La primera vez que vi Ape Out inmediatamente me cautivó. Era un juego kinético, lleno de energía, carisma y personalidad. Estaba lleno de sangre y su trama era más simple que el mecanismo que un chupete pero aun así manejaba estos elementos con muy buen gusto. Aparte, su jugabilidad era rápida y kinética. Y la banda sonora era espectacular. Me sorprendió mucho con tan sólo un minuto. Un minuto que sólo puedo describir como la definición de sofisticación. Era toda una monada de juego.
Al empezar a reseñar este título me impuse dos desafíos. El primero de ellos siendo el incluir bromas relacionadas con simios en cualquier sitio que pudiese. El segundo el intentar describir todos aquellos elementos que conforman la genial experiencia de Ape Out. Y desde el principio sabía que los dos me iban a costar bastante.
Supongo que por esto debería dejar de hacer el mono y ponerme a explicar de qué va este videojuego. Eres un gorila que quiere escapar de su jaula. El sitio del que quieres escapar está lleno de tipos malos con pistolas que hacen pupa. Huye mientras pintas las paredes de cada edificio de color rojo sangre.
A tu disposición tienes dos armas, tu brazo izquierdo y tu brazo derecho. Úsalos para golpear, agarrar y lanzar a cualquier humano. Si te da el mono, puedes incluso lanzar a cada uno de tus secuestradores contra las paredes para así destrozarles en un santiamén. Aquí no se aplica lo de simio no mata a simio.
No hay mucho más que explicar. El juego es particularmente simple en cuanto a su esquema de control, permitiendo al jugador pasarse este título usando tan sólo estas dos acciones aparte de moverse. Esto no quiere decir que podamos dormir la mona tranquilamente, puesto que el juego nos bombardeará con un gran número de enemigos a los que tendrás que enfrentarte… o bien huir. Un gorila no es inmune a las balas. Aunque puede resistir dos disparos antes de caer muerto.
Estos enemigos vienen en diferentes formas. Bien puedes encontrarte con un soldado común con un rifle cualquiera, como con un bruto más resistente con una escopeta o enemigos más escurridizos como un señor con lanzallamas o incluso un cruel villano que porta un lanzacohetes. Todos ellos proponen diferentes estrategias a las que tienes que adaptarte constantemente.
Todos estos enemigos cuentan con la ventaja de la distancia frente a nuestro gorila. Ellos pueden atacar desde una gran distancia con sus máquinas de guerra mientras que tus peludos brazos tienen un alcance muy limitado. La mejor estrategia por tanto es seguir un estilo de juego agresivo pero estratégico en el que se usan elementos del entorno como paredes o columnas para poder bloquear ataques del enemigo satisfactoriamente.
Ape Out es un juego que utiliza elementos procedurales constantemente, aunque al mismo tiempo, busca limitar ciertos aspectos relacionados con esta misma aleatoriedad. Cada nivel del juego mantiene una estructura general, aunque dentro de dichos límites preestablecidos, nos podemos encontrar con que la posición de paredes, enemigos y otros elementos es completamente aleatoria cada vez que empecemos un nivel. De esta forma, el juego mantiene su frescura incluso cada vez que repetimos cada nivel aparte de diferenciarse de otros títulos de carácter más metódico como Hotline Miami.
Hablando de niveles, el juego se divide en cuatro “campañas” distintas. Cada campaña está formada por ocho niveles distintos. Esta es la base de la historia principal del juego, tras la cual alcanzaremos los créditos. Ape Out tiene una duración muy corta, de tan sólo un par de horas, que puede ser un gran detrimento para un buen número de consumidores.
Hay que decir aun así que el juego cuenta con un modo arcade y un modo difícil extra para cada una de sus campañas aparte de un nivel adicional particularmente largo pero la mona aunque se vista de seda, mona se queda. No se puede negar por tanto que el juego es corto.
Pero a mí esto no me ha molestado en ningún momento. Y no me miréis raro, como si tuviese monos en la cara por ello. El juego consigue ser una experiencia destilada e interesante en todo momento, que consigue cumplir con su cometido sin resultar cargante con su duración. Aparte, el juego tiene sus dosis de rejugabilidad para aquellos jugadores que prefieren sacarle el máximo partido a cada título que compran. Ape Out es un juego con buen ritmo que consigue relucir sus puntos fuertes sin estirarlos innecesariamente por demasiado tiempo.
Estamos ante una experiencia que consigue sorprender constantemente y cuya magia no se disipa en ningún momento gracias en gran parte a su magnífica presentación. Como he dicho antes, la esencia de Ape Out es la sofisticación y tanto el estilo visual como la banda sonora son dos de los mayores logros de este genial videojuego puesto que encapsulan este previamente mencionado concepto a la perfección.
Empecemos si eso hablando acerca del apartado gráfico, el cual ha sido creado por el desarrollador Bennett Foddy, conocido también por juegos como QWOP o Getting over it. Ape Out utiliza figuras minimalistas, caracterizadas por ser simples formas rellenadas con colores, aun así poseyendo rasgos que podemos distinguir claramente. Es un estilo que recuerda a ilustraciones propias de mitad del siglo pasado que consigue al mismo tiempo ser funcional gracias a que es muy fácil de leer en todo momento y a la vez derrocha personalidad por todos los costados.
Pero dentro de la presentación aunque es cierto que los elementos visuales de este videojuego son dignos de mil y una alabanzas, la verdadera estrella no es ni más ni menos que la banda sonora. Desafortunadamente, no puedo nombrar ninguna pieza de esta colección musical. Esto mismo no es porque la música sea olvidable, todo lo contrario, sino porque Ape Out utiliza una banda sonora aleatoria en cada una de las partidas.
Así es, los escenarios no son lo único procedural dentro de este videojuego. La música de este juego también es generada de manera semialeatoria. Para ser más específicos, el juego usa una gran librería de ritmos de batería compuestos por Matt Boch que cambia constantemente dependiendo de la intensidad de la acción que vemos dentro del juego. Intensidad que se ve acentuada con cada una de las muertes que provocamos, cada una de ellas marcada con un satisfactorio toque de platillos.
La banda sonora se adapta de tal manera a la acción que se mantiene en todo momento el estilo sofisticado y elegante del juego en todo momento sin llegar a resultar repetitivo. Es una sensación mágica el crear todo un baile simiesco de violencia y destrucción en el que tus enemigos no pueden hacer nada salvo caer rendido ante tu hercúlea fuerza mientras en el fondo suenan ritmos frenéticos que te impulsan en todo momento hacia delante.
Ape Out es una experiencia que chuta adrenalina a todas las partes de tu cuerpo. Te sientes poderoso y hábil con cada paso que das, sin importar cada una de las muertes que hayas sufrido anteriormente, sólo por el hecho de que puedes acabar con todos tus enemigos en tan sólo una milésima de segundo.
He vivido situaciones tales como esquivar una bala que estaba rozando el pelaje anaranjado de mi simio para después agarrar un señor con una escopeta, asesinar a tres personas con el disparo de su arma, para después lanzarlo contra unos supervivientes, refugiarme inmediatamente después detrás de una pared y empujar luego a un señor a su muerte veinte pisos abajo suya. Y estos momentos son muy satisfactorios. Y divertidos también.
No es un juego extenso o muy complejo. Pero es un ejemplo claro de que menos a veces llega a ser más. Y con su simpleza me ha encandilado de tal manera que aquí me encuentro actualmente, intentando convencer a cualquier escéptico de que aunque el juego tiene sus problemas en ser un título de duración muy corta, este último elemento resulta ser una minucia puesto que lo que ofrece este juego de Gabe Cuzzillo es mucho mayor.
La entrada [Análisis] Ape Out se publicó primero en Nintenderos.com - Nintendo Switch y 3DS.
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Al empezar a reseñar este título me impuse dos desafíos. El primero de ellos siendo el incluir bromas relacionadas con simios en cualquier sitio que pudiese. El segundo el intentar describir todos aquellos elementos que conforman la genial experiencia de Ape Out. Y desde el principio sabía que los dos me iban a costar bastante.
Supongo que por esto debería dejar de hacer el mono y ponerme a explicar de qué va este videojuego. Eres un gorila que quiere escapar de su jaula. El sitio del que quieres escapar está lleno de tipos malos con pistolas que hacen pupa. Huye mientras pintas las paredes de cada edificio de color rojo sangre.
A tu disposición tienes dos armas, tu brazo izquierdo y tu brazo derecho. Úsalos para golpear, agarrar y lanzar a cualquier humano. Si te da el mono, puedes incluso lanzar a cada uno de tus secuestradores contra las paredes para así destrozarles en un santiamén. Aquí no se aplica lo de simio no mata a simio.
No hay mucho más que explicar. El juego es particularmente simple en cuanto a su esquema de control, permitiendo al jugador pasarse este título usando tan sólo estas dos acciones aparte de moverse. Esto no quiere decir que podamos dormir la mona tranquilamente, puesto que el juego nos bombardeará con un gran número de enemigos a los que tendrás que enfrentarte… o bien huir. Un gorila no es inmune a las balas. Aunque puede resistir dos disparos antes de caer muerto.
Estos enemigos vienen en diferentes formas. Bien puedes encontrarte con un soldado común con un rifle cualquiera, como con un bruto más resistente con una escopeta o enemigos más escurridizos como un señor con lanzallamas o incluso un cruel villano que porta un lanzacohetes. Todos ellos proponen diferentes estrategias a las que tienes que adaptarte constantemente.
Todos estos enemigos cuentan con la ventaja de la distancia frente a nuestro gorila. Ellos pueden atacar desde una gran distancia con sus máquinas de guerra mientras que tus peludos brazos tienen un alcance muy limitado. La mejor estrategia por tanto es seguir un estilo de juego agresivo pero estratégico en el que se usan elementos del entorno como paredes o columnas para poder bloquear ataques del enemigo satisfactoriamente.
Ape Out es un juego que utiliza elementos procedurales constantemente, aunque al mismo tiempo, busca limitar ciertos aspectos relacionados con esta misma aleatoriedad. Cada nivel del juego mantiene una estructura general, aunque dentro de dichos límites preestablecidos, nos podemos encontrar con que la posición de paredes, enemigos y otros elementos es completamente aleatoria cada vez que empecemos un nivel. De esta forma, el juego mantiene su frescura incluso cada vez que repetimos cada nivel aparte de diferenciarse de otros títulos de carácter más metódico como Hotline Miami.
Hablando de niveles, el juego se divide en cuatro “campañas” distintas. Cada campaña está formada por ocho niveles distintos. Esta es la base de la historia principal del juego, tras la cual alcanzaremos los créditos. Ape Out tiene una duración muy corta, de tan sólo un par de horas, que puede ser un gran detrimento para un buen número de consumidores.
Hay que decir aun así que el juego cuenta con un modo arcade y un modo difícil extra para cada una de sus campañas aparte de un nivel adicional particularmente largo pero la mona aunque se vista de seda, mona se queda. No se puede negar por tanto que el juego es corto.
Pero a mí esto no me ha molestado en ningún momento. Y no me miréis raro, como si tuviese monos en la cara por ello. El juego consigue ser una experiencia destilada e interesante en todo momento, que consigue cumplir con su cometido sin resultar cargante con su duración. Aparte, el juego tiene sus dosis de rejugabilidad para aquellos jugadores que prefieren sacarle el máximo partido a cada título que compran. Ape Out es un juego con buen ritmo que consigue relucir sus puntos fuertes sin estirarlos innecesariamente por demasiado tiempo.
Estamos ante una experiencia que consigue sorprender constantemente y cuya magia no se disipa en ningún momento gracias en gran parte a su magnífica presentación. Como he dicho antes, la esencia de Ape Out es la sofisticación y tanto el estilo visual como la banda sonora son dos de los mayores logros de este genial videojuego puesto que encapsulan este previamente mencionado concepto a la perfección.
Empecemos si eso hablando acerca del apartado gráfico, el cual ha sido creado por el desarrollador Bennett Foddy, conocido también por juegos como QWOP o Getting over it. Ape Out utiliza figuras minimalistas, caracterizadas por ser simples formas rellenadas con colores, aun así poseyendo rasgos que podemos distinguir claramente. Es un estilo que recuerda a ilustraciones propias de mitad del siglo pasado que consigue al mismo tiempo ser funcional gracias a que es muy fácil de leer en todo momento y a la vez derrocha personalidad por todos los costados.
Pero dentro de la presentación aunque es cierto que los elementos visuales de este videojuego son dignos de mil y una alabanzas, la verdadera estrella no es ni más ni menos que la banda sonora. Desafortunadamente, no puedo nombrar ninguna pieza de esta colección musical. Esto mismo no es porque la música sea olvidable, todo lo contrario, sino porque Ape Out utiliza una banda sonora aleatoria en cada una de las partidas.
Así es, los escenarios no son lo único procedural dentro de este videojuego. La música de este juego también es generada de manera semialeatoria. Para ser más específicos, el juego usa una gran librería de ritmos de batería compuestos por Matt Boch que cambia constantemente dependiendo de la intensidad de la acción que vemos dentro del juego. Intensidad que se ve acentuada con cada una de las muertes que provocamos, cada una de ellas marcada con un satisfactorio toque de platillos.
La banda sonora se adapta de tal manera a la acción que se mantiene en todo momento el estilo sofisticado y elegante del juego en todo momento sin llegar a resultar repetitivo. Es una sensación mágica el crear todo un baile simiesco de violencia y destrucción en el que tus enemigos no pueden hacer nada salvo caer rendido ante tu hercúlea fuerza mientras en el fondo suenan ritmos frenéticos que te impulsan en todo momento hacia delante.
Ape Out es una experiencia que chuta adrenalina a todas las partes de tu cuerpo. Te sientes poderoso y hábil con cada paso que das, sin importar cada una de las muertes que hayas sufrido anteriormente, sólo por el hecho de que puedes acabar con todos tus enemigos en tan sólo una milésima de segundo.
He vivido situaciones tales como esquivar una bala que estaba rozando el pelaje anaranjado de mi simio para después agarrar un señor con una escopeta, asesinar a tres personas con el disparo de su arma, para después lanzarlo contra unos supervivientes, refugiarme inmediatamente después detrás de una pared y empujar luego a un señor a su muerte veinte pisos abajo suya. Y estos momentos son muy satisfactorios. Y divertidos también.
No es un juego extenso o muy complejo. Pero es un ejemplo claro de que menos a veces llega a ser más. Y con su simpleza me ha encandilado de tal manera que aquí me encuentro actualmente, intentando convencer a cualquier escéptico de que aunque el juego tiene sus problemas en ser un título de duración muy corta, este último elemento resulta ser una minucia puesto que lo que ofrece este juego de Gabe Cuzzillo es mucho mayor.
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