ATENCIÓN SPOILERS: este post contiene detalles acerca de la trama de Clair Obscur: Expedition 33.
Hacía tiempo que no veía a un videojuego recibiendo tal cantidad de alabanzas, quizás desde Red Dead Redemption 2 o The Legend of Zelda: Breath of the Wild. La catarata de elogios que ha recibido Sandfall Interactive por su trabajo en Clair Obscur: Expedition 33 parece inagotable y nunca suficiente, pero yo me sentía completamente por fuera de esa marea.
¿Sabéis ese meme de Homer dentro del bar de lesbianas en Los Simpson? No se podría definir mejor mi situación, pero el pecado recaía en mí en tanto en cuanto tenía en mi poder una copia del videojuego para PS5 desde hacía meses. Postergar sumergirse en una obra de estas características es un mal que arrastro desde hace tiempo, aunque finalmente he reunido las energías necesarias para descubrir qué es lo que tiene que hacer exactamente esa Expedición 33.
Lumière es precioso, simple y llanamente. Basta con echar un vistazo a cualquier plano escogido por el estudio o rotar la cámara para comprender por qué la dirección artística ha sido tan elogiada. Clair Obscur: Expedition 33 es un lienzo que cobra vida, una serie de trazos tan imprevisibles como bellos que se dibujan por todo el ambiente. La ciudad, que presupongo que no puede ser otra que París en una suerte de realidad alternativa, luce espléndida, incluso cuando la torre Eiffel ha perdido su rectitud.
Los pétalos de flores inundan el paisaje, todo está puesto patas arriba con una intención visual y aún así se conserva una belleza en la arquitectura. Cualquiera de los que hayamos paseado por la capital francesa real sabemos de lo que hablamos: Francia es un país precioso y eso no puede sino reflejarse en cada una de las esquinas de los edificios de Clair Obscur: Expedition 33. Si aún por encima le sumas lo que ya empiezan a ser las patitas de una banda sonora que apunta muy alto, los sentidos se activan al máximo para no perder detalle alguno.
Pero, ¿de qué va Clair Obscur: Expedition 33? Bueno, los primeros compases son una aproximación muy íntima sobre un conflicto mayor, pero llevarlo a una historia terrenal te hace medir el impacto de sus consecuencias. Y duele mucho. Gustave es un hombre de 33 años, apuesto, bien vestido, con una mano robótica y con una rosa que quiere entregar a Sophie. Maelle, una joven con una puntería perfecta a la hora de hablar, le anima a dar el paso cuanto antes.
Evidentemente, me encuentro en un punto en el que estoy a años luz de comprender la magnitud de la historia al completo, aunque conozco las bases. La Paintresse, una especie de bruja o diosa gigantesca, se dedica a acabar con la vida de todos aquellos que tengan la edad que escribe en números gigantes en el monolito en el que descansa. Estamos en el 34 y resulta que ese mismo día se va a producir el fatal desenlace para aquellos que han vivido hasta esa edad.
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Es trágico e inevitable, sin diferencias con la muerte, salvo por el hecho de que en este mundo saben exactamente cuando ya no hay margen de maniobra ni posibilidad de rectificar. ¿Qué prefieres, saber cuándo mueres o cómo mueres? Un dilema que tiene sentido en nuestro mundo, pero en el de Clair Obscur: Expedition 33 lo tienen resuelto casi al 100%, lo cual lo hace todo más sencillo, pero no menos agrio.
Aún con estas reglas encima de la mesa, Sophie y Gustave tienen un asunto que resolver entre ambos. Fueron pareja en el pasado, pero el Gommage está a la vuelta de la esquina para llevarse a la mujer de 34 años para siempre. Es un destino inevitable, es como marchitar una flor durante su esplendor y los dos quieren pasar unos minutos antes de que todo llegue a su fin. Con todo, son torpes, tímidos y enternecedores en cada una de las conversaciones que tienen.
Así pues, Sandfall Interactive nos regala unos 40 minutos de secuencias llenas de una candidez que oculta un hecho ineludible, al cual nos vamos acercando poco a poco hasta el puerto de Lumière. Durante el trayecto, la pareja se reconcilia, se da cuenta de que realmente han malgastado el escaso tiempo que vivieron juntos, lamentan, ríen y hasta consiguen un retrato de ellos bailando, seguramente como les gustaría a los dos ser recordados juntos.
En una época como esta, Lumière no es más que el reflejo del dictamen de la Peintresse, pues los familiares se despiden, los amigos se dicen adiós y muchos comerciantes aprovechan para sacar tajada. Todos están acostumbrados al Gommage, resignados a aceptarlo y ni siquiera ello impide que el adiós de Sophie transformándose en pétalos no duela hasta el hartazgo. La narrativa del estudio francés es excelente, establece un tono para el resto del videojuego y te atrapa desde el primer momento.
No sabes qué es lo que aguarda a la vuelta de la esquina, pero necesitas conocerlo para evitar que vuelva a suceder una tragedia de estas características. Es una escena en la que el arte, los planos, la música y las interpretaciones se dan la mano para obrar con una bella factura. Espero que lo que me queda por vivir en el título esté a la altura, pero por ahora he entendido por completo las alabanzas que han regado al proyecto.
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La noticia Clair Obscur: Expedition 33 podría terminar a los 40 minutos y sería la película que más me ha emocionado en 2025 fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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