Noticia Cómo me convertí en el peor ratero de Thief VR: Legacy of Shadow… y lo disfruté a lo grande

Cómo me convertí en el peor ratero de Thief VR: Legacy of Shadow… y lo disfruté a lo grande


Lo confieso sin pudor: soy el peor ratero que jamás ha pisado la realidad virtual. Para que te hagas una idea, si existiera un ranking de ladrones VR, tendrías que bajar al sótano para encontrar mi nombre. Y aun así, pocas veces el salto de una saga a PlayStation VR2 y Meta Quest me ha parecido tan acertado como el de Thief VR: Legacy of Shadow.


Porque sí, me pillaron los guardias, tropecé con más cubos que un gato curioso y hasta intenté abrir una cerradura al revés. Pero cada metida de pata fue una experiencia. Una que, si te tomas más en serio que yo, te va a gustar como un mico.

Vaya por delante que el regreso de la saga Thief en VR es un regalo de por sí para quienes amamos el sigilo, el misterio planteado en escenarios que te invitan a observar antes tomar una decisión y esa adrenalina de moverse de manera furtiva entre cajas y juegos de sombras. Pero es que, en el proceso, se logra una ambientación sensacional en la que las que puedo sentir los engranajes al forzar una cerradura o esa tensión implícita al pasearme por las vigas de un edificio sobre las cabezas de mis enemigos.


Y aunque mi torpeza (y mis ganas de ver cómo reaccionaba el juego a ella) determinaron el curso de los acontecimientos, la sensación de estar en escenarios creados para deleitar a quienes tienen los dedos rápidos y muy poca vergüenza es algo que funciona de maravilla en el formato más inmersivo de los videojuegos.

La mejor experiencia de sigilo que he probado en VR​


Partamos de lo que ya sabes, o es posible intuir sin dar explicaciones previas: en el gran imaginario colectivo, ser un ladrón maestro implica moverse como una sombra, robar sin dejar rastro y desaparecer antes de que nadie sospeche. Sin embargo, mi experiencia inicial en Thief VR: Legacy of Shadow fue todo lo contrario: torpe, ruidosa y llena de errores.


Vaya por delante que no es culpa del juego: si has seguido mis aventuras con PlayStation VR2 sabrás que vengo de pelearme con zombis malgastando dinamita y cartuchos de escopeta, de freír xenomorfos a balazos y hasta poner en peligro mi mobiliario soltando golpes al viento. Me tocó cambiar el chip, aunque lo hice poquito a poco. Paradójicamente, esa imperfección convirtió la partida en una de las más divertidas y memorables que he tenido en realidad virtual.

Thief VR: Legacy of Shadow llega con las tareas hechas. Antes de que cambies las reglas del juego poniéndote un arco en las manos capaz de encender y apagar hogueras de manera ventajosa te deja curiosear en la misión inaugural a modo de tutorial. Acierta en el modo con en el que te invita a moverte de manera felina por sus callejones oscuros, hace que subirte a tejados acabe siendo algo instintivo y, una vez desde ahí, quieras redibujar la situación con astucia, paciencia y, si vas corto de ambas, la capacidad de improvisar.

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Pero no te voy a engañar: siempre he sido de los que se pone colorado como un tomate con solo pensar en hacer una travesura. De los que cogen las galletas de manera furtiva mirando como si fuese a cruzar por un paso de peatones y ese niño al que le preguntas quién a sido el culpable, negando con las palabras pero delatando instintivamente, de manera involuntaria, con la mirada.


Por eso este juego me hizo sentir que cada error era parte de una aventura. Si hasta me reía (un poquito) al andar en cuclillas. Lo interesante es cómo ese gesto, instintivo y que no habría trascendido al jugar de manera tradicional, servía para despertar al guardia que se echaba una siesta en esta experiencia para la Realidad Virtual.

La realidad virtual se inventó para juegos como Thief VR​


Que mis primeras partidas no te despisten, y mucho menos sirvan para desmerecer lo que te ofrece este juego. Puestos a sincerarnos podía tomarlo como un desafío y sumergirme en Thief VR en plan completista... o dedicarme a poner a prueba los límites de la experiencia. Y, a poco que me conozcas, ante esa disyuntiva estaba claro que me lanzaría de cabeza hacia lo segundo.


Lo primero que tienes que tener en cuenta es que el hilo narrativo de esta historia no gira en torno a Garrett, el maestro de ladrones. Ahora eres Magpie, una ladrona huérfana que se enfrenta a un régimen corrupto y, mientras se llena los bolsillos de todo lo que brilla, descubre un artefacto legendario. Ahora bien, esa característica ambientación steampunk oscura, con atmósferas opresivas y un toque de humor seco, no solo es fiel al ADN de la saga, sino que juega en su beneficio.

El primer cambio es cómo el desarrollo abre paso a mecánicas diseñadas o adaptadas para VR: tenemos el sigilo en primera persona, exploración libre, múltiples rutas y estrategias, pero ahora se logra una inmersión total: que tienes gracias a la capacidad extrasensorial que combina la nitidez de los sistemas actuales con el sonido 3D. De modo que girar la cabeza para comprobar si alguien te sigue es tan natural que olvidas que estás en tu salón. Y el modo en el que atraviesas de manera furtiva los tramos se siente como un peligro real.

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Puedes jugar de pie en un espacio acotado o sentado, aunque no necesitaré explicarte cómo se logra la magia con mayor acierto. Y ojo, que las interacciones táctiles añaden una capa extra al conjunto: abrir cerraduras con retroalimentación háptica, soplar velas usando el micrófono o manipular objetos con tus manos convierte cada acción en un pequeño ritual de sigilo. Consejo: si habilitas el micro en PS VR2 no escuches música mientras juegas.


A partir de aquí Thief VR: Legacy of Shadow es exactamente lo que esperas de la serie: tienes libertad de exploración con niveles son abiertos y no lineales, lo que permite improvisar rutas, trepar tejados o colarse por ventanas. O, cómo mínimo, abrirás para meter la mano y llevarte lo que cualquier iluso dejó a nuestro alcance.

Y sí, dispones de todas las herramientas clásicas: el arco, las flechas y los trucos de distracción regresan, pero ahora con control de movimiento realista. Nada como tensar la cuerda y sentir la vibración en tus manos, pero es que apuntar con el arco es un aténtico gustazo y pasearte por los tejados percibiendo realmente la profundidad y la atmósfera es un plus añadido. Algo que no te puede dar el jugar mirando lo mismo desde una tele y con un mando tradicional. Porque la realidad virtual se inventó para juegos como Thief VR.

Seguiré robando… mal, pero feliz​


El auténtico sigilo en la Realidad Virtual hoy tiene nombre propio: Thief VR: Legacy of Shadow. Una vez más me toca quitarme el sombrero con lo logrado por los amigos de Vertigo Games. Me impresionaron con Arizona Sunshine 2 y el remake del original, se llevaron la corona como mi mejor juego para la realidad virtual con Metro VR y ahora vuelven a ser los mejores exponentes de lo que puede dar este formato a los jugadores.


De por qué merece la pena seguir apostando por experiencias para PlayStation VR2 y por qué Meta Quest lidera esta apuesta inmersiva. Y pese a que me convertí en el peor ratero de Thief VR: Legacy of Shadow… aprendí, mejoré y siempre lo disfruté a lo grande.

Que conste que no me arrepiento de lo primero: en un mundo obsesionado con la perfección y la optimización, ser el peor ratero fue liberador. Descubrí que el juego no necesita que seas impecable para ser genuinamente divertido y que la comedia involuntaria es tan valiosa como el éxito.Y no te lo voy a negar, compartir mis desastres con otros generó más risas que cualquier robo perfecto, los cuales logré al repetir los niveles superados. Porque en Thief VR: Legacy of Shadow hay una rejugabilidad implícita.

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Pero, al final, ser el peor ladrón de la realidad virtual resultó ser lo mejor que me pudo pasar. Cada fallo me arrancó carcajadas y cada acierto me hizo sentir como un maestro del sigilo, aunque fuera por unos segundos. De modo que Thief VR: Legacy of Shadow no solo revive una saga mítica, sino que la adapta con inteligencia e ideas que se aplican con maestría al medio más inmersivo posible.


Y sí, seguiré de aventuras. Porque abrir cerraduras sin hacer ruido es algo que misteriosamente te atrapa. Y pese a que mis intentos de sigilo se han ido afilando, cuando haces click y te lo tomas en serio la magia de perderse en las sombras es demasiado adictiva. Sobre todo, cuando empleas tu equipamiento de ladrón y las pistas para favorecer esa gratificación constante (y cuantificable) de llevarte todo lo que no era tuyo hasta que le pusiste las zarpas.


Y es que, quizás, nunca sea el mejor ratero en el mundo real, aunque he mejorado partida a partida con mi PlayStation VR2. Pero incluso si jamás llego a ganarme la vida de manera deshonesta, "que me quiten lo bailao": ya me lo he pasado de maravilla con Thief VR: Legacy of Shadow. ¡Más juegos así para la Realidad Virtual!


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La noticia Cómo me convertí en el peor ratero de Thief VR: Legacy of Shadow… y lo disfruté a lo grande fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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