Las lágrimas de San Lorenzo, las candidaturas de los Nobel, la ceremonia de los Oscar, la final de la Superbowl, el lanzamiento de los nuevos iPhone. Acontecimientos que cada año se repiten, esperamos, y miramos atentamente. Hora del análisis.##Perros nuevos, trucos viejos
Año 2013. Con una pantalla de principios y una batería de circunstancias, Apple se tenía que batir el cobre del smartphone del año con unos Android cada vez mejores, más completos, mejor acabados, más cuidados. Las ventas nunca dejaron de darle la razón a Apple, pero en Cupertino el aire empezaba a pesar.
El éxodo de usuarios otrora fieles al iPhone hacia pantallas mayores, con baterías bastante más duraderas, era revelador. Un tiempo después salió a la luz un informe interno de la compañía que reflejaba que ellos también sabían lo que para entonces ya sabíamos todos: el consumidor promedio quiere pantallas mucho más grandes que las 4 de pulgadas.
Así, en 2014 llegaron los iPhone 6 y 6 Plus. Apple tuvo que ceder uno de sus principios, el de la manejabilidad a una mano, ante una demanda que ya casi asfixiaba. Y le salió perfecto. Un año más, se rompieron los récords de ventas cuando el año anterior se aseguraba que no iba a poder lograrse de nuevo.
Ahora, los "nuevos" tamaños de pantalla están instaurados, la mayoría de aplicaciones, adaptadas; el consumidor, acostumbrado; y los esfuerzos en innovación se han podido enfocar en elementos que suplan el aumento de diagonal. Seguramente sea un escenario mucho mejor para Apple: volver a la estabilidad para enfocar el destino de los recursos. Con nuevos perros, viejos trucos. Tener el 6s en la mano despierta una sensación instintiva: ya no resbala. El aluminio del 6 era súper suave, tanto que terminaba resbalando fácilmente en la mano. Se deslizaba. Ahora se ha pasado de usar aluminio de la serie 5000 al de la serie 7000 (de paso, más resistente y tiene un agarre bastante mejor en la mano. Por lo demás, ninguna novedad. El Rose Gold es bastante más bonito delante que en las fotos, y fin de la innovación aquí este año. Un 6 con mejor agarre y un cuarto color.
Feelings
Algo que amo de las cámaras digitales, y sólo Sony ha traído a los móviles, es el botón en dos pasos. Media pulsación para enfocar, pulsación completa para disparar. Enriquece la experiencia. ¿Y si tuviésemos algo así, incorporado en la pantalla, para mucho más que la cámara? Hola, 3D Touch. No es una pulsación larga, ni fuerte sin más, sino gradual, en varias fases, de la pantalla. Detecta el nivel de presión, y en base a eso responde de una forma u otra. Como los botones de las cámaras digitales, pero a mayor nivel.
3D Touch, a.k.a. Force Touch, cambia la forma en la que pensamos en abrir aplicaciones y recorrer procesos. 3D Touch es dar vía libre a atajos a los que ya no podremos renunciar. 3D Touch es como pasar de una pantalla táctil resistiva a una capacitiva multitáctil. Dentro de las aplicaciones sirve para previsualizar contenidos (gesto peek) y, si queremos, acceder a ellos por completo (gesto pop).
Fuera de las aplicaciones, en su propio icono, es donde encontramos los atajos o la información útil sin tener que abrir toda la app. Como suele ser habitual con las innovaciones de Apple en software, lo mejor no es lo que vemos que ofrece Apple, sino lo que llegará a ser gracias a los desarrolladores.
Viva la resolución
De los 8 megapíxeles presentes desde el 4s pasamos a 12. Para las fotos cuyo destino son las redes sociales, la mensajería o que nunca saldrán del terminal, pocas diferencias. Para las fotos en las que realizaremos un recorte a modo de zoom (por ejemplo, para cortar un trozo de la imagen en un paisaje lejano) o que acabarán impresas en un álbum, ahí sí se notará la diferencia.
Los tiempos en los que la cámara del iPhone era la mejor en un móvil, por definición, ya pasaron. Fabricantes rivales han ido mejorando sus sensores y procesados, ambos casi igual de importantes, y en según qué situaciones, sus fotos pueden ser perfectamente mejores que las del iPhone. Ahora bien: en general, en global, la cámara del iPhone sí sigue siendo la mejor, ya que es rápida, simple, y es capaz de lograr muy buenos resultados en cualquier entorno, sin apenas requerir ajustes.
Puedes pulsar sobre las imágenes para verlas a tamaño original.
Punto especial para las panorámicas. En el iPhone 6 podían hacerse de hasta 43 megapíxeles, y en el 6s la cantidad aumenta hasta los 63 megapíxeles. Esto puede parecer llegar al punto de cantidad por cantidad, pero pueden lograrse resultados interesantes. Por ejemplo, esta foto...
...no tiene demasiada calidad, pero es que es sólo un recorte de esta otra. Te animo a que la veas a tamaño original para localizar el edificio (Edificio España) y la barca de debajo.
Las live-photos, como las que mostramos en el vídeo superior, no van a pasar a los libros de historia, ni siquiera es Apple quien se las ha sacado de la manga, pero al venir por defecto e integrarse en la galería, sí supone un efecto vistoso. Al final, el iPhone también va de eso, de vistosidad. Consejo amigo: si tu iPhone es de 16 GB, desactívalas por defecto, o con la gracia de "las fotos de Harry Potter" estarás quemando el triple de rápido tu memoria.
También merece un apartado la cámara frontal. La industria entera se ha entregado a la era del selfie en mayor o menor medida (Huawei y sus groufies, HTC y la resolución, bq y el flash frontal...), y Apple no ha llegado a esos niveles pero sí ha mejorado mucho la cámara delantera: de 1.2 a 5 megapíxeles para lograr una calidad de imagen mucho mayor.
A9
El procesador del iPhone 6s es una maravilla a nivel técnico: 14 / 16 nm en función de quién lo fabrique, 64 bits, benchmarks que lo dejan al nivel de ordenadores bastante recientes (si bien no de última generación), el coprocesador M9 integrado por primera vez...
¿En qué se traduce esto para el usuario? Para empezar, en el "Oye, Siri" de escucha activa que contaremos después. O en un rendimiento nunca visto para juegos, aplicaciones de alto Problemas de rendimiento: 0. A9 y 2 GB de RAM no tienen rival ahora mismo.consumo de recursos como editores de fotos o vídeos, etc.
Al A9 se le unen los esperados 2 GB de RAM, enfocados sobre todo a mejorar la multitarea. ¿Cómo? Manteniendo las pestañas de Safari en segundo plano y no obligando a actualizarlas cada vez que entrábamos tras salir.
Recientemente se destapó que el hecho de que el mismo A9 estuviese a cargo de dos fabricantes distintos podía dar pie a diferencias en la eficiencia de ambos. Mi compañero Félix lo explicó bien, a lo que yo añadiría: no te preocupes por ello, y si puedes evitarlo ni siquiera mires cuál te ha tocado, si TSMC o Samsung. Las diferencias son pequeñas y lo que puedas ganar no es nada que no puedas arañar echando un ojo clínico a tus patrones de uso y la configuración. En cambio, si ves que te ha tocado "el malo" puedes desarrollar una autosugestión nada positiva.
Malditos 16 GB
Las magníficas capacidades del iPhone 6s quedan empañadas por el tocinesco almacenamiento base de 16 GB. Sobre esto corren ríos de tinta, timelines enfurecidos y divididos, y conatos de agresión entre bandos.
Apple, no hace mucho, tenía una sana costumbre: cuando un teléfono era relevado por otro, el primero se abarataba y veía su almacenamiento reducido a 8 GB. Ocurrió con el iPhone 4, luego con el 4s, y más adelante con el 5c. El 5s, que hoy queda como eslabón más débil, ha resistido esa tendencia y parte de los 16 GB.
Yo, que ni tengo acciones de Apple, ni soy su empleado, y soy poco más que un usuario como tantos otros, no puedo ver el traje del emperador, porque va desnudo: 16 GB están bien para un terminal abaratado de hace un par de generaciones, pero no tiene sentido que la empresa más valiosa del mundo racanee una memoria base de 32 GB a quien se gasta más de 700 euros en un terminal. Un teléfono premium lo ha de ser de principio a fin.
Apple tendrá la victoria con unas cifras de ventas que ni en sus mejores sueños roza la competencia, pero el prestigio se lo ha de ganar a pulso mientras tenga el viento a favor. Y ya iba siendo hora de tener ese mínimo gesto con el usuario. Nanay.
"Los detalles venden la historia"
Esta frase la pronunció Mr. Orange en la inmortal Reservoir Dogs, y es imposible no aplicarla a la tecnología. Crear el 90% de un smartphone, pero culminar con el último 10% es tan complicado o más que todo el proceso anterior. El detalle final es difícil. Antes decía que el iPhone también va de vistosidad, y los detalles no son menos. A saber:
El nuevo motor de vibración. Igual que con 3D Touch, se ha importado del Watch, y hace que la vibración sea mucho más sutil y silenciosa. Es un detalle que quizás tenga poca importancia, pero Apple le ha prestado atención y ha usado la tecnología para dar sentido a las notificaciones: la vibración sustituye al sonido, así que debe ser lo más silenciosa posible.
Retina Flash. El 6s no tiene flash frontal físico, pero tiene lo que Apple llama "Retina Flash": cuando te haces una selfie, la pantalla se pone en color ~blanco muy brillante para iluminar la cara con ella. La virgulilla que precede a "blanco" es porque no siempre es de color blanco, ya que varía la temperatura de color, tono, intensidad, etc; en base al contexto de la fotografía. Y a ello se dedica un chip exclusivamente equipado para este proceso. Esto es lo que distingue al proceso de lo que ya hacían Snapchat o Camera+. Lo mismo, pero de otra manera.
Oye, Siri. Que Siri se active sin tener que pulsar nada, y sin que el iPhone esté conectado al cargador, es un buen plus que nos acerca a la tecnología invisible, que tumba barreras. Y se configura con nuestra voz para atinar mejor.
El nuevo Touch ID. Tan rápido que logra una situación surreal: es difícil pulsar el botón y que no se desbloquee automáticamente. Necesito unas centésimas para un proceso que duraba un segundo y medio antes. Consecuencia: si queremos encender la pantalla para ver nuestras notificaciones, y luego desbloquear, es mejor hacerlo con otro dedo o pulsando el botón lateral, no el Home.9El iPhone 6s es, como en cada “s”, una buena actualización del modelo anterior. 3D Touch, 2 GB de RAM para la multitarea, un procesador a la altura de algunos ordenadores portátiles no tan añejos, un aluminio que no resbala, un Touch ID mucho más rápido, grabación de vídeo en 4K y el nuevo color Rose Gold, más bonito al tenerlo delante que en las fotos, son los motivos que da Apple para actualizar.
Si el iPhone 6 fue el mejor terminal de 2014, es muy difícil que el 6s no le releve. Es un terminal cuyos mayores handicaps están en su software, con algunos bugs eventuales que llevan cronificados demasiado tiempo actualización tras actualización; en su batería, que peca tanto por defecto como el 6s Plus por un delicioso exceso, y en su almacenamiento básico: los 16 GB pueden ser una estrategia empresarial brillante que ha hecho descorchar cava a directivos e inversores, pero yo, que no tengo acciones de Apple, pienso en clave de usuario, y esto ya no tiene sentido, y menos a precio básico.
Almacenamiento al margen, ¿qué queda? El iPhone, solventado el problema del tamaño de pantalla, ya no teme a la eternidad. Paladea su sabor con la despreocupada parsimonia de quien masca chicle. Su hegemonía en la industria móvil no es una casualidad, ni un ciclo, ni una moda. Está ahí por méritos propios.- 3D Touch. Su inclusión ha sido como llenar de atajos una red radial de carreteras. Útil, integrado, abierto a terceros, genial. - Cámara. ¿Es legal casarse con una cámara? - Diseño. Al mejor diseño del mercado se le une un aluminio que no resbala. Ya no es de temerarios vivir sin funda. - iOS 9. Cuando parecía que la revolución de iOS 8 iba a seguir con una actualización orientada en bugfixes, tenemos una de las mayores, y mejores, actualizaciones recientes. - Batería. Escoger el modelo de 4.7" sigue suponiendo atarse a una batería que difícilmente termina el día. - 16 GB. Almacenamiento de merluza pocha no puede venderse a precio de caviar beluga. El iPhone es costoso, pero no es caro; 16 GB a este precio, sí.
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