
Dentro de un año, ‘Shenmue III’ supondrá el broche largamente prometido al proyecto más ambicioso de Yu Suzuki, aunque habría sido complicado abordarlo en propiedad dejando de lado las anteriores entregas, sobre todo cuando se trata de una saga que asentó los pilares del videojuego moderno.
Un problema que ya contempló Suzuki. Y no es casualidad que -aprovechando el anuncio de la fecha de lanzamiento de la tercera entrega- SEGA haya reeditado ‘Shenmue’ y ‘Shenmue II’, las que fuesen consideradas las mayores producciones de su tiempo en múltiples aspectos, para los sistemas actuales.
Dos títulos de culto que continúan ofreciendo una historia a la altura de sus siglas, y del propio ruido que ha generado con el paso del tiempo. Una aventura de venganza personal a través de un viaje hasta ahora inconcluso.
Y pese a que veremos mejoras técnicas, la experiencia no está alejada de la que en su día vimos en DreamCast. Algo que sabrán valorar aquellos que disfrutaron de ambos títulos en su día, y puede llegar a suponer un obstáculo para todos los demás. Llegados a este punto, la pregunta es obvia: ¿cómo le ha sentado el paso de los años a Ryo Hazuki?
La experiencia de jugar a Shenmue casi dos décadas después

Da igual si optaste por la edición física o digital: desde el primer minuto, más allá de los propios logotipos, la sensación de reencuentro con el juego original es absoluta. De partida, las míticas VMUs con pantallas de LCD de de DreamCast aparecen a la hora de crear, cargar o guardar partidas. Y el resto de la experiencia no anda desencaminado.
Suzuki denominó el sistema de juego en su época como FREE, siglas que responden a Full Reactive Eyes Entertainment. A día de hoy se podría definir ‘Shenmue’ -y su secuela- como un mundo abierto que no compite en tamaño, pero si en riqueza y capacidad de interactividad con los actuales. Uno tan absorbente que, pese a los primeros compases, consigue que al jugador le cueste muy poco interiorizar y todavía menos perderse en él.
Cada uno de los títulos tiene un microuniverso que se nos va revelando conforme profundizamos en sus detalles y los elementos que le dan vida e identidad. Y son enormes. En la primera entrega conoceremos Yamanose una pequeña aldea japonesa, y ya en Hong Kong en la secuela. En ambos escenarios, ambientados a finales de los 80s, nuestro propósito será seguir la pista del asesino del padre de Ryo.

Sin embargo, lo verdaderamente ambicioso proyecto es el abrumador nivel de detalle que SEGA ha puesto en él: todos los habitantes tienen sus rutinas diarias, así como todos los comercios tienen sus propios horarios y servicios.
Desde el primer minuto, más allá de los propios logotipos, la sensación de reencuentro con el juego original es absoluta
De modo que tendremos que adaptarnos, en principio con la ayuda de un simple reloj (con brújula), aunque los cambios de hora y climatología se manifiestan con maestría durante nuestra partida, tanto en la iluminación del cielo y los comercios, como en la vida que se manifiesta en la calle. Como detalle, y como ejemplo de la minuciosidad con la que se elaboró este proyecto, se tuvo en cuenta la climatología de la época.
Así, mientras convivimos con nuestros vecinos y compañeros de trabajo, descubrimos cómo está organizada la sociedad en la que nos desenvolvemos y las generosas posibilidades que nos ofrece cada pequeño rincón, vamos deshilando una historia sobre el destino, la venganza y los lazos que atan a las personas. Pero lo interesante es cómo lo hacemos.
Ryo: Investigador amateur, luchador cuando es necesario y vecino ejemplar a tiempo completo
Las artes marciales son un elemento esencial en ‘Shenmue’. De hecho, inicialmente el proyecto iba a ser 'Virtua Fighter RPG', un spin-off de la saga de lucha de SEGA con Akira Yuki como protagonista. Sin embargo, la ambición del proyecto le dió autonomía suficiente como para no tener que asociarse a otra saga, sin renunciar a incluir un sistema de combate sólido y contundente, al menos para la época.

En ‘Shenmue’ no solo iremos siguiendo las pistas del asesino de nuestro padre, sino que interactuamos con prácticamente todo el mundo. A veces tendremos que recurrir a la fuerza, otras tendremos que hacer favores y pequeños recados, aunque la mayor parte del juego se basa en revisar lo que Ryo va anotando en su libreta conforme avanzamos en la historia.
Una libreta en la que apuntamos las pistas que vamos encontrando, damos forma a nuestra investigación y dejamos constancia de las tareas que dejamos pendientes. Incluso anotaremos los números de teléfono a los que podremos llamar desde casa o si vemos alguna cabina o desde un teléfono público de estanco. Recordemos, estamos a finales de los años 80.
Aunque, claro, como en cualquier mundo abierto tendremos a nuestra disposición una ingente cantidad de recados y actividades secundarias como para que aplacemos nuestro principal cometido: desde surtidores de juguetes en los que gastar nuestra paga hasta recreativos con clásicos de SEGA. Pero también deberemos reaccionar a eventos QTE (término acuñado en esta saga) y acompañar a viejecitas a la casa de sus familiares.
Tendremos a nuestra disposición una ingente cantidad de actividades secundarias: desde surtidores de juguetes en los que gastar nuestra paga hasta recreativos con clásicos de SEGA
¿No sabemos cómo continuar? Quizás deberíamos consultar a una adivina. Y si queremos resolver la trama principal sin explorar encontraremos callejeros a mano en los sitios clave. Yu Suzuki ofrece facilidades que no impedirán que nos acabemos perdiendo por voluntad propia.

Las carreras de carretilla elevadoras. ¡Todo un clásico!
En este sentido, la manera en la que se ha integrado el ciclo horario y climático, o el hecho de que cada comercio tenga sus propios nos invita a establecer nuestras propias rutinas. Que organicemos nuestras jornadas y que incluso ahorremos o nos demos un capricho de vez en cuando, comprandonos un refresco o completando nuestra colección de figuras de SEGA.
Porque no empezaremos a trabajar desde el primer día, pero tendremos una especie de paga asignada que nos invita a darnos un capricho.
Una oportunidad perdida, y no solo en lo técnico
Con todo lo que puede aportar al jugador por delante, llega el momento de tener una visión panorámica de la propuesta de SEGA. Una con un amplio margen de mejora, si tenemos en cuenta el peso de esta saga.
Las versiones de ‘Shenmue I & II’ publicadas para PC y sobremesas actuales no se pueden considerar ni un remake ni una edición remasterizada, pese a que desde la pestaña de Ajustes se nos dará la opción de disfrutar de unos assets más limpios y adaptados a los monitores actuales, y -cómo no- juego en formato panorámico, con excepciones en las cinemáticas.

Durante las cinemáticas aparecerán márgenes poco disimulados en las esquinas, y en 'Shenmue II' se hacen más patentes.
El apartado artístico y técnico vanguardista de hace casi dos décadas se diluye en modelos y texturas que no han envejecido tan bien como los de otros clásicos contemporáneos a su lanzamiento, pero ese no es el mayor de los obstáculos con el que se pueden topar aquellos que desean embarcarse en esta aventura por primera vez.
Partiendo de su propia localización, ambos títulos solo están disponibles en inglés y japonés. Tanto en audio como en textos. Y las voces en inglés, quitando las de los protagonistas principales, no son las más recomendables.

Eso sí, se nos darán diferentes opciones de subtítulos (cuya tipografía sí se ha actualizado en pantalla) aunque volvemos al problema principal. Aquellos que no se defiendan en la lengua de Shakespeare tendrán complicado realizar una investigación cuando las pistas se esconden entre los diálogos o carteles en japonés y chino, y que podremos traducir al inglés si usamos el comando de observar, lo cual nos lleva al segundo problema.
Pese a que la edición de Xbox contaba ya con dos sticks, el mando original de la DreamCast ofrecía un stick y una cruceta. En estas ediciones se han integrado en ambas entregas un sistema de cámara que aprovecha la palanca derecha, aunque tanto la movilidad de Ryo como la cámara se alejan de lo que se puede esperar de un título actual. Lo mismo ocurre con los combates y la solución por parte del jugador, una vez más, es acostumbrarse.
Aquellos que no se defiendan en la lengua de Shakespeare (o en japonés) tendrán complicado realizar la investigación
Teniendo en cuenta que SEGA no ha tenido nunca reparó en reeditar su legado e incluso añadir mejoras en el proceso (como ocurre con SEGA Forever o los recientes remakes de ‘Yakuza’), y valorando profundamente el titánico trabajo que Yu Suzuki y el equipo de AM2 hicieron en su día, cuesta creer que ‘Shenmue I & II’ haya regresado sin tener en cuenta estos factores.
Aunque claro, también es justo decir que la ausencia -al menos, no los hemos podido encontrar en ‘Shenmue I & II’- de los extras online que se incluían en el cuarto disco no nos pilla por sorpresa.
¿Merece la pena Shenmue I & II a día de hoy?
Llevábamos muchos años pidiendo el regreso de Ryo, no solo para ponerle el broche a su historia de venganza y superación, sino porque (inexplicablemente) durante más de una década, ‘Shenmue’ se ha encontrado en una especie de limbo del que sólo ha asomado su protagonista para hacer cameos menores. Aquello, sumado a la salida de Suzuki del estudio era el equivalente al perro del hortelano para los fans.

Posiblemente, los bugs -que los hay- con los que el juego ha salido se acaben solventando con un parche futuro. Pero no nos vamos a engañar a estas alturas de la partida: esta largamente esperada edición para los sistemas actuales se presentaba como el mejor embajador para ‘Shenmue III’, tanto para los fans de la saga, como para quienes no la conocen. Y parece haber tenido en cuenta sólo a los primeros.
El empeño por ofrecer una experiencia redonda, inmersiva y capaz de calar al jugador está ahí. Es atemporal.
Y su función como embajador la cumple a medias, ya que todos los elementos que convirtieron ‘Shenmue’ en un título legendario, la ambición de sus desarrolladores y el empeño por ofrecer una experiencia redonda, inmersiva y capaz de calar al jugador está ahí. Es atemporal. Pero, en muchos aspectos, esta edición de ‘Shenmue I & II’ no da la bienvenida esperada a las nuevas generaciones de jugadores, ni hace justicia al peso de una saga que ha hecho historia y ha tenido tanta influencia e los títulos posteriores.
No hace falta volver a elaborar las texturas desde cero, pero hay aspectos no tan menores como los diálogos, la localización de los textos o un sistema de control que merecían una revisión. Porque es ‘Shenmue’ una aventura a la que hay que jugar al menos una vez en la vida, y merece la pena que sea disfrutada en toda su gloria.
Sin embargo, y pese a lo anterior, para los jugones que en su día pudimos disfrutar de la gloriosa DreamCast y dedicamos cantidades ingentes de tiempo a explorar las calles de Yamanose y Wan Chai , ‘Shenmue I & II’ es como un cálido regreso a casa en vísperas de navidad.

Shenmue I & II
Plataformas PS4 (versión análizada), Xbox One y PC
Multijugador No
Desarrollador D3T
Compañía SEGA
Lanzamiento 21 de agosto de 2018
Precio 34,99 euros
Lo mejor
- El reencuentro con un imprescindible atemporal
- Un mundo abierto que ofrece un pozo de horas
- La antesala perfecta para la tercera entrega
- La localización supone un gran punto en contra
- El sistema de movimientos se podía haber suavizado
- 'Shenmue' merecía una edición con más mimo para los fans y los nuevos jugadores
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La noticia Análisis de Shenmue I & II, el esperadísimo reencuentro con Ryo supone una oportunidad perdida, y no solo en lo técnico fue publicada originalmente en Vidaextra por Frankie MB .
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