Noticia Cal Kestis no es Starkiller, pero Star Wars Jedi: Survivor me ha recordado cómo disfruto destruyendo el Imperio con una espada láser

Cal Kestis no es Starkiller, pero Star Wars Jedi: Survivor me ha recordado cómo disfruto destruyendo el Imperio con una espada láser


No es que sea el mayor fan que haya existido de Star Wars Jedi: Fallen Order. El título de Respawn Entertainment es realmente notable, pero sencillamente no cuajó conmigo. Seguramente estaba influenciado por las brutales aventuras de El Poder de la Fuerza y un Starkiller absolutamente devastador, pero el viaje de Cal Kestis me resultó demasiado anodino.


Ojo, no por ello dejé de disfrutar de cinemáticas espectaculares y combates muy bien resueltos, pero aún así no todas las piezas encajaban en mi cabeza. La llegada de Star Wars Jedi: Survivor en 2023 supuso su fichaje para la eterna cola de videojuegos pendientes, pero su reciente llegada a Xbox Game Pass Ultimate me ha dado la excusa perfecta para adentrarme en su mundo. Para mi sorpresa, no recordaba que defenestrar los planes del Imperio fuese tan rematadamente divertido.


Han pasado cinco años desde los acontecimientos vistos en el título previo y la galaxia se encuentra igual. Las fauces imperiales se extienden por todas partes, el contrabando reina en cada esquina y los Jedi son poco menos que un susurro en el viento. Cal sigue a vueltas con BD-1 saboteando cualquier intentona del Imperio de consolidar su poder, así que toca liarse a espadazos con todo lo que se mueva.


Star Wars Jedi: Survivor es una extraña, pero deliciosa mezcla entre la puesta en escena de Sony, el diseño de niveles de FromSoftware y la acción propia de Respawn Entertainment. Los primeros compases en Coruscant son apenas una anécdota en el viaje, ya que apenas sirven como tutorial, por lo que lo más importante sucede a partir de la llegada -aparatosa- a Koboh. Recuerdo que el debate acerca del peor mapa jamás creado en la historia de los videojuegos está reñido entre el de Control y Star Wars Jedi: Fallen Order, y los pocos recuerdos que tengo al respecto no son positivos.

Star Wars Jedi Survivor


Tengo flashes de Vietnam por perderme constantemente en los recorridos planteados en la obra de 2019, no en las primeras ocasiones, sino cuando quería regresar a ciertos puntos. Era extremadamente confuso no tener claro qué pasos diste hace más de 10 horas en un planeta que ya abandonaste, por lo que el mapa no debía ayudar demasiado en la tarea. Sin embargo, la secuela lo ha solucionado por completo. No me he atascado ni una sola vez, he conseguido desbloquear atajos constantemente y mi posicionamiento espacial ha sido cristalino.


Y no me parece nada sencillo de conseguir debido a la enorme expansión del escenario. La primera zona de Koboh es gigantesca, teniendo en cuenta el género del título, y deja las clásicas migas de pan en forma de caminos inaccesibles... por el momento. Las criaturas autóctonas atacan sin piedad, hay droides de combate patrullando e incluso Piratas del Espacio dispuestos a llevarse un botín por acabar con un Caballero Jedi. Siempre hay un entretenimiento, una diversión a la que apuntarse mientras descubres secretos ocultos.

Star Wars Jedi Survivor


Si algo me gustaba de El Poder de la Fuerza es que Starkiller se sentía absolutamente imparable. EA imprimió una dinámica devastadora a las habilidades del Sith y eso se reflejaba en cómo se podían destruir los escenarios o mandar a volar a los enemigos. Esa parte de interacción tan bestia con el escenario se ha perdido en Star Wars Jedi: Survivor, pero todavía se conservan los aires de superioridad que tiene Cal frente a rivales inferiores. Los droides y soldados de asalto más rasos caen a las primeras de cambio con el bloqueo de un disparo y es tremendamente satisfactorio.


Qué decir de atraer con la Fuerza a un contricante para mantenerlo bajo tu control, ya sea arrojándolo al vacío o empalándolo con el sable sin ninguna piedad. Son esos toques de prepotencia los que quiero sentir controlando a un Jedi y por suerte la desarrolladora los ha incluido. Con todo, el combate no deja de tener su complicación y no es un paseo por el parque. Los asentamientos en Koboh, Jedha o la Luna Destrozada, los luchadores que aguardan a la vuelta de la esquina o los minijefes no son moco de pavo.

Star Wars Jedi Survivor


Un grupo muy reducido se puede exterminar con cierta facilidad, pero como se junten enemigos de alto rango que son resistentes a las habilidades de la Fuerza, la cosa se complica. Toca sacar a relucir el parry como arte definitivo de la defensa, bloqueando como si no hubiera un mañana hasta encontrar el hueco para contraatacar. En los Souls soy incapaz de ejecutar esa mecánica, aunque en Star Wars Jedi: Survivor resulta muy placentero. Además, la dinámica del combate no obliga, pero invita a cambiar constantemente de tipo de sable.


Ese es otro de los añadidos que más celebro. Una mejora sencilla con la que intercambiar entre la espada clásica, las duales, la doble, la que viene acompañada con un bláster o la típica de Kylo Ren. Me he aficionado a estas dos últimas para ser más efectivo, ya que priorizo la defensa ante todo, pero poco me sirvió contra el Rancor. Un maldito Rancor, un enorme y poderoso ser que metía pánico en El Retorno del Jedi y que me ha hecho sufrir durante casi media hora de intentos por acabar con él. Ni siquiera las luchas contra Dagan Gera han resultado tan complicadas como los gigantescos animales de cada región.

Star Wars Jedi Survivor


Suponen un desafío muy imponente; tanto es así que la Cría de Oggdo me ha resultado imposible matarla hasta ahora, ni tirándole encima rivales para que peleen por mí. Por otro lado, las grietas son otro reto muy original, ya que te ponen en aprietos tan inverosímiles como enviar 150 soldados droides cuerpo a cuerpo para aniquilar a Cal. Los condenados son sencillos de matar, pero en oleadas tan inmensas se convierten en todo un problema. También me asaltan las dudas con la personalización del protagonista y eso es buen síntoma para la salud de Star Wars Jedi: Survivor.


Barba, moño, poncho, pantalones, piezas para BD-1 y partes del sable son algunas de las elecciones que he tomado constamente. Cambio de look sin parar, escojo otro color para la hoja y prueba toda suerte de combinaciones, porque es atractivo plasmar cierta representación en Cal, sobre todo de cómo juego. Ahora mismo lleva puesto un atuendo típico de los Jedi para sentir todavía más una conexión con la Fuerza y así permanecerá hasta nuevo aviso.

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Quizás por ahora me falle la trascendencia narrativa del título, aunque también he de ser abierto de mente respecto a las historias que contiene la galaxia de Star Wars. No tiene por qué aparecer necesariamente Darth Vader, ni hay por qué mostrar que Cal se involucra decisivamente en alguno de los acontecimientos de las películas. De todas formas, es interesante ver cómo Dagan Gera metió la pata en su intento de crear un Templo Jedi y las caídas hacia el Lado Oscuro siempre llaman la atención.


Por si no se había notado hasta ahora, estoy disfrutando mucho Star Wars Jedi: Survivor, bastante más que en 2019, y espero que las pocas horas de aventura que me quedan sigan estando a la altura.


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La noticia Cal Kestis no es Starkiller, pero Star Wars Jedi: Survivor me ha recordado cómo disfruto destruyendo el Imperio con una espada láser fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .

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