Febrero ya sabíamos que iba a ser uno de los meses más fuertes de este año por la enorme cantidad de lanzamientos que se iban a producir con juegos de todo tipo de géneros y con propuestas totalmente distintas entre unos y otros. Precisamente uno de los que llegará esta semana será Metro Exodus, la tercera parte de la saga de 4A Games que vuelve tras permanecer varios años ausente.
Hace unas semanas tuvimos el placer de jugar durante unas horas a algunos capítulos de esta nueva entrega de la franquicia postapocalíptica basada en las novelas de Dmitry Glukhovsky. En aquel momento nos dejó con muy buenas sensaciones, incluso dando la impresión de que podía aspirar a convertirse en el mejor título de la serie, así que nuestras ganas de probar a fondo la versión final eran enormes.
En Vida Extra
Metro Redux: análisis
Sin embargo, a veces de ha dado la situación de que nos hemos encontrado con juegos en los que las primeras impresiones han sido muy positivas y el resultado final acaba siendo totalmente distinto. Así pues, os invitamos a leer el análisis que hemos preparado y descubrir si este ha sido uno de esos casos.
El exterior del metro de Moscú, por fin
Si sois de los que no habéis jugado a los anteriores Metro, no os preocupéis, porque tampoco es tan indispensable para entender mejor el argumento de este juego. Además, nada más empezar nos ponen un poco en situación de los acontecimientos que han tenido lugar previamente, en el que una guerra nuclear ha arrasado casi por completo con toda la humanidad y ahora solo permanecen vivas cerca de 50.000 personas en todo el mundo, o eso es lo que creen nuestros protagonistas.
Los jugadores volverán a ponerse en la piel de Artyom, quien continúa renegando de la idea de que estén solos en el mundo y no haya nada más fuera de los túneles de Moscú, donde están refugiados los supervivientes. Su sueño siempre ha sido el de salir al exterior y ver mundo, ya que está convencido de que todavía hay personas fuera del metro de Rusia. Y, como se suele decir, quien la sigue la consigue, porque su deseo no tardará en hacerse realidad.
Artyom, junto con su mujer Anna y el resto de espartanos de su grupo que ya combatieron con él en el pasado, localizarán un tren, la Aurora, con el que podrán viajar por las vías del país al descubrir que efectivamente nuestro protagonista tenía razón. Todavía hay personas vivas y se puede respirar aire fresco, pese a los enormes signos de radiación que se han detectado en algunas partes del mundo y que han generado la aparición de mutantes, demonios y otras criaturas infernales.
De este modo, a lo largo de los meses y durante las estaciones de todo un año, tocará ir visitando diferentes localizaciones del país por un motivo que es mejor que descubráis vosotros mismos. Todo esto nos llevará a visitar niveles en forma de mundos abiertos, pero no de los que puedes recorrer en un momento, sino todo lo contrario, porque el tamaño de todos ellos es descomunal, dando la impresión de que son varios juegos en uno por las dimensiones tan enormes que tienen los escenarios.
Así pues, esta vez la trama no transcurrirá en los tétricos y siniestros túneles del metro de Moscú. En su lugar tocará recorrer estos mapas situados al aire libre y en los que pasaremos por una zona nevada, un cálido desierto o por los alrededores de un bosque, por ejemplo. Cada uno de estos sitios nos plantearán desafíos completamente distintos entre sí y en todos ellos habrá un motivo que nos hará explorarlos de arriba a abajo con una trama que está narrada a la perfección y que te engancha tanto como lo hacen las novelas originales.
La verdad es que los momentos de acción, con los de exploración y más de calma para hablar con otros personajes, están muy bien repartidos, aunque hay algunas conversaciones que se alargan considerablemente hasta límites un poco exagerados, sobre todo en el caso de las que son un tanto de relleno y que sirven para conocer más detalles acerca de los compañeros de Artyom. Todo con una excelente localización al castellano y un buen reparto de voces.
La supervivencia estará a la orden del día
Pasando a hablar sobre lo que es en sí la jugabilidad, Metro Exodus, más que un FPS o un juego de acción, se podría decir que lo que predomina en él es la supervivencia. Salir airosos de cada situación que se produzca será prácticamente una victoria. La aventura es un completo reto de principio a fin. No nos sentiremos nunca a salvo y tampoco tendremos la sensación de que es un paseo, a no ser que nos decantemos por el nivel de dificultad más bajo, claro está.
Lo ideal es elegir el nivel de dificultad que viene por defecto, que es el medio, aunque es posible incluso elegir alguno más elevado todavía, pero ya os avisamos que el juego ya resulta lo suficientemente complicado en todo momento, no hasta el punto de desesperar, pero sí para que no nos relajemos en ningún momento.
Uno de los grandes motivos de todo esto se debe a que los recursos que tendremos a nuestro alcance serán extremadamente limitados. Por eso será vital no dejar ningún rincón por recorrer, explorar todas las casas, zonas subterráneas, edificios y cualquier lugar en el que creamos que podemos encontrar algo de utilidad. Cualquier material será esencial, ya sea para fabricar botiquines, munición u otros objetos arrojadizos, pero en especial los botiquines, dado que será la única manera de curar la salud de nuestro personaje, excepto en el nivel de dificultad más sencillo que lo hará automáticamente.
Además, tampoco podremos descuidar las armas que vayamos obteniendo. Ya sea a base de utilizarlas o desplazarnos por lugares sucios o por barro, las armas se irán ensuciando y desgastando poco a poco, llegando a punto que se pueden romper del todo, así que también habrá que buscar materiales para repararlas. Al final, tendremos que utilizar todo lo que pillemos en tantas cosas distintas que habrá que administrar las cantidades adecuadamente.
Por si fuera poco, la radiación que ha causado la guerra ha dejado lugares en los que es imposible respirar aire fresco y la única manera es emplear una máscara de gas. Eso sí, también se podrá desgastar o el cristal que la protege se podrá agrietar, lo que causará que comencemos a respirar aire tóxico que nos reducirá poco a poco la salud dependiendo de lo roto que esté. En definitiva, nos pasaremos más tiempo pendientes de sobrevivir que de otra cosa, algo que no tiene por qué ser necesariamente negativo, ya que es una de las mecánicas que caracterizan a la saga para hacerla tan entretenida y que la convierten en un reto constante.
Aun así, si bien algunos recursos estarán a la vista, que no os quepa duda que la mayoría estarán escondidos a conciencia en algunos lugares insospechados. A esto hay que sumar la cantidad de saqueadores, bandidos, mutantes y otras criaturas que se lanzarán al acecho a por nosotros en cuanto nos tengan a la vista. ¿Es lo más recomendable acabar con la vida de todo aquel que ponga en peligro la nuestra? Un rotundo no, porque entonces no tardaréis en notar que no quedan prácticamente balas para defenderos.
Los mutantes, sobre todo, necesitarán que les propinemos tal cantidad de disparos que llegará un momento en el que preferiremos pasar de largo de ellos y de cualquier otro enemigo con el que nos crucemos. Naturalmente el poner pies en polvorosa no será coser y cantar, dado que no nos pondrán las cosas tan fáciles y a veces no nos quedará más remedio que pasar a la acción. Por desgracia, para ser un FPS, la parte de shooter no está lo suficientemente bien definida como nos habría gustado y más en comparación con otros títulos del mismo género.
La pesadilla de Artyom y de los jugadores
Si bien la ambientación, el desafío que supondrá pasarnos el juego y el argumento son algunos de los aspectos que más nos han encantado de Metro Exodus, el sueño de Artyom de escapar al exterior se acaba convirtiendo en una pesadilla, y no por los peligros que le aguardarán en todas partes, sino porque desgraciadamente esta entrega cuenta con otra serie de detalles que no nos han convencido para nada y que ensucian un tanto la experiencia.
Como indicábamos anteriormente, los escenarios serán mundos abiertos y lo bueno que tienen es que no presenciaremos ningún tipo de pantalla de carga. La acción transcurrirá del tirón, con sus secuencias en tiempo real, aunque si morimos o cargamos la partida en un punto anterior, tendremos que comernos una pantalla de carga que tardará cerca de dos o tres minutos en completarse antes de dejarnos jugar, así que claro, tener que soportar eso si se muere muchas veces...
Por otro lado, la idea de apostar por mundos abiertos está muy bien, pero de lo que pecan es de estar tremendamente vacíos. La mayor parte del tiempo nos la pasaremos yendo de un lado para otro y solo habrá cosas realmente importantes para hacer en sitios muy concretos, por lo que habría sido preferible que los mapas fueran más pequeños y no tener esa sensación a veces de no tener nada que hacer más allá de ir de un lado para otro.
Asimismo, las misiones principales están muy bien ejecutadas, pero no se puede decir lo mismo de las secundarias. Los personajes que nos iremos encontrando nos irán recomendando zonas para explorar con diferentes objetivos y, vale que no todas son malas, pero hay algunas que son realmente insulsas y que no aportan absolutamente nada ni a la trama y tampoco es que aporten un gran beneficio, porque algunas permiten obtener una mejora para el equipo o las armas y otras ni siquiera eso, dando la impresión de que están un poco de relleno.
Por lo demás, las animaciones faciales de los personajes no es que sean para tirar cohetes, aunque lo que sí es magnífico es el diseño de las abominables criaturas que nos encontraremos. Todas ellas presentan un aspecto realmente terrorífico y lo que más impacta es cuando se abalanzan encima de nosotros y debemos zafarnos rápidamente para que no nos devoren, presenciando sus caras, dientes, gestos, etc., como si las tuviéramos delante de verdad.
La opinión de VidaExtra
Metro Exodus es un estupendo juego de acción y supervivencia. Es así, tiene fallos, algunos más destacables que otros, pero no deja de resultar en todo momento una experiencia que merece ser jugada, sobre todo si ya habéis disfrutado de las anteriores entregas, porque descubriréis que es muy continuista en muchos aspectos relacionados con su jugabilidad.
El apartado artístico de los escenarios y su ambientación es una auténtica maravilla. Te atrapan por completo, pero por el contrario las animaciones de los personajes no están lo suficientemente pulidas como cabría de esperar, por no hablar de ciertos fallos que nos hemos encontrado y que nos han obligado a reiniciar la partida, teniendo que volver incluso a puntos de guardado de hace más de media hora.
En definitiva, tiene todo lo bueno de los anteriores capítulos que lograron hacer grande a la saga Metro y ciertos defectos que provocan que no sea un juego redondo, pero por suerte se pueden pulir en el futuro mediante actualizaciones, porque lo que es la jugabilidad en general o la trama, no se le puede sacar casi ningún fallo que nos evite ayudar a Artyom a cumplir su sueño de vivir fuera del metro de Moscú.
Metro Exodus
Plataformas | PC, PS4 (versión analizada) y Xbox One |
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Multijugador | No |
Desarrollador | 4A Games |
Compañía | Deep Silver |
Lanzamiento | 15 de febrero de 2019 |
Precio | 59,90 euros |
- El apartado artístico y los escenarios son asombrosos.
- El juego es tremendamente desafiante en todo momento.
- La trama resulta bastante interesante, así como sus misiones principales.
- En cambio, las misiones secundarias parecen estar de relleno.
- Algunos fallos puntuales que te impiden avanzar.
- Los excesivos tiempos de carga al revivir o al iniciar la partida.
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La noticia Análisis de Metro Exodus, el sueño de escapar de los túneles se ha convertido en un viaje lleno de altibajos fue publicada originalmente en Vidaextra por Sergio Cejas (Beld) .
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