Noticia Cómo la ciencia ficción falló al predecir los smartphones y cómo ve los del futuro



La ciencia ficción es un género magnífico, aunque denostado por algunos por ser películas de marcianitos, pero que permite abordar ciertos temas desde perspectivas que a otros géneros les son imposibles. Autores como Aldous Huxley en Un mundo feliz o George Orwell en 1984 no sólo lo usaron para analizar las sociedades en las que vivían, sino que además lograron profetizar algunos elementos bastante siniestros del futuro, nuestro presente. Y no hace falta recordar a Julio Verne, que en siglo XIX describió submarinos y cohetes.

Pero no todo son aciertos para la ciencia ficción. Han pasado 14 años desde la supuesta odisea en el espacio en dirección a Júpiter que en 1968 describió Arthur C. Clark y que Kubrick adaptó para gloria del cine, pero los humanos estamos como muy lejos a un puñado de miles de kilómetros en órbita alrededor de la Tierra en la Estación Espacial Internacional y llevamos décadas sin pisar la Luna. Faltan unos meses para que Marty McFly llegue desde los ochenta y sigue sin haber ni rastro de patinetes voladores, y tenemos cuatro años para inventar los replicantes de Blade Runner. Por no hablar de Skynet, que llevamos desde el 4 de agosto de 1997 esperando a que tome conciencia y de momento lo más parecido a una máquina asesina de Terminator son las impresoras.

Pero de todos los elementos cotidianos en la realidad de 2015, el fallo más grande ha sido la incapacidad de la ciencia ficción para predecir la llegada de los smartphones y de Internet.

El tablet con teclado físico de 2001 Odisea en el espacio




Para ser justos, hay que decir que predecir el futuro es una tarea complicada, y si no preguntad a Sandro Rey, pero algunos autores sí predijeron algunos elementos. Aunque finalmente no llegó a la película, en la novela de 2001 Odisea en el espacio Arthur C. Clarke describe algo muy similar a lo que hoy conocemos como una tableta.

Clarke habla de una pantalla del tamaño de una página que se debía conectar al sistema de información de la nave y desde el que podía leer todos los periódicos del mundo. Eso sí, funcionaba con teclado físico. Aunque no pareció calcular la aparición de las pantallas táctiles, un concepto que sin embargo sí que avanzó Orson Scott Card en El juego de Ender, en 1985. Sin embargo, Clarke vaticinó con bastante exactitud cómo sería Internet en 2001.


El maestro Isaac Asimov también imaginó algo similar a Internet, o tal vez Google o la Wikipedia, y que él llamó Enciclopedia Galáctica, donde la Primera Fundación guardaba todo el conocimiento del caído Imperio, pero no deja de ser una aproximación muy lejana y que además se quedó muy lejos a la hora de acertar el tiempo en el que estaría disponible.

Es cierto que ya en la serie original de Star Trek los personajes utilizaban comunicadores, pero su funcionamiento era más parecido al de un walkie talkie que al de un teléfono móvil. Ni siquiera en la Nueva Generación, donde el dispositivo está integrado en la insignia se activa con un ligero toque, pero también funciona más como un walkie. Y ni rastro de las pantallas táctiles.

Un Nexus 6 usando una cabina de teléfono


Más chocante es ver en una serie de 2004 como Battlestar Galactica ver al Comandante Adama hablar por un teléfono de esos con cable en espiral, aunque en este caso está justificada por la historia por la antigüedad de la nave y su falta de conexión a las redes, precisamente lo que le permite sobrevivir al ataque cylon al inicio de la historia.

Incluso en la avanzadísima galaxia muy muy lejana de George Lucas, donde hay estaciones espaciales capaces de volar planetas por los aires, no hay nada remotamente parecido a un teléfono móvil. Sí, hay videollamadas holográficas, pero siempre se realizan desde algún lugar fijo o, como mucho, desde R2D2, lo cual no sería precisamente un dispositivo de bolsillo.

Pero la paradoja más curiosa del mundo de los smartphones y la ciencia ficción la podemos ver en Blade Runner, al ver a Roy Batty en una cabina telefónica en el 2019. Y eso que que Roy Batty es un replicante modelo Nexus 6 y a su personaje homenajea Google con el nombre de su línea de teléfonos. Y a pesar de todo sigue usando cabinas telefónicas, y eso que en 2015 ya es difícil encontrar una.

Dan Simmons, el que más se acercó al smartphone




Quien sí acertó bastante el concepto de un smartphone fue Dan Simmons en su serie Los Cantos de Hyperion, publicada en 1989, donde habla de comlogs, unos dispositivos personales y permanentemente conectados a la esfera de datos, y que los personajes pueden usar para comunicarse o buscar información, aunque él lo lleva más allá al hablar de implantes en el propio cuerpo, algo que también se puede ver en el Ghost in the Shell y especialmente en su versión televisiva Stand Alone Complex.

“Difícil de ver el futuro es, en movimiento siempre está”, decía Yoda en El Imperio Contraataca. Quizá por eso muchos autores hayan fallado al preveer algo con tanto impacto como el smartphone, pero también porque muchos autores están más preocupados por desarrollar un marco en el que sus ideas se vean potenciadas que por explicar cómo serán el mundo del mañana con exactitud ¿pero cómo ve la ciencia ficción de hoy los smartphones de mañana?

¿Nos enamoraremos de Google Now y navegaremos con hologramas?




Posiblemente la película que aborda de forma más directa la evolución de los smartphones sea Her, de Spike Jonze, donde se muestran unos terminales equipados con unos asistentes de voz que Joaquin Phoenix no puede evitar enamorarse del suyo, no parece que algo así vaya a darse en un futuro inmediato aunque si Google Now tuviese la voz de Scarlett Johansson yo también me enamoraría.

Otra interesante visión de hacia dónde pueden evolucionar los smartphones la encontramos en la saga Mass Effect, una de las mejores operas espaciales de los últimos años y posiblemente la mejor obra de ciencia ficción que haya visto la luz en los videojuegos. Esta historia ambientada en el año 2183 nos muestra una galaxia llena de omniherramientas, unas proyecciones holográficas alrededor del brazo que permite al usuario realizar múltiples acciones, desde buscar información hasta apuñalar a alguien (spoiler en el enlace, evidentemente). Esta última aplicación parece un poco fuera del alcance de los actuales smartphones, pero las demás opciones recuerdan bastante a los smartphones.



A medida que la tecnología avanza más y más deprisa, los autores de este género sufrirán cada vez más para que ciertos aspectos de sus obras no queden rápidamente desfasados. Visto el fallo general de la ciencia ficción al predecir un elemento en la vida actual tan importante como Internet o el smartphone un ejercicio interesante se hace casi obligatorio es preguntar qué gran avance del futuro se nos escapa a quienes dejamos volar nuestra imaginación en el año 2015. Mucho se habla de microrobótica con fines médicos, la colonización de Marte, coches autónomos y por supuesto un mundo hiperconectado e hipervigilado, ¿pero qué se nos está escapando? ¿Cuál será será el auténtico salto que ahora no podemos ni imaginar? ¿O no habrá cambios drásticos y como decía Muchachada Nui: “el futuro no es futurista, parece cine español“?

¿Cuál creéis vosotros que será el gran salto que la ciencia ficción está pasando por alto hoy? ¿conocéis algún autor que predijese el smartphone y que a este redactor se le haya escapado? Y, sobre todo ¿cuenta El Coche Fantástico como una predicción de Android Auto y Android Wear?

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