Llámalo comodidad, cercanía o simplemente mejor relación calidad/precio, independientemente de los motivos, lo que está claro es que los usuarios cada vez tenemos mayor preferencia por la cámara del smartphone. Inevitablemente esa costumbre conlleva que las cámaras dedicadas tengan progresivamente menos demanda, situación que ahora nos deja la noticia de que Nikon cierra una fábrica para adecuarse al mercado.
Y es que si la demanda baja, la producción también debe ser menor. Da igual que llegue el anuncio oficial de la Nikon D850 o que modelos más potentes estén en camino, se trata de una cuestión de preferencias y de aceptar la realidad. Los usuarios prefieren cámaras integradas en sus terminales móviles, ya que la calidad que ofrecen es más que suficiente...
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