Apple y Samsung siguen acercando posturas para tratar de solventar sus batallas legales, que duran años ya, y han decidido parar todos los juicios que tenían fuera de los Estados Unidos. Un primer paso que sin embargo no finaliza los juicios de mayor calado, que son los que se llevan en territorio estadounidense
A lo largo de estos años hemos visto como Apple y Samsung se han enfrascado en mil y una batallas legales sobre todo centradas en las patentes. Batallas que en ocasiones más que discernir quién ha copiado y hasta que punto se han convertido en un semillero de información y de tácticas sucias que no creo que favoreciesen la imagen ni de uno ni de otro. Después de mucho tiempo parece que las cosas empiezan a encauzarse ya que las dos compañías han llegado a un acuerdo para enterrar el hacha de guerra y parar todos los juicios fuera de los Estados Unidos.
Apple y Samsung se han puesto de acuerdo para dejar todos los litigios entre las dos empresas fuera de Estados Unidos. Este acuerdo no implica ningún acuerdo de licencia, y las empresas continúan sus actividades en los casos existentes en los tribunales estadounidenses.
Este movimiento, que afecta a las demandas interpuestas en Alemania, Australia, Francia, Holanda, Italia, Japón, Reino Unido y Corea del Sur es otra señal más de que ambas compañías tratan de acercar posturas en las ya largas disputas sobre patentes que vienen teniendo para crear un terreno común en el que moverse. Estas batallas legales son pésimas a nivel de imagen para ambas compañíasIncluso los CEO de las dos compañías se reunieron para tratar de poner fin al asunto sin llegar a ningún acuerdo.
De todas maneras, las disputas fuertes, las verdaderamente relevantes, son las que se están llevando en territorio estadounidense por lo que la guerra sigue en pie y esto no ha sido más que un gesto de buena voluntad ya que los temas serios de patentes siguen en pie. ¿Se habrán dado cuenta ambas compañías que no suponen una buena campaña de imagen estos juicios en los que salen a la luz los trapos sucios? Porque, al fin y al cabo, ¿quién se acuerda años más tarde de quién fue condenado y de lo que tuvo que pagar? Nos quedamos con los documentos filtrados, lo escabroso, que es lo que llama la atención.
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