese 236732654 películas malas gratis”. Y así es como nacieron los sábados de películas malas, en las que ponen dos, o incluso tres seguidas.
Además, que yo sepa, nunca he visto una de esas repetidas. Seguro que tienen en su almacén películas para aburrir. No solo por lo malas, sino también por la cantidad.
¿Por qué todos son tan guapos?
Sí, todos son guapos en las películas. Y si no son tan guapos, seguro que tienen una personalidad tan fuerte, que creemos que tiene ese “no-se-qué”. Pero vamos, que si pasa en la vida real, no nos lo creemos ni nosotros que ese tío tan pringado pueda alcanzar algo así.
Y si no, mira Juego de Tronos. No está basada en hechos reales, pero, o todos son guapos, o todos quieren ser el enano porque “mola un huevo”.
Yo también odio los lunes
… y por eso leemos estos artículos en el metro. Es posible que un lunes sea menos lunes, si nos reímos algo más. Así que, todos los días en Mercurio son lunes. O tienen la misma duración que los interrogatorios de nuestra madre cuando teníamos quince años, y nos preguntaba si habíamos bebido.
Días interminables, vamos.
Evadir al 1004
Debería haber una universidad de la vida, porque así aprenderíamos a freír un huevo. Pero también habría una asignatura que se llamaría “cómo evitar al 1004 sin dejar de usar el teléfono”. Porque no sabemos cómo lo hacen, que nos llaman siempre a la hora de la siesta.
Así que puede que la red esté lleno de chistes del 1004, pero este es tan absurdo y estúpido, que nos ha encantado por su tontería.
Sentirse identificados
Sí, nos encanta sentirnos identificados. Pero si nos sentimos identificados con dioses o entes superiores, mucho mejor. Este chiste explica por qué en nuestro mundo, hay cosas que están algo… extrañas. Por ejemplo, los ornitorrincos. Si Dios existiese, probablemente fuera un experimento, o que se cansó de hacer algo decente.
Y salió eso. Y así con muchas más cosas, nosotros incluidos.
Esos chistes físicos
En un intento de hacer un chiste inteligente, salió una cosa demasiado absurda. Pero nos reímos, como le reímos la gracia a un hijo tonto. A veces doy gracias por ir bajando las escaleras en lugar de tener conversaciones de ascensor tan incómodas.
Pero podría ser peor: podríamos tener esas conversaciones en ascensores de menos de un metro cuadrado. Ahí cualquier cosa que digas es incómoda.
La entrada Los 20 tuits más divertidos de los últimos tiempos aparece primero en Ocio.
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“Si es que no tengo nada que ponerme”
Aunque digamos que el tamaño no importa, para algunas cosas sí que lo hace. Así, el tamaño de nuestros armarios nunca es suficiente. ¿Por qué? Porque una gran parte de nuestro armario está lleno de “por si acasos”. Ropa que no nos cabe, que no nos gusta, pero que por si acaso, guardamos.
Así que una vez al año, tenemos la esperanza de sacar de esa categoría alguna de nuestras prendas. Y una de las grandes alegrías de nuestra vida es precisamente que nos quepan unos vaqueros que utilizábamos hace cuatro años.
Por eso reírse de estas cosas también nos hace gracia.
Esos juegos de rol
No hay nada como reírnos con un chiste de tontos. Y además nos hace gracia, porque seguro que todos tenemos un amigo que dice eso de “Ay, Mari”. También es que somos un poco crueles, y nos gusta todo aquello que salga mal, así que un intento de ser algo más picante que acabe así, puede hacernos reír, pero mucho.
Además, ¿eso no lo vimos en un capítulo de Los Simpson? Si es que al fin y al cabo, nos gustan los grandes éxitos, y no solo lo nuevo.
Reírse de otras culturas
Cómo nos gusta reírnos de otra culturas. Aunque nos riamos de cosas de las que tengamos un gran respeto, como una escritura compleja, que muchos sentimos que no seríamos capaces de aprender. En cualquier caso, nos imaginamos una situación de ese tipo, y nos hace mucha gracia.
Aunque también nos puede hacer gracia, que sin el contexto, el tipo en cuestión puede no tener ni idea, y eso que nos muestra en el tuit es más bien chino.
Esas tecnologías absurdas
¿Quién no ha sufrido nunca los estragos del autocorrector de nuestros móviles? Ya sea en el whatsapp, o peor, en un correo importante, eso puede jugarnos malas pasadas. Pero si les ocurre a otras personas, nosotros nos sentimos mucho mejor.
Por eso, una de las grandes claves del humor es hacer chistes sobre la vida cotidiana, para que el que escucha, se sienta algo identificado, y le haga mucha más gracia.
Nos gusta sentirnos superiores
Otra de las claves del humor es decir cosas que en la vida real no diríamos. Estamos regidos, y muy firmemente, por el hecho de ser políticamente correctos. Aunque sabemos que no podemos guardárnoslo todo, cuando nos enseñan algún tipo de proyecto nuevo, a veces tendemos a pensar precisamente eso: “pues vaya tontería” o “qué mierda más grande”.
En vez de decirlo, nos lo callamos, y lo reímos en un chiste.
También te puede salvar la vida
Ojo, aunque muchas veces el whatsapp y los correctores nos juegan mala pasada, también pueden salvarnos la vida, o al menos, salvarnos el pellejo de alguna situación. Y también nos hace gracia, porque a veces nos sentimos identificados con esas horas en las que la borrachera es tal, que creemos que es buena idea mandar mensajes a nuestros ex.
Lo próximo será que los móviles vengan con alcoholímetro, para impedir mandar mensajes cuando estemos bastante perjudicados.
De repetición
A veces, lo más simple es lo más efectivo. Y para hacernos reír, también vale un chiste malo. Porque los chistes malos son la esencia de nuestro país, y también nos encantan, aunque lo neguemos profundamente. Solo por el hecho de que nos estén contando un chiste, ya lo valoramos.
Y uno de los métodos más efectivos para hacernos reír, es la repetición. Este es uno de esos ejemplos.
Reír por no llorar
A veces sacamos el humor, y no sabemos de dónde, puesto que nuestra situación es tan precaria, que nos gustaría llorar. Pero mejor reír que llorar, así que hacemos chistes de esa situación. Y el tema de los bancos es ese que nos hace reír y llorar a partes iguales.
Y mientras lo intentamos solucionar, contamos chistes.
Reírse del Ikea
Reírse del Ikea es como reírse de los suecos.Seguro que nuestra imagen de ellos ha cambiado, desde que nos hemos aficionado tanto a los muebles del Ikea. Y probablemente alguno de los chistes relacionados con el Ikea lleguen a ser parte del acervo castellano como frase hecha en unas cuantas décadas.
Porque ¿quién no ha sufrido con Ikea?
Ignorarnos mutuamente
Realmente no está el chiste completo, no nos pasemos. Porque es verdad que nos gusta mucho el “a ver si quedamos”, pero si alguna vez se hace realidad, deberíamos dejar de lado el whatsapp, y este chiste lo evidencia. Pero decimos que no está completo por una razón.
Si quedamos, no nos ignoraríamos mutuamente, solo el tiempo suficiente entre selfie y selfie que queremos postear.
Trucos de la abuela
No hay nada como hacer de la psicopatía un viejo truco para ahorrar tiempo y dinero. Y ahuyentar a alguien que está delante de ti en la cola nunca pasará de moda. Aunque luego puede que salgas del sitio sin haber hecho tu gestión porque la chica realmente se ha sentido acosada y te ha denunciado al guarda.
Pero eh, quien no arriesga, no gana.
Esos chinos
Adoramos a los chinos. Han impregnado todos nuestros barrios con locales de todo tipo, y aún así, nos encanta. Nos encanta lo cutre y todo lo que es comida a deshoras, así que, ¿por qué no reírnos de ellos un poco también? Pues eso.
Los mejores chistes son aquellos que te hacen dar cuenta de una situación cotidiana, pero que no habías caído en ello.
Una frase
Chistes de una frase. Y eso es muy efectivo. Si es que lo que es sencillo se lleva. Y para que esas frases tengan efecto, lo mejor es que se contradiga en sí misma. Este es un buen ejemplo. Eh, ¿quién ha dicho que ser rencoroso no tiene cosas buenas? Tienes una mejor percepción de lo que es el tiempo, creo yo.
O simplemente eres tonto, y desperdicias el tiempo en lo que no debes.
¿Para qué sirve un filólogo?
Este chiste resuelve una de las mayores incógnitas de todos los tiempos: ¿para qué sirve un filólogo? Es improbable que lleguen a ser héroes, porque la situación en sí no se suele dar mucho, pero sabemos que, estemos donde estemos, siempre habrá un filólogo velando por nosotros.
Eso, o acechando por si se queda un puesto libre por aquí.
Mejor que una película de los sábados
Realmente yo me imaginaba que Antena 3 compraba las películas por packs, en las míticas ofertas de supermercado: “compre el último estreno en los cines, y llévese 236732654 películas malas gratis”. Y así es como nacieron los sábados de películas malas, en las que ponen dos, o incluso tres seguidas.
Además, que yo sepa, nunca he visto una de esas repetidas. Seguro que tienen en su almacén películas para aburrir. No solo por lo malas, sino también por la cantidad.
¿Por qué todos son tan guapos?
Sí, todos son guapos en las películas. Y si no son tan guapos, seguro que tienen una personalidad tan fuerte, que creemos que tiene ese “no-se-qué”. Pero vamos, que si pasa en la vida real, no nos lo creemos ni nosotros que ese tío tan pringado pueda alcanzar algo así.
Y si no, mira Juego de Tronos. No está basada en hechos reales, pero, o todos son guapos, o todos quieren ser el enano porque “mola un huevo”.
Yo también odio los lunes
… y por eso leemos estos artículos en el metro. Es posible que un lunes sea menos lunes, si nos reímos algo más. Así que, todos los días en Mercurio son lunes. O tienen la misma duración que los interrogatorios de nuestra madre cuando teníamos quince años, y nos preguntaba si habíamos bebido.
Días interminables, vamos.
Evadir al 1004
Debería haber una universidad de la vida, porque así aprenderíamos a freír un huevo. Pero también habría una asignatura que se llamaría “cómo evitar al 1004 sin dejar de usar el teléfono”. Porque no sabemos cómo lo hacen, que nos llaman siempre a la hora de la siesta.
Así que puede que la red esté lleno de chistes del 1004, pero este es tan absurdo y estúpido, que nos ha encantado por su tontería.
Sentirse identificados
Sí, nos encanta sentirnos identificados. Pero si nos sentimos identificados con dioses o entes superiores, mucho mejor. Este chiste explica por qué en nuestro mundo, hay cosas que están algo… extrañas. Por ejemplo, los ornitorrincos. Si Dios existiese, probablemente fuera un experimento, o que se cansó de hacer algo decente.
Y salió eso. Y así con muchas más cosas, nosotros incluidos.
Esos chistes físicos
En un intento de hacer un chiste inteligente, salió una cosa demasiado absurda. Pero nos reímos, como le reímos la gracia a un hijo tonto. A veces doy gracias por ir bajando las escaleras en lugar de tener conversaciones de ascensor tan incómodas.
Pero podría ser peor: podríamos tener esas conversaciones en ascensores de menos de un metro cuadrado. Ahí cualquier cosa que digas es incómoda.
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