La misión Apolo 13 tenía como objetivo el de llevar por tercera vez a los americanos a la Luna. Sin embargo, el resultado de los astronautas de la NASA no fue tan exitoso como en Apolo 11 y 12.
La nave del Apolo 13 era recogida el 17 de abril de 1970 del océano Pacífico por el portaaviones americano U.S.S. Iwo Jima, un aterrizaje de emergencia realizado contra todo pronóstico. Según la NASA, se produjo un fallo en el tanque de oxígeno, el cual se recalentó y terminó estallando. En unos primeros instantes, los astronautas incluso llegaron a pensar que la nave impactó contra un meteorito, pero no fue así.
La explosión dañó el Módulo de Servicio, de vital importancia para realizar un alunizaje que debió ser abortado. Por ello, en un caso extremo, los tripulantes decidieron que la opción más ideal era la de volver a la Tierra, aun temiendo por los riesgos de que el motor también resultase dañado.
Finalmente, a bordo del Módulo de Mando la nave pudo entrar en la atmósfera terrestre sin que los astronautas sufrieran ningún incidente, algo que parecía imposible de conseguir.
Créditos: NASA
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