Tras el importante batacazo financiero que Nintendo ha sufrido en este año 2018, reduciendo su previsión de consolas vendidas de 20 millones a 17 (y que aún está en el aire que pueda conseguirse), y tras las “justificaciones” de sus magnatarios, que dicen algo así como “ha sido culpa del marketing”, me he parado a pensar y reflexionar sobre si Nintendo, realmente, tiene los pies en el suelo o vive anclada en una burbuja de lo más preocupante. No, no voy a decir que Nintendo Switch sea un fracaso, nada más lejos de la realidad, pero Nintendo está cometiendo errores, que ya vienen del pasado, que les puede costar muy caros. ¿El qué? Sus precios…
No nos vamos a engañar, el mundo de los videojuegos nunca ha sido barato. Aún recuerdo cuando era un crío y me encaprichaba con alguna consola o algún juego (nunca olvidaré mi primer Donkey Kong) y cómo iba ahorrando cual hormiguita cada peseta que mis abuelos o mis padres me iban dando como “paga”. A su vez, la sensación de satisfacción y de orgullo por poder conseguir aquella ansiada adquisición era mítica. Recuerdo cómo mis padres hacían virguerías, económicamente hablando, para poder comprarme en Navidad esa consola con la que llevaba tantísimos meses dando la vara… Valoraba muchísimo aquellos esfuerzos porque sabía, por muy joven que fuese, que ese capricho no era baladí. Sin embargo, con el paso de los años, de las consolas y los juegos que he ido adquiriendo, ya no gracias a mis padres, sino al fruto de mi trabajo y esfuerzo (y de seguir ahorrando cual hormiguita), valoro más todavía aquellos detalles que mis padres tuvieron conmigo.
Suelo ser un habitual de los foros de Internet y de esos típicos hilos de “Ofertas” que existen por y para los jugadores de diferentes plataformas. Colaboro exponiendo ofertas en multitud de canales para que otros se beneficien también de ese “chollo” que pude encontrar. No obstante, hay algo que me asombra y es que los juegos, al menos los más importantes, de Nintendo Switch apenas han sufrido variación desde su salida al mercado, algo que contrasta de forma abrumadora con sus competidores, quienes promocionan ofertas para sus grandes títulos, tanto en formato físico como en digital. Me estuve fijando durante los últimos meses de diciembre y enero para comprobar si Nintendo rebajaba, de forma voluntaria y deliberada, sus juegos más cañeros (The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Super Mario Odyssey, Donkey Kong, etc) y reafirmó lo que ya se veía venir. Las ofertas que se llevaron a cabo fueron nimias, minúsculas, intrascendentes e insustanciales. Me pareció, y me parece, una vergüenza que Nintendo mantenga a Breath of the Wild (2017) a 70 euros (lo más barato en la eShop fueron 50 euros) o títulos como Splatoon 2 (2017) y Mario Kart 8 Deluxe (2017 y port de Wii U) solo se puedan conseguir a 49’99 euros en ciertas tiendas. Por otro lado, PlayStation ha ofrecido en su Store títulos como God of War (2018 y GOTY) a 30 euros, rebajado un 42%, o Horizon Zero Dawn (2017) con su pase de temporada por 25 euros. Las diferencias son claras.
De todas formas, muchos podrían pensar que es cosa de que Nintendo Switch es una nueva consola, apenas casi 2 años en el mercado, y que con el tiempo la cosa cambiará. Lo siento, pero creo que no. Es bien sabido que Nintendo 3DS y 2DS están llegando al final de su existencia y su catálogo ya no aumenta como lo hacía hace años, normal, es ley de vida. No obstante, seguimos encontrando sus grandes juegos (Mario Kart 7, Fire Emblem: Awakening, New Super Mario Bros 2) a precios desorbitados, normalmente de 40 euros. Lo bueno de esta plataforma es la segunda mano, que deja los precios más asequibles, y ciertas joyas convertidas en Nintendo Selects con un precio de 20 euros. Aún así, me parece demencial que Mario Kart 7, por seguir con el ejemplo, que salió allá por 2011, no se pudiera haber convertido ya en Nintendo Selects y reducido así su precio de 39 a 20 euros.
Obviamente, Nintendo es libre de poner el precio que desea a sus juegos, no obstante, esto no justifica que “se rían” de sus usuarios. Mientras que Sony y Microsoft (no menciono Steam porque ya se nos va de madre) hacen rebajas muy sustanciales, casi, semanalmente, tanto de sus exclusivos, como de los que no lo son; Nintendo los jueves renueva sus ofertas y, como norma, recoge aquellos juegos intrascendentes (con excepciones) y que, evidentemente, no alcanzan un gran nivel de calidad, para rebajarlos, pero que, debido al exacerbado precio que poseen ya en la propia eShop, resultan caros hasta con la reducción del precio.
Nintendo sabe perfectamente que no tiene rival en cuanto a exclusividades, puesto que nadie imagina al mítico fontanero vistiendo otros colores que los de la gran N, cosa que sí ha sucedido en otras plataformas como Playstation, con la remasterización de “Crash Bandicoot N.Sane Trilogy”, y en Microsoft, con la exclusividad temporal de Tomb Raider. Nintendo tiene la sartén por el mango, sabe perfectamente que, si queremos jugar a un Zelda, tenemos que tener una consola de Nintendo, si no es imposible (a falta de emuladores), y puede poner el precio que se le antoje y mantenerlo el tiempo que quiera.
Nintendo debería hacer más por sus usuarios. No, si alguno piensa que estoy pidiendo juegos gratis, no es mi intención. Sé cómo funciona el mercado y entiendo que hay que pagar por un trabajo bien hecho. El problema está en la evidencia, en la sensación por parte del consumidor de Nintendo de que su producto parece pensado para la alta burguesía. ¿Es legítimo lo que hace Nintendo? Sí. ¿Es justo? Para nada. Sin nosotros, sin los usuarios, sin los consumidores, ellos no serían nada. No están pensando en quienes importan y, encima, se preguntan el “motivo” de que no se cumpliesen sus altos objetivos.
Ah, y, a todo esto, hay que sumar una cosa más, Nintendo Switch Online. Copiar el Internet de pago sí, pero lo demás…
La entrada [Artículo] El coste de ser nintendero se publicó primero en Nintenderos.com - Nintendo Switch y 3DS.
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No nos vamos a engañar, el mundo de los videojuegos nunca ha sido barato. Aún recuerdo cuando era un crío y me encaprichaba con alguna consola o algún juego (nunca olvidaré mi primer Donkey Kong) y cómo iba ahorrando cual hormiguita cada peseta que mis abuelos o mis padres me iban dando como “paga”. A su vez, la sensación de satisfacción y de orgullo por poder conseguir aquella ansiada adquisición era mítica. Recuerdo cómo mis padres hacían virguerías, económicamente hablando, para poder comprarme en Navidad esa consola con la que llevaba tantísimos meses dando la vara… Valoraba muchísimo aquellos esfuerzos porque sabía, por muy joven que fuese, que ese capricho no era baladí. Sin embargo, con el paso de los años, de las consolas y los juegos que he ido adquiriendo, ya no gracias a mis padres, sino al fruto de mi trabajo y esfuerzo (y de seguir ahorrando cual hormiguita), valoro más todavía aquellos detalles que mis padres tuvieron conmigo.
Suelo ser un habitual de los foros de Internet y de esos típicos hilos de “Ofertas” que existen por y para los jugadores de diferentes plataformas. Colaboro exponiendo ofertas en multitud de canales para que otros se beneficien también de ese “chollo” que pude encontrar. No obstante, hay algo que me asombra y es que los juegos, al menos los más importantes, de Nintendo Switch apenas han sufrido variación desde su salida al mercado, algo que contrasta de forma abrumadora con sus competidores, quienes promocionan ofertas para sus grandes títulos, tanto en formato físico como en digital. Me estuve fijando durante los últimos meses de diciembre y enero para comprobar si Nintendo rebajaba, de forma voluntaria y deliberada, sus juegos más cañeros (The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Super Mario Odyssey, Donkey Kong, etc) y reafirmó lo que ya se veía venir. Las ofertas que se llevaron a cabo fueron nimias, minúsculas, intrascendentes e insustanciales. Me pareció, y me parece, una vergüenza que Nintendo mantenga a Breath of the Wild (2017) a 70 euros (lo más barato en la eShop fueron 50 euros) o títulos como Splatoon 2 (2017) y Mario Kart 8 Deluxe (2017 y port de Wii U) solo se puedan conseguir a 49’99 euros en ciertas tiendas. Por otro lado, PlayStation ha ofrecido en su Store títulos como God of War (2018 y GOTY) a 30 euros, rebajado un 42%, o Horizon Zero Dawn (2017) con su pase de temporada por 25 euros. Las diferencias son claras.
De todas formas, muchos podrían pensar que es cosa de que Nintendo Switch es una nueva consola, apenas casi 2 años en el mercado, y que con el tiempo la cosa cambiará. Lo siento, pero creo que no. Es bien sabido que Nintendo 3DS y 2DS están llegando al final de su existencia y su catálogo ya no aumenta como lo hacía hace años, normal, es ley de vida. No obstante, seguimos encontrando sus grandes juegos (Mario Kart 7, Fire Emblem: Awakening, New Super Mario Bros 2) a precios desorbitados, normalmente de 40 euros. Lo bueno de esta plataforma es la segunda mano, que deja los precios más asequibles, y ciertas joyas convertidas en Nintendo Selects con un precio de 20 euros. Aún así, me parece demencial que Mario Kart 7, por seguir con el ejemplo, que salió allá por 2011, no se pudiera haber convertido ya en Nintendo Selects y reducido así su precio de 39 a 20 euros.
Obviamente, Nintendo es libre de poner el precio que desea a sus juegos, no obstante, esto no justifica que “se rían” de sus usuarios. Mientras que Sony y Microsoft (no menciono Steam porque ya se nos va de madre) hacen rebajas muy sustanciales, casi, semanalmente, tanto de sus exclusivos, como de los que no lo son; Nintendo los jueves renueva sus ofertas y, como norma, recoge aquellos juegos intrascendentes (con excepciones) y que, evidentemente, no alcanzan un gran nivel de calidad, para rebajarlos, pero que, debido al exacerbado precio que poseen ya en la propia eShop, resultan caros hasta con la reducción del precio.
Nintendo sabe perfectamente que no tiene rival en cuanto a exclusividades, puesto que nadie imagina al mítico fontanero vistiendo otros colores que los de la gran N, cosa que sí ha sucedido en otras plataformas como Playstation, con la remasterización de “Crash Bandicoot N.Sane Trilogy”, y en Microsoft, con la exclusividad temporal de Tomb Raider. Nintendo tiene la sartén por el mango, sabe perfectamente que, si queremos jugar a un Zelda, tenemos que tener una consola de Nintendo, si no es imposible (a falta de emuladores), y puede poner el precio que se le antoje y mantenerlo el tiempo que quiera.
Nintendo debería hacer más por sus usuarios. No, si alguno piensa que estoy pidiendo juegos gratis, no es mi intención. Sé cómo funciona el mercado y entiendo que hay que pagar por un trabajo bien hecho. El problema está en la evidencia, en la sensación por parte del consumidor de Nintendo de que su producto parece pensado para la alta burguesía. ¿Es legítimo lo que hace Nintendo? Sí. ¿Es justo? Para nada. Sin nosotros, sin los usuarios, sin los consumidores, ellos no serían nada. No están pensando en quienes importan y, encima, se preguntan el “motivo” de que no se cumpliesen sus altos objetivos.
Ah, y, a todo esto, hay que sumar una cosa más, Nintendo Switch Online. Copiar el Internet de pago sí, pero lo demás…
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