Un sensor para gobernarlos a todos, un sensor para encontrarlos, un sensor para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas. El sensor CMOS de tamaño full frame y 42,4 megapíxeles es el corazón de la que quizá sea una de las mejores mirrorless del momento: la Sony A7R II.La Sony A7 II tenía muchos ingredientes para convertirse en una de las mirrorless por excelencia, pero era inevitable no echar en falta características que demostrasen el salto cualitativo que debía suponer esta nueva versión. Sin embargo, con la Sony A7R II parece que la empresa nipona ha decidido apuntar directamente al centro de la diana y mejorar lo que podemos considerar el corazón de su cámara: el sensor.
Mientras que la recientemente anunciada Sony A7S II incide en la sensibilidad como gran rasgo identificativo, este modelo se encuentra destinado para aquel usuario que desea capturar imágenes con una gran resolución. Por ello, el sensor full frame ahora es retroiluminado y posee 42,4 megapíxeles, lo que permite recortar la instantánea sin perder demasiado detalle.
De hecho, aunque la información de las listas simplemente debe ser anecdótica, el sensor de la Sony A7R II ha alcanzado el primer puesto en la página Dxomark. Pero no solo del sensor bebe esta Sony A7R II, también incorpora muchas de las otras características que vimos en la A7 II, como la estabilización de imagen de 5 ejes que corrige los movimientos de cámara y permite grabar vídeo sin vibraciones o captar imágenes a velocidades lentas.
¿Los resultados? Los analizaremos a lo largo del artículo. No hay que perder la perspectiva y debemos tener en cuenta que nos encontramos ante una cámara de 3.500€ (solo el cuerpo), por lo que las exigencias también deben situarse a la altura. Sin embargo, muchas de las pasiones que despierta la Sony A7R II se encuentran justificadas.
Cuerpo
Aunque lo más importante de un coche suele ser el motor, lo primero que nos suele llamar la atención es la carrocería. La Sony A7R II no es que destaque por su estética, ya que permanecen muchas de las líneas que pudimos ver en diseños anteriores, de hecho es casi idéntica. Así, se mantienen tanto aspectos negativos como positivos, aunque los segundos priman mucho más que los primeros.
De nuevo, la empuñadura vuelve a ser uno de los grandes protagonistas de su diseño. Es pronunciada, se agarra fácilmente y resulta bastante cómoda en las manos. Además su textura rugosa ayuda a que no se resbale y sujetarla sin ningún problema, algo que cobra bastante importancia cuando estamos ante una cámara de 3.500€.
En general, las sensaciones son bastante positivas. El cuerpo construido de aleación de magnesio nos transmite robustez y la seguridad de encontrarnos ante un dispositivo capaz de aguantar fácilmente cualquier golpe. Asimismo, Sony continúa apostando por un diseño prácticamente ausente de líneas curvas, sustituyendo éstas por ángulos rectos que ya se han convertido en una seña de identidad en la marca.
Por otro lado, tanto los diales como los botones parecen encontrarse correctamente ensamblados y situados justo donde deben estar. La construcción de estos, al igual que ocurre con el cuerpo, parece ser de bastante calidad. No existe nada que se tambalee o que vibre lo más mínimo. Es más, para girar el dial principal también tendremos que pulsar en el centro de éste, lo que en ocasiones puede convertirse en una ardua tarea.
Cambiar los valores necesarios para exponer una fotografía es bastante sencillo. Como viene siendo habitual, tenemos un dial trasero que modifica la velocidad de obturación; mientras que otro delantero puede ser usado para alterar el diafragma. Para el resto de ajustes solo basta con presionar el botón Fn de la parte trasera con el que accederemos a opciones rápidas que, entre otras cosas, nos permiten cambiar la ISO, la zona de medición o el modo de disparo.
Aunque parezca sorprendente, Sony sigue empeñada en situar el botón para grabar vídeo en una posición inaccesible, algo que lleva ocurriendo desde la primera A7 y que ya ha recibido suficientes críticas como para que lo hubiesen tenido en cuenta. Por desgracia, no ha sido así.
Visor y pantalla
El visor es el mismo que podemos encontrar en la Sony A7 II, el cual es electrónico, tiene 2.359.296 puntos y una cobertura del 100%. No hay duda, visores como el de esta cámara dejan patente que el electrónico debe ser la evolución natural del óptico. No existe apenas retardo, los colores son muy fieles y también permite mostrar toda la información de ayuda que necesitemos, ya sea el histograma en vivo o el nivel.
Al igual que ocurría con el visor, la pantalla LCD también es idéntica a su modelo anterior. Se trata de un monitor TFT de 3 pulgadas y 1.228.800 puntos, el cual también es basculable. Cumple con lo que promete: se puede ver adecuadamente bajo situaciones de luz directa y que sea articulable es una gran ayuda cuando tenemos que realizar planos complicados. No obstante, Sony vuelve a prescindir de funciones táctiles, algo que si tenemos en cuenta la gama de esta cámara no se debería antojar como un capricho innecesario.
Batería
La batería promete una duración de 340 fotos (usando la pantalla LCD), por lo que si vamos a pasar una tarde haciendo fotos es muy probable que necesitemos otra de repuesto. Tener una segunda batería se convierte en algo casi obligatorio se adquirimos una Sony A7R II.
El sensor
Tener un sensor full frame en una mirrorless ya es una característica de gran peso con la que Sony inauguró su gama A7. Pero en un año se pueden incorporar muchos avances, y la Sony A7R II es el ejemplo de ello. Ahora el sensor es un CMOS Exmor R de 42,4 megapíxeles, que como su propio nombre indica, se encuentra retroiluminado. Pero, ¿qué beneficios tiene esto? Según Sony, un sensor de estas características coloca los fotodiodos en una posición superior para así mejorar la captación de luz y el detalle de nuestras imágenes.
De 24x36 mm, retroiluminado y con una resolución de 42,4 megapíxeles, esas son los tres rasgos más identificativos de este nuevo sensor y, por tanto, también de la Sony A7R II. ¿Es suficiente? Mejor veámoslo con ejemplos.
La imagen superior se encuentra realizada con una sensibilidad de 6400, apertura de f/6,3 y 1/80 como velocidad de obturación. Para tratarse de un RAW sin editar tiene una calidad bastante aceptable, ya que podríamos mejorarlo fácilmente con un poco de edición. No obstante, esa no es la foto original.
Como veis, se trata de un enorme recorte. Está claro que los megapíxeles no son decisivos en la calidad de una imagen, pero definen hasta qué punto podemos recortar sin perder detalle. En este caso, esa función se cumple incluso con altas sensibilidades. Como segundo ejemplo hemos aprovechado el último eclipse de Luna, una ocasión ideal para comprobar hasta qué punto se puede recortar sin perder detalle.
[caption id="attachment_397418" align="aligncenter" width="700"] ISO 350 | 240mm | f/6,3 | 1/400[/caption]
[caption id="attachment_397417" align="aligncenter" width="700"] ISO 350 | 240mm | f/6,3 | 1/400[/caption]
La única edición que lleva la imagen son ajustes de niveles básicos y algo de enfoque, pero el resto se encuentra tal como se captó. Teniendo en cuenta que las imágenes se realizaron el objetivo 24-240mm f/3,5-6,3, el cual tampoco es el más indicado para este tipo de instantáneas, los resultados son bastante dignos.
Procesado
Aunque el RAW siempre es el formato más recomendado si estamos interesados en editar nuestras imágenes, el JPEG también se suele usar si pensamos en ahorrar espacio (un RAW ocupa unos 40 MB) o si tampoco vamos a alterar grandes valores de ese archivo. En este punto, el procesado es bastante importante, ya que en ocasiones es el encargado de arruinar una imagen convirtiendo un RAW decente en un JPEG nefasto. Sin embargo, esto no ocurre en la Sony A7R II.
Parece que el procesado actúa justo donde debe hacerlo. Es decir, aumenta algo la intensidad y aplica un poco de reducción de ruido sin que ésta llegue a ser excesiva, lo cual evita una gran pérdida de detalle. Quizá ese incremento de saturación no agrade a todos, pero tampoco se trata de algo muy exagerado.
Como vemos, incluso en la fotografía nocturna, que es donde más se suele pecar de un mal procesado y de colores empastados, los resultados son satisfactorios.
Enfoque
Desde la propia Sony se han encargado de afirmar que el enfoque de la A7R II ha mejorado incluyendo 399 puntos que cubren el 45 % del área de la imagen, pero la práctica es muy distinta a la teoría. Aunque no se trata de una mala experiencia, quizá este sea el punto más débil de la A7R II. Enfocar objetos cercanos con baja luminosidad siempre ha sido un problema para muchas cámaras, pero en esta ocasión esperaba algo más, sobre todo tratándose de la A7R II y su nuevo sensor.
Por otro lado, la A7R II solo puede disparar 5 fotogramas por segundo, por lo que no se trata de una cámara especialmente recomendada cuando pensamos en realizar fotografía deportiva o cualquier otro tipo que requiera una rápida ráfaga de imágenes. La causa podríamos atribuirla a procesar imágenes con una resolución 42,4 megapíxeles, pero la nueva A7S II de 12,2 megapíxeles admite la misma velocidad que este modelo.
ISO
[caption id="attachment_397423" align="aligncenter" width="700"] Click para ampliar[/caption]
De nuevo, el sensor de la Sony A7R II vuelve a ser el protagonista de unos buenos resultados. Recurrir a elevados valores de sensibilidad es una opción viable cuando no tenemos una luminosidad adecuada. El granulado es muy fino y el nivel de detalle sigue siendo muy aceptable incluso cuando las cifras alcanzan 12.800 de ISO. Quizá, con una baja luminosidad tengamos más problemas con el autofocus que con la ausencia de luz. Eso sí, tampoco nos vamos a sentir los reyes de la noche, algo que podría ocurrir con la con la A7S II.
Video
El video de la Sony A7R II se encuentra grabado en MP4 1.920 x 1.080 (60p/28 Mbps), aunque también permite hacerlo en XAVC S 4K: 3.840 x 2.160 (30p/100 Mbps). Aquí es donde reluce la estabilización de imagen de 5 ejes que Sony inauguró con la A7 II, la cual reduce aquellas molestas vibraciones producidas cuando decidimos obviar el trípode y grabar cámara en mano. Algunos planos del video superior se encuentran grabados utilizando la máxima distancia focal permitida por el objetivo (240mm), y todavía así se consiguen una estabilización muy aceptable.
Asimismo, también debemos comentar la función Super 35mm, con la que obtenemos el factor de recorte que tendríamos en un sensor APS-C. Se trata de una opción muy útil cuando estamos interesados en captar un plano más cercano de un objeto sin que esto afecte perjudicialmente a la calidad, lo cual es todo un lujo.
Grabar video nocturno con la Sony A7R II también es posible, ya que su capacidad para soportar grandes sensibilidades también son aplicables en este campo. No obstante, existen límites y pasar de 12.800 se convierte en una locura.
9La Sony A7R II es una de las mejores mirrorless del momento y gran parte de culpa la tiene su sensor. Como hemos visto, el rendimiento es muy positivo a pesar de utilizar altas sensibilidades o realizar grandes recortes sobre la imagen. Asimismo, también incluye muchas de las bondades que pudimos ver en la A7 II, como el visor o la estabilización de 5 ejes que permite grabar video cámara en mano sin ningún problema.
Además, el procesado de las imágenes JPEG cumple exactamente con lo que podríamos pedir en este apartado, lo cual es un consuelo para aquellos momentos en los que decidimos pasar de los casi 41 MB que ocupa el RAW a los 9 MB del archivo comprimido.
Como puntos negativos podríamos señalar la escasa duración de la batería, la baja cantidad de fotos por segundo (5fps) y un autofocus que muestra sus debilidades cuando se trata de mantener en foco a elementos cercanos. De todos ellos, el que más podría preocupar es el de los 5 fps, ya que sería un problema si nuestra intención es la de captar motivos que requieran de una mayor velocidad. Por ello, la Sony A7R II no es una cámara recomendada para fotografía deportiva.
No obstante, las debilidades de la Sony A7R II quedan ensombrecidas por sus virtudes. Ya no solo en lo referente a las imágenes, sino también en el vídeo, la cámara de la empresa nipona provoca la sensación de tener un dispositivo capaz de adaptarse a casi cualquier entorno y obtener unos resultados satisfactorios, lo cual es la definición perfecta de lo que busca un fotógrafo. - Sensor. El CMOS Exmor R de 42,4 megapíxeles y con tamaño full frame logra que la Sony A7R II ofrezca lo mejor de sí. Así, recortar y usar altas sensibilidades no es un problema para esta cámara.
Procesado. Aunque en ocasiones el procesado puede arruinar una buena imagen en RAW, en esta ocasión no ocurre.
Video. Con capacidad de grabar a XAVC S 4K: 3.840 x 2.160 (30p/100 Mbps) y de usar modos como Super 35mm, la Sony A7R II también se convierte en una gran opción como cámara de vídeo.
5 fotogramas por segundo. Procesar imágenes de 42,4 megapíxeles puede ser un gran hándicap para los fps de este dispositivo, pero la Sony A7S II continúa con dicha velocidad a pesar de tener 12,2 megapíxeles. Si tu intención es la de realizar fotografía deportiva, la Sony A7R II no es tu cámara.
Autofocus mejorable. Aunque se han hecho bastantes esfuerzos para mejorarlo, el autofocus puede no llegar al mismo nivel que obtendríamos con una DSLR de la misma gama. Fotografiar objetos cercanos con baja luminosidad es una tarea un tanto difícil.
Precio. Más o menos se sitúa al nivel de sus competidores, pero a los 3.500€ debemos sumarle el precio de un objetivo y (casi obligatoriamente) el de una batería adicional.
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