Es la primera vez que un dron rescata a dos bañistas en el mar. Los hechos se produjeron en la costa australiana de Nueva Gales del Sur, el estado donde se encuentra la ciudad de Sidney, en la parte oriental del país. Dos chicos de 17 años hacían body-surf cerca de la costa, cuando una ola de 2,5 metros de altura los arrastró y los dejó en una situación peligrosa.
Perdidos entre el fuerte oleaje, pues había olas de tres metros, no podían hacer nada. Fueron sus amigos quienes alertaron a los vigilantes. Estos desplegaron un dron en apenas 35 segundos. Se trataba del Westpac, de la empresa australiana Little Ripper, especializada en el diseño y fabricación de aeronaves no tripuladas destinadas al rescate. Es, por cierto, la misma compañía que fabrica los RPAs destinados a avistar tiburones en las costas australianas.
La empresa hace estos drones a conciencia y están perfectamente preparados para este tipo de situaciones. Y es que en las costas australianas es común que haya olas grandes que arrastren a bañistas poco precavidos. Los vigilantes llevaron al Westpac hasta los bañistas, localizándolos con su cámara (gracias a ella se puede ver todo grabado en vídeo). A continuación se situó sobre ellos para lanzarles un tubo flotador hinchable.
El tubo cayó al lado de los bañistas. Su diseño hace que esté preparado para que nada más tocar el agua se hinche en un tubo de tres metros de largo. En total, los vigilantes solo tardaron dos minutos en hacer todo eso. A partir de ahí los bañistas pudieron ser arrastrados hasta la orilla por las olas.
No ha trascendido qué tipo específico de dron se empleó, aunque lo más probable es que se trate de un hexacóptero que se encuentran disponible en el catálogo de Little Ripper. En cualquier caso, el suceso ilustra claramente los beneficios que pueden ofrecer los drones en rescates marítimos.
El hecho de que el rescate haya sido grabado y se haya podido comprobar la eficacia del sistema podría ser un incentivo para que muchas autoridades se decanten por apostar más intensamente por los drones de rescate en las playas. El responsable de los vigilantes en la playa donde se llevó a cabo la acción de rescate recalcó que operación prueba la efectividad de la tecnología.
Imagen: Little Ripper
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Perdidos entre el fuerte oleaje, pues había olas de tres metros, no podían hacer nada. Fueron sus amigos quienes alertaron a los vigilantes. Estos desplegaron un dron en apenas 35 segundos. Se trataba del Westpac, de la empresa australiana Little Ripper, especializada en el diseño y fabricación de aeronaves no tripuladas destinadas al rescate. Es, por cierto, la misma compañía que fabrica los RPAs destinados a avistar tiburones en las costas australianas.
La empresa hace estos drones a conciencia y están perfectamente preparados para este tipo de situaciones. Y es que en las costas australianas es común que haya olas grandes que arrastren a bañistas poco precavidos. Los vigilantes llevaron al Westpac hasta los bañistas, localizándolos con su cámara (gracias a ella se puede ver todo grabado en vídeo). A continuación se situó sobre ellos para lanzarles un tubo flotador hinchable.
El tubo cayó al lado de los bañistas. Su diseño hace que esté preparado para que nada más tocar el agua se hinche en un tubo de tres metros de largo. En total, los vigilantes solo tardaron dos minutos en hacer todo eso. A partir de ahí los bañistas pudieron ser arrastrados hasta la orilla por las olas.
No ha trascendido qué tipo específico de dron se empleó, aunque lo más probable es que se trate de un hexacóptero que se encuentran disponible en el catálogo de Little Ripper. En cualquier caso, el suceso ilustra claramente los beneficios que pueden ofrecer los drones en rescates marítimos.
El hecho de que el rescate haya sido grabado y se haya podido comprobar la eficacia del sistema podría ser un incentivo para que muchas autoridades se decanten por apostar más intensamente por los drones de rescate en las playas. El responsable de los vigilantes en la playa donde se llevó a cabo la acción de rescate recalcó que operación prueba la efectividad de la tecnología.
Imagen: Little Ripper
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