
En una audiencia del Comité Judicial del Senado, el FBI, el Departamento de Justicia y la oficina de Manhattan DA se pidió la acción del Congreso para persuadir, e incluso obligar, a las compañías tecnológicas como Google o Apple a agregar puertas traseras del orden público en el cifrado de sus sistemas operativos. Sólo la Fiscalía de Vance pone un número o un valor cuantitativo al problema creciente que representa la seguridad en el cifrado que tiene el iPhone, contra lo que los investigadores no pueden hacer nada. Vance testificó que en un total de 92 casos de iPhone con iOS 8, en 74, cerca de un 80 por ciento, de los casos la policía no pudo acceder a los contenidos del dispositivo, gracias a la actualización de cifrado que se puso en vigor en Septiembre de 2014.
Vance reflejó lo que ocurre en Manhattan extrapolándolo a todo el país indicando que: "Si esta es mi experiencia en una oficina en Manhattan, es una experiencia similar en todo el país". Vance se resigna a que seguro que se puede hacer algo, que no se puede dejar la inaccesibilidad a estos contenidos por defecto. Por supuesto hay mucha gente en contra de lo que Vance insinúa, por lo que no es un debate fácil ante el que nos encontramos.
Estos 74 casos representan los casos posteriores a la actualización que llevó a Apple a no mantener las claves de descifrado que podrían utilizarse para desbloquear los dispositivos favoreciendo las investigaciones policiales. La fiscalía habla de que ejecutan unos 100.000 casos al año, y el porcentaje en el que los iPhone aparecen es muy bajo, aunque cuando aparecen representan un gran obstáculo para los policías. Seguiremos atentos al debate que se está desarrollando en los Estados Unidos referente al cifrado de los dispositivos y la solicitud al Congreso de herramientas o vías para conseguir acceder a la información cifrada por parte de las Entidades de Seguridad del Estado.
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