De nuevo, un juego que compagina un lanzamiento para móvil y Nintendo Switch. La lista previa a Swim Out es larga: Cat Quest, ¡Mamá me ha escondido el juego!, Severed, Gorogoa, Thimbleweed Park, Toki Tori 1 y 2, y un largo etcétera de títulos.
Que Swim Out sea un juego original de móviles parece lo más normal. Como podéis ver en las imágenes de este análisis, se trata de un título con un diseño suave, simplificado, agradable de piscinas en las que deducir puzles con una mecánica sencillísima: moverse entre casillas. Obviamente esto son los juegos de móvil: sencillos y simplificados.
¿Es esto necesariamente malo? Por supuesto que no. Todo lo que tiene que hacer un juego es cumplir con su propósito, sea este divertir, sea este hacer pensar, sea este crear una impresión, etc. En Swim Out, que debemos enmarcar dentro del género puzle, el propósito es conseguir puzles no muy enrevesados que distraigan y amenicen las esperas del jugador. Esperas en el transporte público, esperas en la sala de espera de cualquier lugar, esperas en general.
Esto me hace pensar en los juegos que jugaba de niño con el móvil prestado de mis padres, o de no tan niño con mi propio teléfono móvil. Snake, por supuesto, era el más conocido. Pero Swim Out recuerda mucho más a juegos como Sokoban, el clásico juego en el que hay que poner una o varias cajas en huecos determinados en un laberinto, o en Boulder Dash, un juego en el que hay que recolectar diamantes mientras evitas que te golpeen rocas.
En concreto, en Swim Out deberemos salir de la piscina en la que nos encontremos. Pero no será tarea fácil. En medio del camino, habrá otros nadadores, gente tomando el sol o reposando en mitad de la piscina que nos impedirán llegar hacia la escalera de salida. Recordemos que esto se consigue yendo de casilla en casilla; los molestos nadadores se moverán en base a patrones que habrá que deducir para trazar un plan de huida. Clásico juego de puzles, vamos.
Esta fórmula consigue el propósito si el tema (las piscinas), la imagen (sencilla, simplificada, correcta basada en el mundo acuático) y el sonido (suave, agradable) permiten que el jugador se relaje para pensar y resolver cada uno de los niveles. Es así. Es un juego correcto con una duración larga en las decenas de niveles en distintos tipos de piscina que presenta.
Y un detalle destacable: cuenta con movimiento táctil, por si queréis jugar en modo portátil sin la necesidad de tener Joy-Cons acoplados a la consola.
Conclusiones
Swim Out es un título correcto de puzles. Juegos de este género los hemos visto de todo tipo, pero este se centra en la jugabilidad clásica de moverse por casillas deduciendo el movimiento de los objetos de alrededor. Dificultad progresiva, diseños artístico y auditivo que encajan con el tema de la natación. Perfecto para jugar en modo portátil.
El título está disponible en la eShop de Nintendo Switch desde el 20 de marzo a un precio de 5,99€. Está en español (aunque el texto es lo de menos) y pesa 115 MB.
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Que Swim Out sea un juego original de móviles parece lo más normal. Como podéis ver en las imágenes de este análisis, se trata de un título con un diseño suave, simplificado, agradable de piscinas en las que deducir puzles con una mecánica sencillísima: moverse entre casillas. Obviamente esto son los juegos de móvil: sencillos y simplificados.
¿Es esto necesariamente malo? Por supuesto que no. Todo lo que tiene que hacer un juego es cumplir con su propósito, sea este divertir, sea este hacer pensar, sea este crear una impresión, etc. En Swim Out, que debemos enmarcar dentro del género puzle, el propósito es conseguir puzles no muy enrevesados que distraigan y amenicen las esperas del jugador. Esperas en el transporte público, esperas en la sala de espera de cualquier lugar, esperas en general.
Esto me hace pensar en los juegos que jugaba de niño con el móvil prestado de mis padres, o de no tan niño con mi propio teléfono móvil. Snake, por supuesto, era el más conocido. Pero Swim Out recuerda mucho más a juegos como Sokoban, el clásico juego en el que hay que poner una o varias cajas en huecos determinados en un laberinto, o en Boulder Dash, un juego en el que hay que recolectar diamantes mientras evitas que te golpeen rocas.
En concreto, en Swim Out deberemos salir de la piscina en la que nos encontremos. Pero no será tarea fácil. En medio del camino, habrá otros nadadores, gente tomando el sol o reposando en mitad de la piscina que nos impedirán llegar hacia la escalera de salida. Recordemos que esto se consigue yendo de casilla en casilla; los molestos nadadores se moverán en base a patrones que habrá que deducir para trazar un plan de huida. Clásico juego de puzles, vamos.
Esta fórmula consigue el propósito si el tema (las piscinas), la imagen (sencilla, simplificada, correcta basada en el mundo acuático) y el sonido (suave, agradable) permiten que el jugador se relaje para pensar y resolver cada uno de los niveles. Es así. Es un juego correcto con una duración larga en las decenas de niveles en distintos tipos de piscina que presenta.
Y un detalle destacable: cuenta con movimiento táctil, por si queréis jugar en modo portátil sin la necesidad de tener Joy-Cons acoplados a la consola.
Conclusiones
Swim Out es un título correcto de puzles. Juegos de este género los hemos visto de todo tipo, pero este se centra en la jugabilidad clásica de moverse por casillas deduciendo el movimiento de los objetos de alrededor. Dificultad progresiva, diseños artístico y auditivo que encajan con el tema de la natación. Perfecto para jugar en modo portátil.
El título está disponible en la eShop de Nintendo Switch desde el 20 de marzo a un precio de 5,99€. Está en español (aunque el texto es lo de menos) y pesa 115 MB.
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