Ser un poco obsesivo a veces paga, por ejemplo, cuando es tiempo de hacer planes para un viaje.
Algunos de nosotros somos, quizás, un poco demasiado precavidos, dando lugar a que otras personas nos etiqueten como neuróticos o como obsesivo-compulsivos. Pues bien, hoy vengo a demostrarles que existe al menos una situación en la cual ser un poco neurótico tiene ciertas ventajas: el momento de planificar cualquier cosa. Viajar es uno de esos escenarios en los cuales estar suficientemente preparado puede arrojar grandes beneficios. Y cuando surgen inconvenientes inesperados y nosotros ya tenemos una respuesta preparada, posiblemente te preguntes cómo puedes ser, tú también, un poco más neurótico.
1. Verifica los requisitos de visado
Es evidente que tienes que verificar si necesitas una visa para el país al cual vas a viajar, pero posiblemente todavía no te hayas ocupado de averiguar si necesitas visa para los países en los que harás escala. Algunos países, como Estados Unidos, exigen visa también para aquellos viajeros que están en tránsito, y no queremos ser los protagonistas de un escenario tipo Tom Hanks, ¿cierto?
2. Averigua cómo funciona el transporte público
Claro, puedes hacerlo una vez que llegues, pero también puedes, si eres precavido, ir a la página web de su sistema de transporte público, buscar un mapa, entender cómo funciona y cómo se interconectan los diferentes sistemas (y los tipos de boletos o pases que hay disponibles) y ubicar la estación de metro más cercana a tu hotel y a tus destinos principales. ¿Es algo obsesivo? Sí, pero te ahorrará tiempo valioso cuando ya estés allá. ¿O quieres perder media hora de tu viaje intentando averiguar qué significa cada color en un mapa del metro de Tokio?
Tokyo Subway Map por Sam Kim bajo licencia CC BY NC 2.0.
3. Reserva tu asiento con suficiente tiempo
¿Puedes hacerlo cuando hagas check-in? Sí. Pero también puedes hacerlo con suficiente antelación como para que realmente tengas una elección en cuanto a dónde sentarte. Revisa SeatGuru para saber cuáles son los asientos más incómodos en el avión en que vas a viajar, y toma una decisión consistente con tu personalidad. Si planeas dormir durante todo el vuelo, quizás prefieras un asiento de ventanilla. En lo personal, yo detesto tener que molestar a alguien cada vez que quiero levantarme, así que siempre elijo pasillo, pero ten en cuenta que serás tú a quien hagan ponerse de pie a cada rato.
4. Haz respaldos de todo
Esto no tendría que hacer falta ni decirlo. Haz copias de tu pasaporte. Haz copias de tus certificados de vacunación. Haz copias de tus itinerarios de vuelo. Haz copias de tus prescripciones médicas y de la fórmula de tus anteojos. Una vez que tengas copias de todo, súbelas a Evernote: las copias se pueden perder.
Por último, establece una persona de contacto (alguien que no vaya a viajar contigo) y déjale los números de teléfono donde puede localizarte en caso de emergencia.
5. Averigua el clima
Antes de empacar ni siquiera una camiseta, es importante saber cuál es el pronóstico del clima para el lugar que vas a visitar. Páginas como AccuWeather te permiten visualizar un pronóstico extendido hasta de un mes a partir de una fecha determinada, con lo cual sabrás con cierta seguridad si debes empacar ropa abrigada o meter el traje de baño.
Si bien algunos piensan que estar demasiado preparado puede quitarle la aventura a tu viaje, quienes somos un poquito neuróticos pensamos que hacerte suficientes preguntas antes de embarcarte en esa aventura puede ser lo que te ofrezca la red de seguridad para poder tomar otros riesgos, mucho más divertidos que el de perder el pasaporte o que te nieguen el ingreso a un país por falta de visa. No es posible prepararte para todo, y no queremos tampoco planificar tanto que nos termine paralizando, pero al menos puedes hacer tu parte para que las sorpresas que recibas sean gratas.
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