Al igual que en el mundo de los videojuegos existen tropiezos tan estrepitosos como el de Concord, el terreno del cine no se libra de batacazos absolutamente históricos. Eso es precisamente lo que sucedió con La isla de las cabezas cortadas, un desastre de proporciones tan colosales que todavía se mantiene en el Libro Guinness de los Récords como el mayor fracaso comercial de todos los tiempos.
Con un presupuesto de 98 millones de dólares y unos ingresos en taquilla de apenas 10.017.322 dólares, la productora Carolco Pictures se fue directamente a la quiebra por semejante despropósito financiero. Ni siquiera una estrella rutilante de la época como Geena Davis pudo recuperarse de semejante varapalo durante un tiempo, lo cual frenó su ascendente carrera allá por 1995.
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Tal y como señalan nuestros compañeros de Sensacine, los problemas ya comenzaron a surgir incluso antes del estreno. Renny Harlin se presentó como director de una producción por la que Carolco Pictures lo estaba apostando todo, hasta el punto de cancelar Crusade con Arnold Schwarzenegger como protagonista. De esta forma, la compañía que apadrinó Rambo, Desafío Total y Terminator 2 esperaba contar con un presupuesto mayor, el cual llegó a triplicarse.
Harlin y Davis estaban casados por aquel entonces, por lo que el fichaje de la actriz especializada en comedias románticas fue casi instantáneo. Michael Douglas fue tentado para asumir uno de los roles, pero finalmente se bajó del barco en pos de que Matthew Modine tras una intensa búsqueda del cineasta. Sin embargo, Harlin descuidó sus tareas supervisando al resto del equipo durante esa etapa, por lo que no estuvo nada satisfecho con todo lo diseñado por el equipo de producción y exigió una revisión que conllevó más inversión.
Para echar más leña al fuego, el cámara Nicola Pecorini fue despedido y con él le acompañaron bastantes miembros de la producción. A su vez, Harlin reescribió el guión y tuvo que rascarse el bolsillo para poner encima de la mesa un millón de dólares más, ya que Carolco Pictures ya estaba ahogada por las deudas. Por si fuera poco, el director de fotografía Oliver Wood se fracturó una pierna en un accidente y fue necesario contratar a Peter Levy en sustitución.
Evidentemente, el mejunje resultante fue un despropósito que todavía se recuerda 30 años después y dejó temblando a Hollywood acerca del éxito del género de piratas. Hoy en día no es posible encontrar La isla de las cabezas cortadas en ninguna plataforma de streaming, pero sí que existen voces que reinvidican su valor. Una pena que nadie se diese cuenta de ello hace tres décadas.
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La noticia 30 años después, esta película sigue teniendo el récord al mayor fracaso de taquilla de todos los tiempos fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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