¿Qué hace un padre o una madre cuando necesita un coche polivalente, amplio y con diseño llamativo? Acude a la nueva generación de familiares multiuso, y entre ellos, hoy probamos el nuevo Ford S-MAX equipado con la caja de cambios automática Powershift y lleno de extras tecnológicos para hacer las delicias de los que comienzan a considerar al coche como un gadget más. El nuevo Ford S-MAX es un coche grande, con 4,8 metros de longitud, casi 2 de ancho y posibilidad de hasta siete plazas, aunque es más destacable la increíble amplitud que gozan los ocupantes de la segunda fila de asientos. Además, estos se pueden abatir o incluso eliminar para conseguir una superficie plana para cargar grandes bultos. En la unidad que probamos estos asientos eran eléctricos, por lo que esta operación resultaba incluso más fácil. De serie cuenta con las siete plazas, pero es posible encargarlo con 5, lo que supone una rebaja de 750 euros.
Si hace años hubieras decidido por comprar un vehículo familiar como el que hemos probado, hubieras recibido una unidad algo espartana cuyo principal reclamo era el espacio interior y su resistencia. Bien, hoy, si bien estas dos cualidades se mantienen, ahora estamos ante un coche que puede ser divertido pero sobre todo tecnológico, y eso se nota desde el comienzo.
La parrilla delantera hereda las formas del resto de la gama Ford, presidida por la enorme calandra y unos faros afilados que tratan de hacer de la estética un poco más desaliñada. Las llantas de nuestra unidad tenían un tamaño de 18 pulgadas, un tamaño excesivo y que, en mi opinión, conlleva una pérdida de prestaciones, un aumento de consumo y hacen que el cambio de neumáticos sea más costoso, eso sí, el empaque que se consigue puede que sea argumento suficiente para muchos conductores.
Como en todos los coches, lo primero que usa el conductor es la llave, y, en este caso, podemos abrir el coche sin tener que dar a ningún botón. Es muy cómodo y funciona sin problemas. Es algo que ya hemos probado en otros modelos Ford y que ayuda a que la experiencia sea mucho más tecnológica que si tuviéramos una llave convencional. La primera impresión es muy buena.
Dentro del vehículo, encontramos el acabado más elevado de la gama, el Titanium, que llama la atención por el parecido con el Mondeo 2015 que probamos hace unos meses. Como en esta ocasión, tenemos ante nosotros una enorme pantalla de 10 pulgadas, que sustituye a los ya antiguos sistemas analógicos para el cuadro de instrumentos, y la pantalla dedicada al control multimedia y al sistema SYNC 2, con un tamaño de 8 pulgadas.
Estamos ante un familiar multiuso, por lo que tenemos que hablar primero de la capacidad de su maletero, que puede abrirse con solo pasar el pie bajo el parachoques trasero. Con la configuración de cinco plazas, la capacidad es de unos más que generosos 700 litros. Si abatimos todos los asientos podremos cargar hasta 2.200, una capacidad que se reduce considerablemente si hemos optado por sacar la tercera fila de asientos. Ah, y puedes abatir los asientos de forma eléctrica gracias a un mando ubicado en el maletero.
Los ocupantes de la segunda fila gozarán de espacio más que suficiente para viajar con comodidad y los de la tercera lo harán en buenas condiciones, pero no están pensadas para realizar viajes largos con adultos sentados en esta tercera fila porque las piernas no van del todo bien estiradas. Un detalle importante es que la segunda fila se puede desplazar hacia delante para promediar el espacio con la tercera fila y ofrecer algo más de amplitud. Si necesitas desplazar con frecuencia a gente en la tercera fila, mi recomendación es el nuevo Galaxy, en el S-MAX te sacarán de un apuro.
El acceso a la tercera fila es mucho más sencillo y rápido de lo que me imaginaba. Con muy poco esfuerzo se desplaza el asiento de la segunda fila hacia delante para dejar un espacio suficiente para pasar con comodidad.
Como todo familiar, la seguridad es uno de los motivos principales para cambiar de vehículo a uno más moderno. En este apartado, el S-MAX destaca por su dotación en materia de sistemas de ayuda a la conducción.
Entre ellos, el más novedoso es el limitador inteligente de velocidad, que es de serie en toda la gama. Para este sistema se emplea la información procedente del reconocimiento de señales y el navegador. Así, si el conductor fija una velocidad de 120 kilómetros por hora para el control de crucero y el S-MAX detecta que hay una señal que indica una reducción hasta 100 km/h, el coche reducirá su velocidad para mantenerse en los límites legales.
Ya son habituales en los vehículos Ford dispositivos como el detector de objetos en el ángulo muerto, la alerta por abandono de carril, el programador de velocidad activo, el sistema de aparcamiento automático o el asistente para la frenada de emergencia, que estarán disponibles también para el S-MAX, lo que le convierte en uno de los monovolúmenes más seguros del mercado.
En marcha, el S-MAX destaca por un ruido de rodadura muy reducido pese a su tamaño, algo que seguro los niños agradecerán, y por tanto, los padres. El propulsor de nuestra unidad de prueba era el 2.0 TDCI con 179 caballos con potencia, un motor que mueve con soltura los casi 1.800 kilogramos que pesa el coche. En materia de consumo, lo más habitual es rondar los 7 litros de media, aunque con un trabajo concienzudo con el acelerador es posible rebajarlo un poco. No es un consumo elevado para un vehículo de sus características y se encuentra en la media de la competencia.
Dentro la importancia que ha dado Ford a la comodidad, cabe destacar la caja de cambios automática de seis velocidades y doble embrague que combina a la perfección con este motor diésel. Si optas por instalar la suspensión con dureza variable, podrás modificar un poco el comportamiento del coche, hacerlo más confortable o más duro, a elección del conductor. Mi recomendación es dejarlo en el modo confort.
La primera generación del S-MAX llegaba al mercado español en 2006, se actualizó cuatro años después y ahora se renueva por completo con la versión de 2015. El Ford S-MAX está disponible desde 23.850 euros en España, aunque para acceder a una unidad con el mismo equipamiento que la que hemos probado, el precio será más alto, dependiendo de los extras que se quieran añadir.
Fotografía por Ariana Escobar. 7El abanico entre los coches familiares multiosos es mucho más amplio que hace unos años. Aquellas familias que necesiten espacio tienen mucho donde elegir: modelos muy tecnológicos pero que pecan en habitabilidad, modelos que ofrecen justo lo contrario y automóviles que no han sabido evolucionar mucho en estos años.
La competencia es feroz. Los fabricantes franceses como Renault o Citroën son los líderes indiscutibles al ofrecer vehículos muy amplios, económicos y resistentes. En la parte alta de la tabla de precios se sitúan las nuevas opciones de BMW y Mercedes Benz con vehículos polivalentes pero no tan espaciosos en estas gamas. En la tabla intermedia es donde podemos encontrar al S-MAX y a las opciones de Volkswagen, por ejemplo, productos espaciosos, de una gran calidad y con extras tecnológicos como sistemas que hace pocos años solo estaban en coches de alta gama o en berlinas de representación.
Ford ha querido renovar al S-MAX para colocarlo como un referente en tecnología enfocada al confort y a la seguridad, pero sin dejar de lado la importancia de la versatilidad. La competencia es feroz y aquí el usuario tendrá que valorar cuales son sus prioridades: tecnología, versatilidad, amplitud, calidad... El S-MAX cumple con nota en todos los apartados, pero es un poco más costoso que la competencia.* Espacio interior * Dotación tecnológica * Calidad de los materiales del interior * Confort * Precio algo elevado * Espacio del maletero con la configuración de 7 plazas * Faltan huecos portaobjetos en la segunda fila
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