Sí, ya sabemos que la comida basura mata lentamente. Pero hay otros alimentos que aún se sirven en restaurantes, o que tenemos nosotros en nuestras despensas, y que pueden ser potencialmente dañinos para nuestro cuerpo y consumimos sin saberlo. A continuación repasamos algunos de ellos.

El atún, mejor reservarlo
Si miramos nuestra despensa, seguro que encontramos unas cuantas latas de atún. Bueno, esto no nos mata, seguro, pero la verdad es que en ciertos grados, el atún puede llegar a ser muy peligroso, por la cantidad de mercurio que puede absorber el animal, aún estando vivo.
Es por eso que siempre nos recomiendan comer pescados azules, de tamaño medio, que no hayan estado demasiado expuestos a este contaminante, que puede producir daños en el sistema nervioso, especialmente durante la gestación. Por este motivo, normalmente se recomienda a las mujeres embarazadas y a los niños, disminuir todo lo posible la cantidad de pescado que comemos.
No solamente ocurre con el atún, sino con otros pescados azules de gran tamaño, como el pez espada o el mero. Así que cuidadito con ello.

Las semillas de fruta
Sí, las semillas de la fruta pueden ser muy perjudiciales. Y no estamos hablando de frutas exóticas, o raras en nuestro país, sino de frutas cotidianas, como las peras, manzanas o cerezas, o melocotones. Antes de que el miedo entre en tu cuerpo, no te alarmes, que nosotros te lo explicamos.
La razón de que sean peligrosas, es que en la parte carnosa de la semilla, en el interior, suele haber cierta cantidad de una sustancia, que es considerada como una precursora del cianuro. Aún así, la cantidad es ínfima, así que no suele haber problemas.
De hecho, para que una persona pueda morir por la ingesta de semillas, debería comer medio centenar de semillas de manzana, por ejemplo, algo que nadie en su sano juicio haría. En principio.

La nuez moscada
Este es un elemento que suele estar en las despensas, junto a otros condimentos que solemos usar. En realidad, en su justa medida, no es nada tóxico, pero ¿qué ocurre cuando ingerimos grandes cantidades de nuez moscada?
Fácil, el aceite esencial de este alimento se ha calificado de estupefaciente. Sí, drogas. No, no corras a probarlo, porque tenemos que avisarte de que encontrar la justa medida es algo muy difícil: si te pasas, los daños neurológicos pueden llegar a ser graves.
La intoxicación puede producirte dolores de cabeza, náuseas, fiebre, convulsiones y embriaguez, entre otras cosas. Pero además de eso, también te puede dañar el hígado y ayudar a la reproducción de las células cancerígenas. Mejor no acercarse demasiado, ¿no crees?

Leche no pasteurizada
Últimamente estamos expuestos a mucha información y mucha moda. Tendemos a creer que lo más natural, lo que sale de los animales, sin pasar por procesos químicos, es mucho más sano, y hay demasiada confianza en la naturaleza. Pero ojo, que esto nos puede salir muy caro.
La leche no pasteurizada puede contener bacterias que podrían desaparecer solo por el proceso de la pasteurización. Y seguro que algunas sí las conoces: la salmonella, el E. coli, o la listeria.
Nadie se salva de ello, pero las personas con el sistema inmunitario débil son más propensas a coger este tipo de bacterias. También los niños y las mujeres embarazadas corren ese riesgo. Los síntomas pueden ir desde el dolor en el abdomen hasta el vómito o la diarrea.
Si no estás seguro de que lo vayas a tomar está pasteurizado, mira la etiqueta. Son unos segundos más, pero pueden prevenir algunos males.

Las patatas
Nunca faltan en nuestras casas, y no nos referimos a las patatas fritas, que sabemos que no pueden llegar a ser totalmente sanas, por mucho que quieran decirnos los anuncios de la tele. Las patatas crudas pueden llegar a sentarnos mal.
Se debe a la cantidad de solanina, una sustancia que puede causar irritaciones en la garganta, y en la boca, además de causar daños en el estómago e incluso al sistema nervioso. Se puede encontrar sobre todo en las patatas que llevan mucho tiempo en casa, es decir, aquellas a las que les están saliendo brotes.
Pero tranquilos, las intoxicaciones no suelen ser graves, y probablemente no nos demos ni cuenta. Seguramente incluso alguna vez hemos notado los síntomas, pero puede que en ese caso, hayamos creído que algo nos ha sentado mal, y hemos pasado por alto las patatas. Quién sabe.

La miel sin pasteurizar
Ah, ¿pero es que la miel se pasteuriza? Primera noticia que tengo, oye. Pero sí, la miel cruda puede ser dañina. Si buscas un poco, también encontrarás con que la miel sin pasteurizar puede tener algunos beneficios, como ayudar con la artirtis.
Seguramente alguna vez en tu vida hayas probado la miel cruda, y algunos apicultores presumen de ello, porque durante muchos años se ha comido así, del panal a tarro. El problema está en que la miel cruda puede provocarnos náuseas, debilidad generalizada, mareos y vómitos.
El proceso de pasteurización es muy parecido al de la leche, con algunas adaptaciones, y muy breve. Por eso, si tienes un sistema digestivo delicado, asegúrate primero de que esta tratada.

Setas salvajes
Sí, todavía existe gente que se las da de sabionda y al haber leído un par de libros de hongos y setas se creen que lo saben todo. Así que cuidado con estas personas.
Porque si alguna de estas te sirve un plato, y no estás seguro de a qué especie pertenecen, o si te parece sospechoso, mejor no probarlo. Los efectos son diversos y depende de la cantidad y la especie que ingieras. Puede ir desde alucinaciones, mareos, hasta incluso la muerte.
Lo mismo te digo si vas por el bosque y ves algo que se parece un champiñón. Aunque se parezca, mejor déjalo estar. Si no eres experto, no cojas nada, y menos aún metérselo en la boca, ya sea crudo o cocinado.

La carambola
Igual no te suena, o es que lo conoces por su nombre en inglés, “star fruit”. Sí, esta fruta es conocida porque, al partirla por la mitad, tiene forma de estrella. Normalmente, tiene muchos beneficios para la mayoría de las personas, debido a su cantidad de vitamina A y vitamina C.
Pero lo malo es que la carambola puede hacer daño a personas con insuficiencia renal, porque como tiene una gran cantidad de potasio, puede suponer un gran esfuerzo para esos órganos. También tiene un alto contenido en oxalato de calcio, lo que puede propiciar cálculos en el riñón a aquellas personas que suelen ser propensas a los cálculos renales.
En conclusión: puede derivar a otros problemas, como enfermedades en el sistema urinario o gastritis, entre otros. Por tanto, igual no compensa tanto el hecho de que tenga tantas vitaminas.

El pulpo vivo
Esto no es algo que vayamos a comer todos los días, pero sí que es cierto que se puede encontrar en algunos restaurantes japoneses, pues los nipones consideran este plato como una verdadera delicia y una delicatessen que hay que probar. Se trata de comer pulpos bebés, que aún están vivos.
En este caso, el peligro no está en el hecho de que haya un elemento, o un ingrediente que pueda tener efectos en el cuerpo humano, sino que hay un gran peligro de atragantamiento.
Si lo piensas un poco, tiene lógica. Tanto si comemos un pulpo enano, como si es un tentáculo que aún se mueve, su instinto de supervivencia le dice que se agarre como pueda para no caer en el estómago. Ay de ti, si no lo has masticado bien, y decide agarrarse en el interior de tu garganta. Por si acaso, mastica, mastica.

Cerebro de mono
Dudamos de si lo sirven en España o no, lo que es seguro es que sí que se puede encontrar en algunos países, tanto del continente africano, como del asiático. Es tan apetitoso como suena. No sabemos a quién se le ocurrió eso, pero vamos, si queréis probarlo y correr el riesgo, allá vosotros.
El peligro que conlleva es que puedes coger el mal de las vacas locas. Sí, de un mono. Así que cuidado, porque además de eso, te puedes encontrar algunos restaurantes en los que el mono aún está vivo. Es decir, que el cerebro se come completamente crudo. Algunos dirán que se adquiere la sabiduría del mono. Por si acaso, mejor alejarse para no adquirir también su locura.
No sé a vosotros, pero yo espero no encontrarme con algo así, desde luego.
La entrada Alimentos peligrosos que comes día a día aparece primero en Ocio.
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El atún, mejor reservarlo
Si miramos nuestra despensa, seguro que encontramos unas cuantas latas de atún. Bueno, esto no nos mata, seguro, pero la verdad es que en ciertos grados, el atún puede llegar a ser muy peligroso, por la cantidad de mercurio que puede absorber el animal, aún estando vivo.
Es por eso que siempre nos recomiendan comer pescados azules, de tamaño medio, que no hayan estado demasiado expuestos a este contaminante, que puede producir daños en el sistema nervioso, especialmente durante la gestación. Por este motivo, normalmente se recomienda a las mujeres embarazadas y a los niños, disminuir todo lo posible la cantidad de pescado que comemos.
No solamente ocurre con el atún, sino con otros pescados azules de gran tamaño, como el pez espada o el mero. Así que cuidadito con ello.

Las semillas de fruta
Sí, las semillas de la fruta pueden ser muy perjudiciales. Y no estamos hablando de frutas exóticas, o raras en nuestro país, sino de frutas cotidianas, como las peras, manzanas o cerezas, o melocotones. Antes de que el miedo entre en tu cuerpo, no te alarmes, que nosotros te lo explicamos.
La razón de que sean peligrosas, es que en la parte carnosa de la semilla, en el interior, suele haber cierta cantidad de una sustancia, que es considerada como una precursora del cianuro. Aún así, la cantidad es ínfima, así que no suele haber problemas.
De hecho, para que una persona pueda morir por la ingesta de semillas, debería comer medio centenar de semillas de manzana, por ejemplo, algo que nadie en su sano juicio haría. En principio.

La nuez moscada
Este es un elemento que suele estar en las despensas, junto a otros condimentos que solemos usar. En realidad, en su justa medida, no es nada tóxico, pero ¿qué ocurre cuando ingerimos grandes cantidades de nuez moscada?
Fácil, el aceite esencial de este alimento se ha calificado de estupefaciente. Sí, drogas. No, no corras a probarlo, porque tenemos que avisarte de que encontrar la justa medida es algo muy difícil: si te pasas, los daños neurológicos pueden llegar a ser graves.
La intoxicación puede producirte dolores de cabeza, náuseas, fiebre, convulsiones y embriaguez, entre otras cosas. Pero además de eso, también te puede dañar el hígado y ayudar a la reproducción de las células cancerígenas. Mejor no acercarse demasiado, ¿no crees?

Leche no pasteurizada
Últimamente estamos expuestos a mucha información y mucha moda. Tendemos a creer que lo más natural, lo que sale de los animales, sin pasar por procesos químicos, es mucho más sano, y hay demasiada confianza en la naturaleza. Pero ojo, que esto nos puede salir muy caro.
La leche no pasteurizada puede contener bacterias que podrían desaparecer solo por el proceso de la pasteurización. Y seguro que algunas sí las conoces: la salmonella, el E. coli, o la listeria.
Nadie se salva de ello, pero las personas con el sistema inmunitario débil son más propensas a coger este tipo de bacterias. También los niños y las mujeres embarazadas corren ese riesgo. Los síntomas pueden ir desde el dolor en el abdomen hasta el vómito o la diarrea.
Si no estás seguro de que lo vayas a tomar está pasteurizado, mira la etiqueta. Son unos segundos más, pero pueden prevenir algunos males.

Las patatas
Nunca faltan en nuestras casas, y no nos referimos a las patatas fritas, que sabemos que no pueden llegar a ser totalmente sanas, por mucho que quieran decirnos los anuncios de la tele. Las patatas crudas pueden llegar a sentarnos mal.
Se debe a la cantidad de solanina, una sustancia que puede causar irritaciones en la garganta, y en la boca, además de causar daños en el estómago e incluso al sistema nervioso. Se puede encontrar sobre todo en las patatas que llevan mucho tiempo en casa, es decir, aquellas a las que les están saliendo brotes.
Pero tranquilos, las intoxicaciones no suelen ser graves, y probablemente no nos demos ni cuenta. Seguramente incluso alguna vez hemos notado los síntomas, pero puede que en ese caso, hayamos creído que algo nos ha sentado mal, y hemos pasado por alto las patatas. Quién sabe.

La miel sin pasteurizar
Ah, ¿pero es que la miel se pasteuriza? Primera noticia que tengo, oye. Pero sí, la miel cruda puede ser dañina. Si buscas un poco, también encontrarás con que la miel sin pasteurizar puede tener algunos beneficios, como ayudar con la artirtis.
Seguramente alguna vez en tu vida hayas probado la miel cruda, y algunos apicultores presumen de ello, porque durante muchos años se ha comido así, del panal a tarro. El problema está en que la miel cruda puede provocarnos náuseas, debilidad generalizada, mareos y vómitos.
El proceso de pasteurización es muy parecido al de la leche, con algunas adaptaciones, y muy breve. Por eso, si tienes un sistema digestivo delicado, asegúrate primero de que esta tratada.

Setas salvajes
Sí, todavía existe gente que se las da de sabionda y al haber leído un par de libros de hongos y setas se creen que lo saben todo. Así que cuidado con estas personas.
Porque si alguna de estas te sirve un plato, y no estás seguro de a qué especie pertenecen, o si te parece sospechoso, mejor no probarlo. Los efectos son diversos y depende de la cantidad y la especie que ingieras. Puede ir desde alucinaciones, mareos, hasta incluso la muerte.
Lo mismo te digo si vas por el bosque y ves algo que se parece un champiñón. Aunque se parezca, mejor déjalo estar. Si no eres experto, no cojas nada, y menos aún metérselo en la boca, ya sea crudo o cocinado.

La carambola
Igual no te suena, o es que lo conoces por su nombre en inglés, “star fruit”. Sí, esta fruta es conocida porque, al partirla por la mitad, tiene forma de estrella. Normalmente, tiene muchos beneficios para la mayoría de las personas, debido a su cantidad de vitamina A y vitamina C.
Pero lo malo es que la carambola puede hacer daño a personas con insuficiencia renal, porque como tiene una gran cantidad de potasio, puede suponer un gran esfuerzo para esos órganos. También tiene un alto contenido en oxalato de calcio, lo que puede propiciar cálculos en el riñón a aquellas personas que suelen ser propensas a los cálculos renales.
En conclusión: puede derivar a otros problemas, como enfermedades en el sistema urinario o gastritis, entre otros. Por tanto, igual no compensa tanto el hecho de que tenga tantas vitaminas.

El pulpo vivo
Esto no es algo que vayamos a comer todos los días, pero sí que es cierto que se puede encontrar en algunos restaurantes japoneses, pues los nipones consideran este plato como una verdadera delicia y una delicatessen que hay que probar. Se trata de comer pulpos bebés, que aún están vivos.
En este caso, el peligro no está en el hecho de que haya un elemento, o un ingrediente que pueda tener efectos en el cuerpo humano, sino que hay un gran peligro de atragantamiento.
Si lo piensas un poco, tiene lógica. Tanto si comemos un pulpo enano, como si es un tentáculo que aún se mueve, su instinto de supervivencia le dice que se agarre como pueda para no caer en el estómago. Ay de ti, si no lo has masticado bien, y decide agarrarse en el interior de tu garganta. Por si acaso, mastica, mastica.

Cerebro de mono
Dudamos de si lo sirven en España o no, lo que es seguro es que sí que se puede encontrar en algunos países, tanto del continente africano, como del asiático. Es tan apetitoso como suena. No sabemos a quién se le ocurrió eso, pero vamos, si queréis probarlo y correr el riesgo, allá vosotros.
El peligro que conlleva es que puedes coger el mal de las vacas locas. Sí, de un mono. Así que cuidado, porque además de eso, te puedes encontrar algunos restaurantes en los que el mono aún está vivo. Es decir, que el cerebro se come completamente crudo. Algunos dirán que se adquiere la sabiduría del mono. Por si acaso, mejor alejarse para no adquirir también su locura.
No sé a vosotros, pero yo espero no encontrarme con algo así, desde luego.
La entrada Alimentos peligrosos que comes día a día aparece primero en Ocio.
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