Que los años años ochenta del siglo XX llevan bastante tiempo de moda no parece algo dudoso, y aquí tenéis varios cortos de animación de muestra.
El hecho de que parcelemos la esencia y el estilo de la historia más cercana del mundo contemporáneo según las distintas décadas no es otra cosa que una simple arbitrariedad, que cumple con nuestra exigencia de mantener un orden y colocarle etiquetas a los recuerdos. Huimos de las complejidades que nos ponen nerviosos porque nos dificultan la comprensión, pero de alguna forma tenemos que hacer reconocibles nuestras referencias socioculturales con el paso del tiempo, y es lo que saben muy bien los cineastas que han realizado los cortometrajes animados sobre diferentes aspectos de los años ochenta del siglo pasado que veréis a continuación.
‘From Burger It Came’, de Dominic Bisignano (2008)
Se trata de una excéntrica comedia negra estadounidense sobre un chaval que teme una infección del VIH y padecer el sida por zamparse una simple hamburguesa en un comedor escolar: conocido es que este virus decimonónico comenzó a extenderse y provocar estragos a lo largo del mundo en los años últimos años ochenta. Esta insólita y frenética amalgama visual gustará sin duda a aquellos que prefieran el cine que se sale de lo académico y, en este caso, de la animación más tradicional, por no hablar de los amantes del humor retorcido.
‘Seven Smiles’, de Jim Lujan (2010)
Aquí nos adentramos en el mundo de los delincuentes organizados yanquis que nos trae a la memoria títulos como Scarface (Brian de Palma, 1983) o Goodfellas (Martin Scorsese, 1990). Es todo lo contrario a la ligereza y la energía del cortometraje anterior: se construye prácticamente con enfoques fijos y pequeños movimientos faciales, y para ir a juego con estas maneras casi estáticas, la verdad es que el desarrollo de la historia resulta muy limitado.
‘Space Stallions’, de Thorvaldur Gunnarsson (2011)
Todos los que crecimos en estos años ochenta somos capaces de distinguir el tipo de animación de muchas series televisivas que veíamos por entonces, sobre todo las de fantasía y las de aventuras cósmicas. Pues la propuesta de este corto danés es una introducción ficticia a una de estas series, con todos los pormenores que cabe esperar y el nervio y el colorido oportunos. Las únicas pegas lógicas son sus caprichos fantásticos y su propia escasez narrativa.
‘Padre’, de Santiago Grasso (2013)
La inercia del absurdo y la malignidad de las dictaduras militares que sacudieron a América Latina en el siglo XX, ejemplificados en un microcosmos el fin de la de Videla y sus secuaces en Argentina, es lo que nos muestra aquí Grasso, que ya nos había encandilado con El empleo (2008). La técnica que emplea esta vez es el stop-motion, y se sirve de la ruptura de la rutina en la opresión y la esclavitud, de las metáforas y de la sorpresa para transmitirnos su mensaje, acabando con algo de pertinente documental en los créditos.
‘MALL 84’, de Gervais Merryweather (2016)
Un cortometraje británico que, en su muy exigua duración, retrata lo que se considera la estética ochentera en cuanto a ropa y peinados de varias generaciones y tribus urbanas, la música electrónica que se podía escuchar, algunas películas que se convirtieron en iconos de la época o la diversión de los videojuegos en los recreativos, y algunos elementos más. Hay quien lo define como “una carta de amor al cine de los años ochenta” por lo que elige enseñar, e incluso por la clase de letra que se utiliza en los títulos. Quizá el más satisfactorio de esta selección junto con el de Grasso.
Bonus: ‘LA-Z Rider Couch Gag’, de Steve Cutts (2016)
Y para terminar, otro ejemplo de que los últimos años ochenta están de moda, puede que gracias a que tanto el grueso de los consumidores como el de los creadores de productos de consumo vivieron entonces su juventud: la parodia que The Simpsons nos brindó en el gag del sofá del episodio “Teenage Mutant Milk-caused Hurdles” (27x11), que recrea la otra variedad generalizada de series tanto de animación como de imagen real televisiva: las policiacas de acción similares a Miami Vice (Anthony Yerkovich y Andrés Carranza, 1984-1990). Sus referencias cinematográficas van desde la ya mencionada Scarface, TRON (Steven Lisberger, 1982), Back to the Future (Robert Zemeckis, 1985) o Die Hard (John McTiernan, 1988) hasta Knight Rider (Glen A. Larson, 1982-1986) y, por supuesto, la propia Miami Vice. Más amor por los ochenta.
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