Al igual que otros modos, la fotografía deportiva también requiere de diferentes conceptos a tener en cuenta para poder lograr los mejores resultados.
Del mismo modo que necesitamos tener claros ciertos conceptos para tomar imágenes de animales o en un concierto de música, para la fotografía deportiva también debemos incidir sobre determinados aspectos técnicos.
A grandes rasgos, podemos decir que la fotografía deportiva destaca por captar momentos únicos, aquellos que pueden ser representativos incluso de todo un evento. Todos tenemos grabada aquella imagen en la que Iniesta conseguió marcar el gol que supuso la derrota de Holanda y convirtió a España en la campeona del mundo. La pelota en el aire, la pierna de Andrés flexionada y la atenta mirada del portero holandés Stekelenburg. Un momento único capturado en un instante decisivo.
Obviamente, los consejos van a variar dependiendo del deporte que estemos interesados en fotografiar. No es lo mismo tomar imágenes de un partido de fútbol que de un combate de boxeo. Todo varía: la iluminación, la distancia de los objetos, la velocidad a la que debemos disparar… etc.
¿Qué equipo?
Neale Cousland / Shutterstock.com
En la fotografía deportiva vamos a necesitar emplear una gran velocidad de obturación, lo cual se traduce en una gran pérdida lumínica de nuestra imagen. Por ello, lo ideal es emplear objetivos muy luminosos y una cámara resistente a altas sensibilidades. Solo así podremos compensar la escasez de luz propia de emplear altas velocidades.
Asimismo, también tendríamos que estar atento a los fotogramas por segundo que la cámara es capaz de disparar. El modo ráfaga es muy importante en estos casos y puede suponer la diferencia entre capturar un instante decisivo o perdernos dicho momento. Por ejemplo, la Canon EOS 5D Mark III es capaz de alcanzar hasta los 10fps. Por otro lado, el autofocus también suele ir vinculado a la velocidad de la cámara para disparar, ya que de lo contrario obtendremos un motivo borroso.
Aspen Photo / Shutterstock.com
¿Qué objetivos? Depende del evento. Es decir, normalmente en partidos de baloncesto la cancha se encuentra mucho más cerca de donde se sitúa la prensa, por lo que quizá podamos emplear una distancia focal más reducida. Incluso hay quienes tienen la oportunidad de situarse a pie de pista y tomar imágenes con un gran angular. Sin embargo, en un campo de fútbol es probable que requiramos grandes teleobjetivos a los que incluso tendremos que podríamos necesitar incorporar un monopode debido a su tamaño.
Tampoco debemos olvidarnos de las tarjetas, ya que quizá necesitaremos más de una. A causa de las grandes velocidades de obturación también requeriremos de una alta transferencia de datos. Por ello, preferiblemente tendremos que optar por aquellas tarjetas capaces de admitir una alta velocidad y clase 10. Además, si la cámara tiene un doble compartimento para las tarjetas podríamos ahorrarnos tener que cambiar rápidamente cuando una de ellas se agote.
¿Qué configuración usar?
Aspen Photo / Shutterstock.com
De nuevo, dependerá de factores como la iluminación o el evento en el que realicemos fotografía deportiva. Sin embargo, existen algunas consideraciones comunes a tener en cuenta independientemente de lo que capturemos.
La velocidad de obturación, por lo general, suele ser superior a 1/125. Aunque quizá también podríamos usar una velocidad lenta para hacer algún barrido aprovechando el movimiento del sujeto. Esto es algo bastante utilizado en, por ejemplo, las carreras de F1. Es un gran recurso para otorgar dinamismo y velocidad a la imagen, aunque no es válido con todos los motivos.
El problema de utilizar una apertura amplia es que la zona de enfoque se reduce de forma considerable, algo que es un inconveniente cuando tenemos que captar imágenes rápidas de sujetos en movimiento. Por ello, lo ideal es cerrar el diafragma a un f/5.6 o f/8, pero a veces resulta imposible debido a la escasez lumínica que ello conlleva.
Lo anterior podríamos solucionarlo empleando la sensibilidad de nuestra cámara para compensar la falta de luz. Aunque también existen límites al respecto, el cual varía en función del dispositivo que tengamos. No es lo mismo tener una Sony A7S II capaz de lanzar hasta 409600 de ISO (aunque con solo 5fps) que otra con peores atributos en este apartado. Como suele ser habitual, lo recomendado es usar la menor cantidad de ISO posible, aunque teniendo en cuenta la rápida velocidad de obturación y el diafragma, no tendremos fácil conseguir un valor pequeño.
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