Para hacer fotografías de conciertos debemos tener en cuenta una serie de conceptos sin los que nuestros resultados podrían no ser los más adecuados.
Casi todos los conciertos de música suelen tener en común una serie de elementos: un escenario con luces, un público cuyos empujones varían en función de la intensidad del momento, y unos instantes únicos donde el cantante de turno saca a relucir lo mejor de sí. Plasmar todo ello en una imagen no es algo fácil, pero se puede intentar si seguimos algunos consejos.
La cámara a utilizar puede variar, pero lo más importante es que ésta tenga una gran resistencia a altas sensibilidades, ya que será una de las características a las que probablemente debamos recurrir. No obstante, si sabemos cómo utilizar la luz del escenario a nuestro favor, podremos incluso sacar una buena foto utilizando únicamente el smartphone.
Ververidis Vasilis | Shutterstock
Sin embargo, lo ideal es que tengamos una cámara con controles manuales, ya que solo así encontraremos la mejor forma para jugar con los valores de exposición y obtener los efectos que más se adecuan al tipo de espectáculo al que estamos asistiendo.
¿Qué objetivo?
Créditos: clickinmoms
Si tenemos una cámara de lentes intercambiables, quizá la primera pregunta sea: ¿qué objetivo es el adecuado? Realmente tampoco existe una lente por excelencia para fotografía de conciertos, pero hay una característica que cobra especial importancia para captar este tipo de imágenes: que sea luminoso. Cuanta más amplia sea la apertura que podamos utilizar, más luz captaremos de nuestra escena y menos tendremos que recurrir a una ISO elevada.
Por lo tanto, algunos recomiendan utilizar una lente de focal fija, las cuales se caracterizan por dejar pasar más luz que, por ejemplo, los teleobjetivos. Así, una de las indicadas podría ser un 50mm, que nos permite utilizar hasta un f/1,4 o f/1,8 y además obtener un bonito bokeh si empleamos el fondo adecuado.
Asimismo, los angulares suelen ser otras de las lentes más utilizadas para fotografía de conciertos, ya que son muy útiles para abarcar un gran campo de visión y llenar el cuadro de la foto con todo aquello que se puede ver en el lugar, incluyendo el público. Si tenemos la suerte de poder situarnos cerca del grupo, también puede ser llamativo hacer fotos aprovechando ese efecto de distorsión que, en algunas ocasiones, encaja a la perfección con la intensidad de lo representado.
Capta el momento
Photo Credit: lennox_mcdough via Compfight cc
Como hemos mencionado al principio, un concierto suele estar lleno de diferentes momentos únicos. Por ello, deberemos estar atentos para inmortalizarlos con nuestra cámara. En estos casos, el modo ráfaga nos será de gran ayuda. Tampoco debemos detenernos a revisar cada foto que tomemos, ya que quizá podríamos perdernos algo mientras miramos la pantalla de la cámara. Luego habrá oportunidad para hacer una selección.
Lograr captar el momento no es algo fácil. Aunque muchas de las fotos que obtengamos con una ráfaga pueden ser parecidas, en ocasiones será un gesto o un movimiento el que marque la diferencia y que identifique a esa imagen como la elegida. Por ello, tendremos también que emplear una velocidad de obturación rápida, que por lo general supere el 1/125.
Aprovecha la luz
Andrey Armyagov | Shutterstock
Algo que debe quedar claro desde un principio, es que de forma rotunda debemos olvidarnos del flash en esta clase de fotos. Si el escenario tiene luces, lo ideal es que nos adaptemos a ellas e intentemos encontrar la mejor forma de sacarle todo el partido posible, ya sea situándonos delante de ellas y provocando efectos como el flare, o estando atentos a los golpes de luces que mejor encajan con la escena.
El punto negativo de esto es que, en definitiva, dependemos de cómo sea la iluminación de lugar donde vamos a tomar fotografías, la cual puede ser genial o patética. Elementos como el humo o los rayos láser pueden ayudarnos a configurar una imagen muy sorprendente, aunque no disponer de ellos tampoco debe ser un impedimento para conseguir una buena foto.
Experimenta
Kohlhuber Media Art | Shutterstock
Quizá es uno de los puntos más importantes. Para hacer buenas fotografías de conciertos no debemos limitarnos a colocar unos valores de exposición y no alterarlos más durante todo el espectáculo, sino que debemos variar entre ellos para intentar conseguir diferentes efectos.
Por ejemplo, podríamos intentar aumentar la velocidad de obturación para conseguir alguna figura a contraluz, lo cual puede tener mucho sentido dependiendo del fondo que tengamos. Por otro lado, también podemos optar por lo contrario y emplear una velocidad de obturación lenta (pero no demasiado, o saldrá todo movido) para registrar algo de movimiento en la toma. Se trata, en definitiva, de experimentar para encontrar la mejor forma de transmitir con imágenes lo que escuchamos con nuestros oídos.
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