El control de la presión de los neumáticos de tu coche es fundamental no solo para acometer largos viajes sino para el día a día. Aquí tienes 6 motivos por los que deberías dedicarle 5 minutos al mes a su control.
¿Tienes 5 minutos libres al mes para realizar tu mismo uno de los mantenimientos más importantes para tu coche? Seguro que sí. Te hablo del neumático, el único punto de contacto entre el coche y la carretera, un elemento de seguridad muy importante y que ahora que estamos en pleno periodo vacacional, cobra si cabe más importancia. Por eso, desde Hipertextual queremos daros 6 motivos para concienciaros del control de la presión de tus neumáticos.
La presión correcta es diferente para cada vehículo y para cada medida de neumático.
Lo primero es hablar de la presión del neumático. Existen dos presiones de inflado, la normal y otra para cuando vamos a circular con el coche a plena carga, esta información está indicada en el manual de mantenimiento del vehículo y también en el adhesivo situado, o bien en la tapa del depósito de gasolina o al abrir la puerta.
Como norma general un exceso de presión conlleva un menor agarre, mayor riesgo de sufrir un reventón, una pérdida de comodidad de marcha y posibles averías en los sistemas de suspensión y dirección del vehículo.
- Se reduce la adherencia y se produce un mayor flaneo en las curvas, lo que genera una pérdida de precisión, posibles reventones o incluso se podría llegar a desllantar en plena curva.
- Riesgo de reventón por sobrecalentamiento. El aire interior del neumático ayuda a que éste refrigere, cuando la presión está por debajo de la recomendada tiene menos capacidad de disipar la temperatura y además el neumático sufre más deformaciones que la incrementan, por lo que el riesgo de sufrir un reventón se eleva notablemente.
- Aquaplaning. En caso de circular sobre suelo mojado unos neumáticos con la presión por debajo de la recomendada tienen mayor posibilidad de sufrir el efecto aquaplaning, situación en la que el neumático no es capaz de evacuar todo el agua y pierde contacto con el asfalto.
- Frenadas más largas. Unos neumáticos bajos de presión tienen menor adherencia y, por tanto, el coche necesita más metros para reducir su velocidad que con esos mismos neumáticos a su presión correcta.
- Mayor desgaste. Mayor rozamiento, mayor temperatura y mayores torsiones hacen que los neumáticos que trabajan con una presión por debajo de la recomendada se desgasten con mayor velocidad, más rápido cuanto menor sea la presión.
- Mayor consumo. Al aumentar la resistencia a la rodadura el esfuerzo para mover el coche es mayor, por lo que se incrementa el consumo de combustible.
Con solo 5 minutos, y a poder ser sin haber recorrido muchos metros con el coche si es que tenéis que ir a una gasolina a comprobar la presión, podéis ahorrar dinero en gasolina y evitar posibles accidentes.
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