
Una saga tan longeva como la de Star Wars ha vivido numerosas etapas, partiendo de una película como La Guerra de las Galaxias con unas pretensiones limitadas, hasta una expansión total y absoluta tras la compra de Disney de los derechos de George Lucas. Ha habido mucha clase de interpretaciones para los eventos vividos en una galaxia muy, muy lejana y hay medios de todo tipo para consumirlos.
Cómics, novelas, series y videojuegos son algunos ejemplos en los que se ha abierto todavía más el enfoque principal que se ha dado en la gran pantalla. La saga de El Poder de la Fuerza fue una de las más interesantes en este sentido, pues presentaba a todo un aprendiz de Darth Vader, antes del comienzo de la lucha contra la Alianza Rebelde. Por si fuera poco, todo se trataba de una estratagema a espaldas del Emperador para derrocarle.
Hoy en día el bueno de Starkiller no es más que una curiosidad del pasado debido a que pertenece al canon de Leyendas, el cual sigue siendo accesible, pero no impera de ninguna forma sobre el actual. Con todo, LucasArts se atrevió en las dos entregas a crear varias expansiones que nos permitían sacarle un poco más de jugo a los poderes de un Sith reconvertido... ¿o no?
Abraza el Lado Oscuro
"La Rebelión está al borde de la destrucción. Llevando a cabo un ataque desesperado contra la segunda Estrella de la Muerte, los rebeldes esperan restaurar la libertad en la galaxia.
Mientras la batalla hace estragos en el espacio, un pequeño grupo de rebeldes aterriza en la luna boscosa de Endor para asaltar el generador de escudo que protege la estación de combate.
Lo que los rebeldes no saben es que Darth Vader ha enviado a su asesino personal, un oscuro clon de Starkiller, para acabar con la Rebelión de una vez por todas…"
Así comienza el DLC de Endor de Star Wars: El Poder de la Fuerza II, el cual parte de la premisa con la que cerraba el final oscuro. Este añadido, que tan solo se pudo jugar en PS3 y Xbox 360, permitía explorar un futuro hipotético en el que el clon malvado de Starkiller era enviado a acabar con la Alianza en la luna de Endor. Básicamente, una revisión de los acontecimientos que se vivieron en El Retorno del Jedi en 1983.
En realidad, todo se trataba de un concepto que inició el primer título al contar con sendos DLC que tornaban en una fiesta del Lado Oscuro los eventos de Una Nueva Esperanza y El Imperio Contraataca. Tanto es así que debíamos aniquilar tanto a Obi-Wan Kenobi como al mismísimo Luke Skywalker para demostrar nuestra lealtad hacia Vader. Si bien la continuidad es distinta en este sentido, de alguna forma LucasArts toma el relevo y deja claro que Han Solo, Chewbacca y Leia son las únicas figuras de renombre que quedan en pie defendiendo la causa rebelde.
En este caso toca impedir que los Ewoks y sus aliados destruyan el búnker del generador de escudo, y así evitar el riesgo de que la nueva Estrella de la Muerte sea destruida. No solo ellos son los enemigos, sino que también hay que acabar con todo Soldado de Asalto con el que nos crucemos, ya que Vader lo último que quiere es que su Maestro se entere de que está tramando.
Lo cierto es que existe un pequeño placer culpable en utilizar los poderes de la Fuerza para mandar a volar a los pequeños Ewoks y que reboten contra los árboles, pero la puesta en escena es notable. Atacan desde las alturas, ya sea en sus puestos en los troncos o recurriendo a planear sobre la cabeza de Starkiller, pero no representan una amenaza real. El protagonista es tan, pero tan poderoso que este tramo se debe tomar como la hora del recreo en el colegio.

Sin embargo, el primer examen llega con el encuentro a las puertas del búnker imperial con Han Solo y Chewbacca. El wookie se ha armado con un AT-ST, lo cual complica la batalla, aunque finalmente salimos victoriosos devolviendo todos los proyectiles que nos envía. El clásico QTE de la época termina agarrando del cuello al ser peludo, con lo complicado que resulta semejante movimiento, y Starkiller decide usarlo como escudo ante la ráfaga de disparos de Han Solo.
Una escena brutal que termina con la muerte de Chewbacca a manos de su propio compañero, el cual no es rival alguno para el Sith. Ni siquiera se presenta como un combate real, ya que toda la secuencia transcurre en una cinemática en la que el contrabandista está desesperado y no puede hacer nada más que ver cómo su enemigo desvía cualquier disparo de su pistola. Por supuesto, el fin se produce con un empalamiento crudo y frío, sin ningún intercambio de palabra.
Una Skywalker más
Lo sorprendente del interior del generador es que se trata de un lugar gigantesco y que no parecía corresponderse con su apariencia exterior, pero aquí es donde hay que aniquilar tropas imperiales. Da igual que la electricidad azote por todas partes, es turno de cortar, cortocircuitar y llegar hasta el fondo del asunto para encontrarse con la propia Leia Organa. Ella es la encargada de colocar y hacer detonar el dispositivo que hará que todo salte por los aires, pero antes va a dar mucha guerra.
¿Cómo una diplomática de Alderaan sería capaz de ofrecer resistencia? Pues como bien dice ella, tomando el testigo de su hermano y convirtiéndose en una Caballera Jedi. Su sable láser, al estilo del de Obi-Wan Kenobi, presenta una hoja amarilla enorme y se revela que también viste túnicas de la Orden caída. A pesar de que demuestra poseer una agilidad impresionante, no es capaz de resistir el poder bruto, experiencia y habilidades superiores del Aprendiz Oscuro. El malvado Starkiller saca provecho del hecho de que utiliza dos sables láser al mismo tiempo, por lo que ataca su punto débil atravesándola para morir.

Un punto de vista realmente interesante para Leia, pues mucho se jugó en el antiguo canon con el hecho de que Organa fuese una acólita de las directrices Jedi. Sin embargo, su destino estaba marcado en este DLC que termina la parte jugable, pero aún revela una escena más entre Palpatine y Vader en la Estrella de la Muerte. Ambos parecen satisfechos de haber acabado con los rebeldes en Endor, pero Sidious desvela que era conocedor de los planes traicioneros de su aprendiz. Es por ello que lo somete por completo con sus rayos, lo cual emula el final de El Retorno del Jedi, pero ahora el padre intercambiando el lugar de su hijo.
Finalmente, el Emperador ordena al Capitán Sarkli que lleve sus tropas a Endor y mate al clon, ya que ya no le es útil. Mientras medita junto al cadáver de Leia, el clon abre sus oscuros ojos rojos mientras vemos que el cielo se está llenando de Destructores imperiales que le van a atacar. La secuencia termina ahí tras apenas media hora de partida y también sirvió como cierre definitivo para una saga que LucasArts jamás pudo finalizar. La hipotética tercera entrega posiblemente hubiese contado con otro DLC y estaría bien haber visto qué se les ocurría para mostrar un futuro tenebroso. Sea como sea, estas pequeñas pinceladas de What if? son un soplo de aire fresco para marcas tan constreñidas a sus propias normas.
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La noticia A veces pasarse el canon por el arco del triunfo es lo que mejor le sienta a Star Wars fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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