No hay dedos suficientes en el cuerpo como para enumerar la brutal cantidad de aparatos que ha utilizado Batman en su lucha contra el crimen. Garfios, ganchos, explosivos, batarangs y hasta un spray contra los tiburones se ha sacado de la manga el alter ego de Bruce Wayne para enfrentarse a amenazas de todo tipo, pero esa batería de artilugios ha sido posible gracias a su vasto imperio económico.
En Gotham City es posible llevar a cabo desembolsos muy grandes, pero para los superhéroes urbanos como Spider-Man la modestia es la gran bandera al echar un vistazo a la paupérrima cartera de Peter Parker. Sin embargo, Gerry Conway tuvo la nada maravillosa idea en The Amazing Spider-Man #130 de presentar un vehículo ¿a la altura? del trepamuros que fue un completo desastre.
No existía ninguna necesidad de conducirlo, pero la trama ideada por la cabeza pensante de Marvel en noviembre de 1973 cuando Spider-Man se balancea por la ciudad de Nueva York durante los acontecimientos de The Amazing Spider-Man #126. Un par de representantes de Corona Motors se le acercan para presentarle la oportunidad de promocionar un automóvil ecológico y ofreciéndole fondos con los que financiar la creación del coche a su imagen y semejanza. Ante la denostada fama que posee Spider-Man, el héroe desecha la propuesta.
Como no podía ser de otra forma, los problemas financieros comienzan a golpear a Peter Parker, el cual no consigue pagar el alquiler de su piso, por lo que regresa al encuentro de Corona Motors para aceptar la proposición. Sin tener demasiada idea de cómo crear un coche, el joven decide recurrir a Johnny Storm, la famosísima Antorcha Humana, quien es bien conocido por su pasión hacia el mundo del motor.
En The Amazing Spider-Man #127 el dúo se puso manos a la obra para conseguir con el diseño de Spidey y los conocimientos de ingeniería de Johnny un resultado realmente perturbador. Finalmente, tres números más tarde, el Spider-Móvil se hizo realidad y desde el primer momento Spider-Man lo calificó como "un fiasco", por ser suave con los adjetivos. Con las características propias de un buggy, ambos héroes salieron a las calles para probar sus prestaciones, entre las que se encontraban un proyector con la señal típica del lanzarredes, unos lanzatelarañas y un asiento eyectable. Esta suerte de todoterreno era medianamente funcional, no así las capacidades del enmascarado para manejarlo.
Y es que Peter estaba más que acostumbrado a recurrir a su clásica moto con la que recorría las calles de la Gran Manzana, pero nunca se había puesto al volante de un coche. Storm detectó la inseguridad que estaba provocando entre los transeúntes, por lo que tomó el control del volante y le obligó a desistir hasta tener claro cómo conducir. Una característica genial del Spider-Móvil era la capacidad de transformarse para parecer un coche cualquiera que podrías encontrarte en los Estados Unidos de los 80, por lo que el protagonista decidió mantenerlo aparcado durante un tiempo.
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No fue hasta The Amazing Spider-Man #141, al comienzo del cómic, cuando volvimos a verlo en acción escapando de la policía. Entre comentarios y pensamientos, Spider-Man maldecía el día en el que se le ocurrió que construir el coche era una buena idea, pero el destino le tenía preparada una jugada. En mitad de la noche, con las fuerzas de seguridad pisándole los talones, el cabeza de red no notó que se esta internando en los muelles del puerto, por lo que el Spider-Móvil terminó hundido en mitad del río.
Las intenciones de Spider-Man quedaron más que claras en cuanto pudimos ver que no hizo el más mínimo ademán de intentar rescatarlo de las profundidades. Ese parecía el fin del Spider-Móvil, pero lo cierto es que regresó en The Amazing Spider-Man #159 para mostrar que un villano desconocido lo había sacado del fondo del Hudson, pero fue en el número #160 cuando descubrimos que se trataba de una estrategia del Chapucero.
Uno de los antagonistas primigenios de la mitología del trepamuros fue el responsable de modificar el Spider-Móvil para incluir la posibilidad de que trepase por las paredes, conducirlo por control remoto y lanzar un gas que anulaba los poderes del héroe. De esta forma intentó atropellar a su anterior dueño y terminó atrapándolo con sus redes, incluso creando puentes entre los edificios para desplazarse. Tras descubrir el plan, Peter simplemente tuvo que ponerle freno a las oscuras intenciones del Chapucero, orquestadas por Kingpin, y tuvo la determinación de deshacerse del coche para siempre.
Éste se había estampado contra un muro y había terminado en un estado lamentable, así que lo dejó colgando en la fachada de Corona Motors para poner fin a su etapa motorizada. Posteriormente Deadpool lo recuperó y lo rebautizó como el Dead-Buggy, previo paso por el Museo Smithsonian, aunque su otro momento estelar lo vivió en una realidad alternativa. Concretamente en la Tierra-807128, en la cual el Spider-Móvil fue reconstruido por Ojo de Halcón junto a una exesposa para transportarle a él y a Logan a Nueva Babilonia.
Si os suena la referencia, es porque estamos hablando del universo del Viejo Logan, el cual no es nada agradable para los héroes de Marvel. En cualquier caso, la idea loca de Conway fue la demostración de que Spider-Man solo puede desplazarse lanzando redes por Nueva York y cualquier otro cachivache con ruedas resultará en un fracaso absoluto.
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La noticia Batman no es el único héroe con coche: el Spider-Móvil existió y fue un fiasco que a Spider-Man le daba vergüenza conducir fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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