Todo el mundo quiere probar la beta de OS X Yosemite pero sin tener que renunciar a la estabilidad de OS X Mavericks. A diferencia de iOS 8 hay una opción para hacerlo y te contamos cómo en unos sencillos pasos.
El gran protagonista de la WWDC 2014 ha sido sin duda OS X Yosemite. Al igual que hizo el año con iOS 7 Apple ha convertido el diseño en la principal característica de esta nueva versión, eliminando todo rastro de skeumorfismo y apostando por el minimalismo, dándole el mayor cambio visual al sistema desde Aqua. Mucha gente no ha podido resistir la tentación y ha instalado la beta en sus Mac, aún a sabiendas de que es eso, una beta, y como tal cuenta con numerosos bugs, funcionalidades aún no implantadas, aplicaciones no optimizadas, etc. Pero, a diferencia de iOS 8, que ya os contamos cómo instalarlo y también cómo volver a iOS 7 una vez saboreado sus principales novedades, hay una forma segura de probar OS X Yosemite en nuestro Mac. Vamos a contarte cómo hacerlo.
Lo primero que vamos a necesitar es la beta de OS X Yosemite. Si somos desarrolladores, que creo que no va a ser el caso de la mayoría de lectores de este artículo, podremos conseguir dicha beta en el Dev Center. En caso de no ser desarrollador hay dos formas de acceder a ella. La primera es a través del nuevo programa de betas de OS X, registrándonos y esperando a que Apple nos envíe la invitación, algo que puede demorarse en exceso por lo que si no quieres esperar puedes descargarlo al igual que iOS 8 de iModZone.
A diferencia de iOS 8 con OS X Yosemite tenemos la posibilidad de instalar la beta en una nueva partición del sistema, por lo que seguiríamos teniendo OS X Mavericks plenamente funcional en la partición principal del sistema. Para la nueva partición necesitamos tener al menos 20 GB libres en nuestro disco duro. Para crear dicha partición tendremos que seguir los siguientes pasos:
- Vamos a Aplicaciones y dentro de Utilidades abrimos Utilidad de Discos.
- Seleccionamos el disco principal y pulsamos en la pestaña de Particiones.
- Pulsamos en + para crear una nueva partición a la que llamaremos OS X Yosemite, establecemos el tamaño de la misma, como mínimo 20 GB, y pulsamos Aplicar.
Una vez realizado esto ya tendremos una segunda partición creada en nuestro Mac y todo lo que tendremos que hacer es abrir el instalador de OS X Yosemite y escoger dicha partición a la hora de instalarlo. Una vez instalado será como tener Boot Camp instalado, pudiendo seleccionar el disco de arranque en las preferencias del sistema y cambiar a Mavericks cuando nos cansemos de los posibles bugs y problemas de OS X Yosemite. Todo son ventajas con esta opción.
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