Justo hoy se cumple un año de la primera vez que jugué a Star Citizen. O más o menos, porque al principio encontrar los hangares y hacer que la nave despegase era como una odisea en sí misma. Es muy poco para la cifra que suman la mayoría de jugadores, pero estoy seguro de que he vivido aventuras que otros muchos solo han visto en vídeos y directos.
Siempre he tenido la suerte de tener a personas dispuestas a ayudarme y llevarme de aventuras, algo que agradezco mucho porque me encanta entregarme a lo desconocido por la anécdota. Tanto es así que mi Aurora no sumó más de 10-15 usos antes de intercambiarla y que estaba dándome de hostias contra una The Hammerhead desde una Corsair (fiel a DRAKE incluso sin saberlo) antes de tener un nivel de pilotaje aceptable.
Me enorgullece saber que todo lo (poco) que he aprendido hasta ahora tiene su base en la experiencia. Rara vez he abierto YouTube para un tutorial. Porque, como te digo, he tenido personas que me han llevado a misiones sin tener en cuenta que era un grumetillo que no sabía ni ponerse el cinturón de seguridad. También he asaltado Reclaimers, Caterpillars y Hercules, entre otras bestias; inhabilitado un satélite para hacer ilegalidades y, por si todo esto fuese poco, he formado parte de la tripulación de una Polaris durante toda una noche. Y es solo el resumen.
Ha sido un año muy emocionante. He vivido muchas aventuras tanto en solitario como en compañía y compartido tiempo con personas de lo más variopinta. Ojalá pudiese compartir más tiempo con ellas en Star Citizen, pero la vida no da para jugar a todo. Aun así, siempre me han dejado la puerta abierta para cuando necesite.
Celebrando un año de aventuras en la Invictus 2025
Mi intención era esperar al 27 de mayo (hoy) para celebrarlo el día que tocaba, pero había dos problemas: el día de DRAKE Interplanetary en la Invictus era el día 25 y que el mismo día se lanza dlc Battle for Brooklyn de The Division 2. Y para mí no hay negociación posible cuando se trata de salvar Nueva York. Así que adelanté la celebración para hacerla coincidir con el espacio asignado a mi marca o empresa favorita del juego.
Nunca había estado en la Invictus de Star Citizen. Viene a ser una expo donde las empresas exponen sus últimas novedades en materia de naves, vehículos, armamento y más y permiten a cualquier cliente probar una selección de naves. El evento tiene un edificio físico dentro del juego y el tema de las pruebas se gestiona mediante el sistema de alquileres del juego. Todo muy bien medido e integrado.
Nada de lo expuesto este año me llamó la atención, pero aun así dediqué tiempo a ojearlo. Estaba solo, así que no puse a prueba la paciencia de nadie. Fue una experiencia entretenida y te cuento por qué: la forma de vender naves de Cloud Imperium Games me recuerda mucho a las compañías de coches. Dedican anuncios muy trabajados, exposiciones, pruebas... Saben muy bien qué fibras tocar a sus jugadores. Quizás acabo de decir una idiotez, pero es mi sensación desde que comencé a jugar a Star Citizen.
Tras ver la mayoría de explosiones al detalle (paso de vehículos terrestres y cazas por ahora), me dirigí hacia los paneles de alquiler para echar mano a una de mis naves más deseadas: la Caterpillar de DRAKE Interplanetary. Quiero añadirla a mi hangar algún día. Ya tengo la Golem y la Vulture, así que el paso intermedio es la Cutlass. Pero... ¿Por qué no saltar el escalón de esta última para celebrar mi cumpleaños como ciudadano de este universo?
La Caterpillar es una bestia enorme. Viene a ser un buque de carga espacial, muy larga y relativamente estrecha. Su función principal es llevar grandes cantidades de carga. He saqueado unas cuantas, así que soy plenamente consciente de las barbaridades que puede llegar a almacenar en sus compartimentos. De hecho, casi me sé su interior de memoria de tantas veces que he entrado en gravedad cero a abrir todo el exterior de la nave desde los mandos del piloto muerto.
No hice gran cosa más allá de pilotar un poco por el espacio, hacer un par de saltos y luego dar vueltas en vuelo atmosférico por Área 18 al atardecer. Fue poco, pero suficiente para fantasear con aventuras de mercenario-camionero espacial. Si algún día esto de los videojuegos me da un respiro, me gustaría dedicarle tiempo a Star Citizen transportando carga de la gente.
Por ejemplo, una de las actividades que más he hecho en Star Citizen es hacer curros de cazarrecompensas y saquear naves en busca de recursos valiosos. Las últimas veces llevábamos una Corsair y una Cutlass, así que el inventario era ciertamente limitado para nuestras ambiciones.
Pero... ¿Qué pasaría si un servidor fuese con una de sus naves favoritas del mundo, la Caterpillar? Pues que literalmente podríamos robar hasta hincharnos y luego repartir la carga en un espacio seguro. Y lo mismo para cualquiera que requiera un buque de carga espacial a su servicio. Al terminar me da un porcentaje de los beneficios y listo. Creo que es el siguiente paso lógico después de disfrutar de la minería y la chatarrería con la Golem y la Vulture respectivamente. Todo depende del cuartelillo que me dé 2025 y parte de 2026. En cualquier caso, ha sido un año fantástico en Star Citizen y espero que sea el primero de muchos.
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En VidaExtra | Me niego a abordar más naves en Star Citizen hasta que se me olvide la ansiedad que he sufrido durante mi primer curro de cazarrecompensas
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La noticia Acabo de cumplir un año jugando a Star Citizen y esto solo acaba de comenzar fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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