Llega San Valentín, y como siempre, estamos ante la mítica duda de qué regalar. Esto no va a ser una guía para darte ideas, sino todo lo contrario, para que sepas qué es lo que no deberías regalar por la fiesta del amor, a no ser que quieras dormir en el sofá o quedarte soltero.

Cualquier cosa dentro de una caja pequeña
Sí, el problema es nuestro por esperar cosas que no van a suceder. Y lo más mítico es esperar un anillo de compromiso, o algo así. Por lo que una caja pequeña, que puede contener un anillo, puede llegar a ser algo que haga mucha ilusión. Así que, chicos, no nos deis falsas esperanzas con una lujosa cena para darnos luego una caja que contengan… un par de bonitos pendientes.
No es que sea un regalo cutre, pero sí un motivo por el que podéis quedaros sin sexo esa noche. Si lleváis poco tiempo igual no, pero si ya lleváis muchos años con esa persona, igual está pensando que deberíais dar un paso más a vuestra relación.
Si cometes el error de regalarlo, no intentes mejorarlo con otra joya. Ya no cuela. Y no será suficiente hasta que de verdad regales el anillo.

Un calendario de bichos feos
Sí, de verdad existe, y lo podéis encontrar en Internet. San Valentín, al ser una fiesta que se da a comienzos del año, puede suceder que se regalen agendas, calendarios, y ese tipo de organizadores. Pero no, un calendario no es muy buena idea.
Ni siquiera un calendario de bichos. Porque a no ser que vuestra chica, o vuestro novio sea un verdadero estudioso de estos insectos, no creo que le haga gracia.
Ni siquiera te merece la pena la risa que echarás al ver la cara que se le queda, porque luego las peleas pueden llegar a ser mayores.

Calcetines
Por muy graciosos que te parezcan, no, no es un buen regalo. Es algo cutre. Puede que sea una indirecta para decirle a tu pareja que sus pies son fríos como un témpano de hielo y te molesta que te los arrime para calentarse, pero… puede haber más regalos originales.
Da igual que sean suaves, de su color favorito, con motivos originales, o que sean para casa. En serio, sigue intentándolo con más esfuerzo.
En general, las prendas no son buenos regalos, excepto cuando sabes exactamente lo que él o ella quiere, la talla, y el color. Si no tienes estos datos, alerta, no lo pienses: mejor no comprarlo.

La cuota de un gimnasio
¿Tantas ganas tienes de morir el día de San Valentín? Tanto si compras el bono de un gimnasio, una crema adelgazante muy cara, o esas pastillas ideales para perder peso, a tu pareja se le pasarán las ganas de celebrar el día de los enamorados.
Ahora bien, también es un buen método de ahorrarte la cena de San Valentín.
La explicación es bien sencilla: la estás llamando “gorda” en toda regla. Sin sutilezas. A lo mejor tú creíste que quería eso con tanta queja de que no se sentía en forma, pero… no, esa no es la manera.
Una depiladora
Esto también tiene relación con lo anterior. Puede que tú hayas visto que se gasta mucho dinero en sesiones en el esteticista, y quieras ahorrarle algo de eso. Sí, la buena intención está ahí.
Sin embargo, para nosotras eso significa: “cuídate, peluda“. Así que una vez más: a no ser que ella exprese clara y directamente “quiero una depiladora eléctrica”, mejor no acercarse a la sección de cuidado femenino.
Realmente esto se puede aplicar a todo lo que tenga que ver con el aspecto: tenacillas para el pelo, cepillos de dientes… Todo eso es mejor desecharlo.
Jabón para que huelas como un gato
Sabes que a ella le gustan los animales y tiene un gato. Y te parece un buen punto haber encontrado un regalo original como este: un jabón con olor a comida de gato. Puedes pensar: “genial, le parecerá gracioso“.
Pues no, no lo es. Con esto das a entender que su futuro es ser una loca vieja de los gatos solterona, y que si fuera por ti, ya puede empezar a coleccionar felinos y oler como ellos.
¿Realmente somos tan rebuscadas con regalos tan simples? Sí, lo somos.

Flores que no sean frescas
Lo de las flores ya es un cliché. Al igual que el hecho de que ella te diga que sus flores preferidas son las rosas. Pero quitando la falta de originalidad, diremos que a veces, ir a lo clásico no es malo.
Sobre todo cuando la alternativa son flores que no son frescas. A alguien se le ocurrió la idea de que las flores secas eran poéticas. Eh… no, porque son flores muertas.
Y otros casos van a peor. Flores hechas con beicon. Sí, para que pueda engordar y admirar su olor a la vez. ¿En qué momento decidiste que eso fue una buena idea?

Una planta
Vamos a decirlo sin rodeos: eso es lo que le regalas a una madre, una abuela, o a la vecina del quinto por haber cuidado de tus perros. Pero no a una novia o esposa.
A veces pienso que se debería hacer una recopilación de la cara de todas aquellas a las que les regalaron una planta.
Y no lo mejoréis con: “esto simboliza nuestro amor eterno”, o “según me han dicho, da paz y serenidad”. Sí, pues eso es lo que no vas a tener en mucho tiempo, majo. Estáis regalando un ser vivo, la posibilidad de que ese símbolo de vuestro amor muera siendo un centro de mesa y con las hojas caídas.

Un electrodoméstico
No hay nada más cutre que regalarle a una mujer un electrodoméstico. Una batidora multifunción. Una aspiradora graciosa. Un mango limpiacristales decorado.
Igual cuando éramos pequeños, pensábamos que era el regalo ideal para nuestra madre. Todavía puede serlo. Pero regalarle la última Thermomix a tu pareja, es como decirle que como cocinera es una ignorante, y que preferirías comer comida china el resto de tu vida.
Ah, y que tiene la casa muy sucia, si le regalas la aspiradora. ¿Por qué no grabas en el mango de la aspiradora “Límpialo, guarra”, para rematarlo? Así seguro que se olvida de San Valentín en unos años.

Todo lo que tiene forma de anillo
Sí, ya hemos visto que crear malentendidos con la caja del anillo es mala idea. Pero entonces, ¿qué te hace pensar que un llavero con forma de anillo es algo maravilloso como regalo?
O incluso una taza cuya asa tiene forma de anillo. Una cosa es crear malentendidos, otra es restregárselo por la cara el día de San Valentín.
Un poco menos de crueldad, por favor. En el fondo las mujeres somos seres sensibles. Una recomendación: arreglar algo así es muy fácil, y solo tienes que regalarle un anillo de verdad.

Molde para bizcochos con forma de pene
Lo viste en la tienda, y te pareció original, porque a ella le gusta mucho hornear, hacer esos cupcakes tan de moda, deliciosos, delicados, y llenos de ornamentaciones innecesarias, porque te las comerás de un bocado.
Pero esto ya es de vergüenza ajena. Puedes incluso ver tartas que luego llegan a ser de lo más realistas, dependiendo del fondant, de la crema que lo recubre, etc.
Ahora bien, antes de comprarlo, hazte una pregunta: ¿te sentirías cómodo comiéndote una tarta así? Pues eso.

Condones
Eres un campeón, y como no te van las medias tintas, el regalo es directo, con un mensaje claro y sencillo: “esta noche hay tema”.
Ah, pero como es San Valentín, vamos a ser un poco románticos. Y los colocamos en forma de corazón. Ole por ti.
Realmente es tener mucha fe en una noche como esta. Pero seamos claros: ni aunque sean fluorescentes, ni aunque sean de color negro, ni aunque sea del nuevo sabor de fresas con champán. En ninguno, ninguno de los casos, es una buena idea para San Valentín.

Guantes para parejas
A los adolescentes ñoños y a las parejas en las series de televisión les gustan mucho estas horteradas. Sí, es un pack de guantes para todo ellos.
Porque os queréis tanto, que queréis sentir siempre la mano de la otra persona, y por eso han creado para vosotros unas bonitas manoplas unidas, porque así, nadie os separará.
No os preocupéis, porque aparte, os dan dos guantes más, para que la otra mano no se os enfríe. Y si al final rompéis con vuestra pareja, al menos tenéis un par, ya que podéis tirar sin ningún problema la manopla grande.

Una tarjeta regalo
Hace unos años, salió esta moda de las tarjetas regalo: cada tienda tenía su tarjeta: El Corte Inglés, Game, Amazon, iTunes… Pero es, en toda regla, una declaración de que no tenéis ni idea y de que no conocéis a vuestra pareja.
Bueno, si es algo más específico, como la de videojuegos, o de libros, podéis daros de listos y decir “es que como tienes tantos… no sé cuál te falta”. Pero muy pocas veces funciona.
Lo digo de verdad, esto solo es para aquellas personas que, al pensar que eres muy rácano, te de igual que piensen, porque solo has cargado 15 euros. Esto vale para la comunión del hijo de tu jefe, el bautizo de tu ahijado, el sobrino de tu novia, o el hijo de la panadera. Pero ya está.

Sexo para tontos
Y esto es un mal regalo tanto para él como para ella. Es la señal de que ha llegado la hora de discutir. De que querías venganza, y de demostrar que ya te da igual dormir esa noche en el sofá.
Este debe ser el mítico libro que se ha comprado más por Internet que en las librerías. Pero en realidad, no sabemos si de verdad os va a ser de mucha ayuda.
Lo que sí os garantizamos es que el día de San Valentín no es el más ideal para hablar de problemas en la cama, y abordar el tema de esta forma. Pero sí es una solución para no tener más esos problemas… con esa persona, claro.
La entrada 15 regalos espantosos para que tu pareja odie al fin San Valentín aparece primero en Ocio.
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Cualquier cosa dentro de una caja pequeña
Sí, el problema es nuestro por esperar cosas que no van a suceder. Y lo más mítico es esperar un anillo de compromiso, o algo así. Por lo que una caja pequeña, que puede contener un anillo, puede llegar a ser algo que haga mucha ilusión. Así que, chicos, no nos deis falsas esperanzas con una lujosa cena para darnos luego una caja que contengan… un par de bonitos pendientes.
No es que sea un regalo cutre, pero sí un motivo por el que podéis quedaros sin sexo esa noche. Si lleváis poco tiempo igual no, pero si ya lleváis muchos años con esa persona, igual está pensando que deberíais dar un paso más a vuestra relación.
Si cometes el error de regalarlo, no intentes mejorarlo con otra joya. Ya no cuela. Y no será suficiente hasta que de verdad regales el anillo.

Un calendario de bichos feos
Sí, de verdad existe, y lo podéis encontrar en Internet. San Valentín, al ser una fiesta que se da a comienzos del año, puede suceder que se regalen agendas, calendarios, y ese tipo de organizadores. Pero no, un calendario no es muy buena idea.
Ni siquiera un calendario de bichos. Porque a no ser que vuestra chica, o vuestro novio sea un verdadero estudioso de estos insectos, no creo que le haga gracia.
Ni siquiera te merece la pena la risa que echarás al ver la cara que se le queda, porque luego las peleas pueden llegar a ser mayores.

Calcetines
Por muy graciosos que te parezcan, no, no es un buen regalo. Es algo cutre. Puede que sea una indirecta para decirle a tu pareja que sus pies son fríos como un témpano de hielo y te molesta que te los arrime para calentarse, pero… puede haber más regalos originales.
Da igual que sean suaves, de su color favorito, con motivos originales, o que sean para casa. En serio, sigue intentándolo con más esfuerzo.
En general, las prendas no son buenos regalos, excepto cuando sabes exactamente lo que él o ella quiere, la talla, y el color. Si no tienes estos datos, alerta, no lo pienses: mejor no comprarlo.

La cuota de un gimnasio
¿Tantas ganas tienes de morir el día de San Valentín? Tanto si compras el bono de un gimnasio, una crema adelgazante muy cara, o esas pastillas ideales para perder peso, a tu pareja se le pasarán las ganas de celebrar el día de los enamorados.
Ahora bien, también es un buen método de ahorrarte la cena de San Valentín.
La explicación es bien sencilla: la estás llamando “gorda” en toda regla. Sin sutilezas. A lo mejor tú creíste que quería eso con tanta queja de que no se sentía en forma, pero… no, esa no es la manera.

Una depiladora
Esto también tiene relación con lo anterior. Puede que tú hayas visto que se gasta mucho dinero en sesiones en el esteticista, y quieras ahorrarle algo de eso. Sí, la buena intención está ahí.
Sin embargo, para nosotras eso significa: “cuídate, peluda“. Así que una vez más: a no ser que ella exprese clara y directamente “quiero una depiladora eléctrica”, mejor no acercarse a la sección de cuidado femenino.
Realmente esto se puede aplicar a todo lo que tenga que ver con el aspecto: tenacillas para el pelo, cepillos de dientes… Todo eso es mejor desecharlo.

Jabón para que huelas como un gato
Sabes que a ella le gustan los animales y tiene un gato. Y te parece un buen punto haber encontrado un regalo original como este: un jabón con olor a comida de gato. Puedes pensar: “genial, le parecerá gracioso“.
Pues no, no lo es. Con esto das a entender que su futuro es ser una loca vieja de los gatos solterona, y que si fuera por ti, ya puede empezar a coleccionar felinos y oler como ellos.
¿Realmente somos tan rebuscadas con regalos tan simples? Sí, lo somos.

Flores que no sean frescas
Lo de las flores ya es un cliché. Al igual que el hecho de que ella te diga que sus flores preferidas son las rosas. Pero quitando la falta de originalidad, diremos que a veces, ir a lo clásico no es malo.
Sobre todo cuando la alternativa son flores que no son frescas. A alguien se le ocurrió la idea de que las flores secas eran poéticas. Eh… no, porque son flores muertas.
Y otros casos van a peor. Flores hechas con beicon. Sí, para que pueda engordar y admirar su olor a la vez. ¿En qué momento decidiste que eso fue una buena idea?

Una planta
Vamos a decirlo sin rodeos: eso es lo que le regalas a una madre, una abuela, o a la vecina del quinto por haber cuidado de tus perros. Pero no a una novia o esposa.
A veces pienso que se debería hacer una recopilación de la cara de todas aquellas a las que les regalaron una planta.
Y no lo mejoréis con: “esto simboliza nuestro amor eterno”, o “según me han dicho, da paz y serenidad”. Sí, pues eso es lo que no vas a tener en mucho tiempo, majo. Estáis regalando un ser vivo, la posibilidad de que ese símbolo de vuestro amor muera siendo un centro de mesa y con las hojas caídas.

Un electrodoméstico
No hay nada más cutre que regalarle a una mujer un electrodoméstico. Una batidora multifunción. Una aspiradora graciosa. Un mango limpiacristales decorado.
Igual cuando éramos pequeños, pensábamos que era el regalo ideal para nuestra madre. Todavía puede serlo. Pero regalarle la última Thermomix a tu pareja, es como decirle que como cocinera es una ignorante, y que preferirías comer comida china el resto de tu vida.
Ah, y que tiene la casa muy sucia, si le regalas la aspiradora. ¿Por qué no grabas en el mango de la aspiradora “Límpialo, guarra”, para rematarlo? Así seguro que se olvida de San Valentín en unos años.

Todo lo que tiene forma de anillo
Sí, ya hemos visto que crear malentendidos con la caja del anillo es mala idea. Pero entonces, ¿qué te hace pensar que un llavero con forma de anillo es algo maravilloso como regalo?
O incluso una taza cuya asa tiene forma de anillo. Una cosa es crear malentendidos, otra es restregárselo por la cara el día de San Valentín.
Un poco menos de crueldad, por favor. En el fondo las mujeres somos seres sensibles. Una recomendación: arreglar algo así es muy fácil, y solo tienes que regalarle un anillo de verdad.

Molde para bizcochos con forma de pene
Lo viste en la tienda, y te pareció original, porque a ella le gusta mucho hornear, hacer esos cupcakes tan de moda, deliciosos, delicados, y llenos de ornamentaciones innecesarias, porque te las comerás de un bocado.
Pero esto ya es de vergüenza ajena. Puedes incluso ver tartas que luego llegan a ser de lo más realistas, dependiendo del fondant, de la crema que lo recubre, etc.
Ahora bien, antes de comprarlo, hazte una pregunta: ¿te sentirías cómodo comiéndote una tarta así? Pues eso.

Condones
Eres un campeón, y como no te van las medias tintas, el regalo es directo, con un mensaje claro y sencillo: “esta noche hay tema”.
Ah, pero como es San Valentín, vamos a ser un poco románticos. Y los colocamos en forma de corazón. Ole por ti.
Realmente es tener mucha fe en una noche como esta. Pero seamos claros: ni aunque sean fluorescentes, ni aunque sean de color negro, ni aunque sea del nuevo sabor de fresas con champán. En ninguno, ninguno de los casos, es una buena idea para San Valentín.

Guantes para parejas
A los adolescentes ñoños y a las parejas en las series de televisión les gustan mucho estas horteradas. Sí, es un pack de guantes para todo ellos.
Porque os queréis tanto, que queréis sentir siempre la mano de la otra persona, y por eso han creado para vosotros unas bonitas manoplas unidas, porque así, nadie os separará.
No os preocupéis, porque aparte, os dan dos guantes más, para que la otra mano no se os enfríe. Y si al final rompéis con vuestra pareja, al menos tenéis un par, ya que podéis tirar sin ningún problema la manopla grande.

Una tarjeta regalo
Hace unos años, salió esta moda de las tarjetas regalo: cada tienda tenía su tarjeta: El Corte Inglés, Game, Amazon, iTunes… Pero es, en toda regla, una declaración de que no tenéis ni idea y de que no conocéis a vuestra pareja.
Bueno, si es algo más específico, como la de videojuegos, o de libros, podéis daros de listos y decir “es que como tienes tantos… no sé cuál te falta”. Pero muy pocas veces funciona.
Lo digo de verdad, esto solo es para aquellas personas que, al pensar que eres muy rácano, te de igual que piensen, porque solo has cargado 15 euros. Esto vale para la comunión del hijo de tu jefe, el bautizo de tu ahijado, el sobrino de tu novia, o el hijo de la panadera. Pero ya está.

Sexo para tontos
Y esto es un mal regalo tanto para él como para ella. Es la señal de que ha llegado la hora de discutir. De que querías venganza, y de demostrar que ya te da igual dormir esa noche en el sofá.
Este debe ser el mítico libro que se ha comprado más por Internet que en las librerías. Pero en realidad, no sabemos si de verdad os va a ser de mucha ayuda.
Lo que sí os garantizamos es que el día de San Valentín no es el más ideal para hablar de problemas en la cama, y abordar el tema de esta forma. Pero sí es una solución para no tener más esos problemas… con esa persona, claro.
La entrada 15 regalos espantosos para que tu pareja odie al fin San Valentín aparece primero en Ocio.
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