Xiaozhu, el hermano gemelo chino de la estadounidense Airbnb, levanta $60 millones de financiación, los cuales no está previsto que destine a su expansión fuera del país asiático.
Como casi todo lo que existe en el mundo occidental siempre tiene una réplica, prácticamente idéntica en Asia. Esta vez le ha tocado el turno al gemelo chino de la plataforma de house sharing estadounidense Airbnb: Xiaozhu, "cerdito" en chino.
Esta startup, con sede en Pekín, ha saltado a la primera plana por su reciente ronda de financiación, a través de la cual ha recaudado $60 millones de cuatro firmas de private equity: Morningside Venture Capital, Citic Capital Partners Venture, Alegría capital y Magic Stone Alternativa. Los fondos obtenidos estarán destinados a la mejorar los servicios al usuario, aumentar el personal, y al I+D.
Xiaozhu seguirá operando en China sin previsión de expandirse al extranjeroEl éxito de esta plataforma, creada en 2012, podría radicar principalmente en el exceso de oferta de viviendas desocupadas que existe ahora mismo en China, posiblemente por el incremento de una burbuja inmobiliaria similar a que hemos sufrido en España, y al interés creciente de sus dueños de aprovechar su patrimonio inmobiliario. Además de un aumento de la tendencia en el país asiático, hasta ahora bastante tradicional, de acercarse a la economía colaborativa a través de aplicaciones de intercambio de bienes y servicios.
El modelo de negocio, como era de esperar, no nos descubre nada nuevo. Funciona exactamente igual que la estadounidense; los usuarios buscan en la web de la compañía las opciones de vivienda que se ofrece para una estancia de vacaciones o negocios en función de sus necesidades, y reservan a través de la plataforma. Su particularidad: únicamente están presentes en China. La firma ofrece alojamiento en 200 ciudades del inmenso país, con más de 30.000 casas disponibles, las cuales pretende ampliar.
De momento, esta plataforma, y alguna otra similar que se dedica a lo mismo en el país asiático, no han salido de sus fronteras, ni tiene previsto hacerlo, y es que rara vez lo hacen. En China e India existe una libertad casi absoluta en cuestiones de propiedad intelectual y competencia, que nada tiene que ver con la que reina en occidente. Habría que estudiar este tipo de cuestiones en el caso de su entrada en occidente, además de posibles enfrentamientos en el caso de que Xiaozhu inicie una estrategia de expansión mundial como ya pasó con la entrada de los fabricantes de móviles chinos en Europa, y las consiguientes demandas de Nokia, Microsoft y Ericsson por violación de propiedad industrial. Casualmente Xiaozhu empieza igual que Xiaomi. Porque, sí bien jugamos en una liga de libre mercado en que la competencia es necesaria y permitida, todos sabemos que muchas veces lo que viene de Asia no juega con las mismas reglas que occidente.
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