¿Alguna vez has pensado en dedicarle algunas horas a una actividad de voluntariado? Te damos cinco razones por las cuales no deberías postergarlo ni un minuto más.
Hacer voluntariado puede parecer, visto desde afuera, una de esas cosas que hace la gente que cuenta con demasiado tiempo entre sus manos. Visto desde adentro, quienes dedicamos parte de nuestro tiempo a labores sociales sabemos que no es que esas horas nos sobren, sino que lo hacemos por muchas razones que van más allá de la remuneración monetaria de un trabajo y que hacen del voluntariado una actividad que llena nuestras vidas y retribuye con creces nuestros esfuerzos. Hay más de cinco razones para dedicar algunas de tus horas a una actividad voluntaria, pero creo que con estas cinco debería bastar para convencerte:
Obtener experiencia
Tanto si estás empezando tu carrera profesional, como si amas algo que no es lo que estudiaste y no sabes cómo empezar a hacerlo, hacer voluntariado en una actividad relacionada es una manera genial de acumular experiencia en el área que te interesa. Las comunidades que se forman en torno a este tipo de actividades están llenas de conocimientos y siempre dispuestas a ayudar, así que podrás aprender sin temor y con el apoyo de otra gente que ya tiene experiencia.
Conocer gente con cosas en común
Cuando somos muy jóvenes, nuestras amistades se forman un poco por proximidad: los vecinos, los chicos que estudiaron en nuestra misma clase, los compañeros de la universidad. Pero parte del proceso de hacerse adulto es ir destilando ese grupo de personas e ir encontrando gente con la que tienes cosas reales en común: valores, metas, proyectos similares de vida. Del mismo modo en que tomar un curso en algo que te interesa mucho es una forma de encontrar nuevos amigos, hacer voluntariado es otra manera infalible de hallar gente con tus mismos valores e intereses, con la que será fácil trabar amistad por cuanto parten de esa base fundamental compartida.
Hacer contactos
Es inevitable regresar por distintas razones al concepto de comunidad, puesto que creo que es uno de los aspectos más valiosos del voluntariado. Mucha de la gente que conocerás ya está trabajando en el área que te interesa, y por esa razón se convertirán en un capital invaluable a la hora de pedir consejos o recomendaciones profesionales. Una red de voluntarios es un lugar fantástico para encontrar un mentor, una figura de suma importancia para alguien que esté comenzando en cualquier ámbito.
/www.flickr.com/photos/panationalguard/6941095638/">Milton Hershey School Students Volunteer at Fort Indiantown Gap, bajo licencia CC BY NC ND 2.0
Obtener oportunidades
Gran parte de lo que llamamos "suerte" no es sino la posibilidad de estar en el lugar correcto, en el momento correcto. Involucrarte verdaderamente con una comunidad ligada a la causa que te interesa es la mejor manera de enterarte de ofertas de empleo, becas, eventos, concursos y cualquier otro tipo de oportunidades relacionadas que podrías aprovechar para avanzar en tu carrera, construir relaciones profesionales, viajar y aprender más sobre tus intereses. Hay un mundo de información que te estás perdiendo por no estar activo en estas comunidades ahora mismo.
Hacer el mundo un poco mejor
Por supuesto, tanto oportunismo no podía serlo todo. La mayor razón para hacer voluntariado es, sin lugar a dudas, la posibilidad de otorgarle un propósito a tu vida. Hay estudios que determinan que las personas que dedican parte de su tiempo a hacer algo por su comunidad o por su mundo son más felices y más sanas. Contrario a lo que pueda parecer, dedicar parte de tu tiempo a hacer voluntariado no te hará menos productivo para el resto de tus actividades, sino mucho más, porque te llenará de energía y de ganas de continuar emprendiendo cosas nuevas. Esta ventaja, en mi opinión, es la más importante, porque no existe nada comparable a la sensación de saltar de la cama por las mañanas con ganas de hacer lo que tienes que hacer ese día.
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