La actualización que DJI lanzó por sorpresa en sus drones, destinada a impedir que estos rebasaran zonas de exclusión aérea, no es infalible. Así lo ha demostrado una empresa rusa, que ha empezado a comercializar una solución para evadir estos límites.
La empresa en cuestión se llama Coptersafe y promete una modificación de software para trucar los límites impuestos por el fabricante. Se trata de confundir al sensor GPS para que este no piense que hay que evitar las zonas de exclusión aérea.
El software también permite rebasar el límite de 150 metros de altura, otra de las restricciones de DJI. Aunque el trucaje no solo es de software, pues la empresa ofrece una modificación física de los circuitos. Cada uno de los paquetes que oferta cuestan 350 dólares.
Las restricciones en los drones venían de forma automática con la actualización que lanzó DJI. Si los usuarios no actualizaban sus dispositivos no podían volar a más de 50 metros de largo y a 30 metros de altura. Para hacerlo posible la compañía se aseguró de que las aeronaves siguieran un proceso de activación.
Ni que decir tiene, la idea de DJI es evitar el uso ilegal de sus drones. Especialmente tiene importancia la cuestión de posibles ataques terroristas, incluido el despliegue por parte del Estado Islámico de sus aeronaves armadas con bombas. De ahí que el producto de esta empresa rusa pueda parecer como éticamente cuestionable, pese a que habrá operadores a los que les haya pillado por sorpresa la medida de DJI.
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La empresa en cuestión se llama Coptersafe y promete una modificación de software para trucar los límites impuestos por el fabricante. Se trata de confundir al sensor GPS para que este no piense que hay que evitar las zonas de exclusión aérea.
El software también permite rebasar el límite de 150 metros de altura, otra de las restricciones de DJI. Aunque el trucaje no solo es de software, pues la empresa ofrece una modificación física de los circuitos. Cada uno de los paquetes que oferta cuestan 350 dólares.
Las restricciones en los drones venían de forma automática con la actualización que lanzó DJI. Si los usuarios no actualizaban sus dispositivos no podían volar a más de 50 metros de largo y a 30 metros de altura. Para hacerlo posible la compañía se aseguró de que las aeronaves siguieran un proceso de activación.
Ni que decir tiene, la idea de DJI es evitar el uso ilegal de sus drones. Especialmente tiene importancia la cuestión de posibles ataques terroristas, incluido el despliegue por parte del Estado Islámico de sus aeronaves armadas con bombas. De ahí que el producto de esta empresa rusa pueda parecer como éticamente cuestionable, pese a que habrá operadores a los que les haya pillado por sorpresa la medida de DJI.
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