Noticia Convierte tu viejo disco duro en almacenamiento para Android TV o Chromecast

Disco duro como almacenamiento


Si tienes por casa un HDD o un SSD que ya no usas, no hace falta que siga guardando polvo: con muy poco dinero puedes convertirlo en un almacenamiento externo para Android TV, Google TV o Chromecast. El proceso es sencillo, rápido y, además, abre la puerta a un montón de usos: desde reproducir tus propios vídeos hasta instalar más apps o grabar programas, todo sin tirar de la nube.

Conviene aclararlo desde el principio: incluso si tu disco era interno del ordenador, puedes reutilizarlo con una carcasa USB. En la gran mayoría de casos solo necesitarás esa carcasa y, si vas a usar un Chromecast con Google TV, un hub USB-C con alimentación. Aquí te contamos qué comprar, cómo formatear el disco para que tu tele o dispositivo lo reconozca y las mejores ideas para sacarle partido sin complicarte la vida.

Qué necesitas para reutilizar tu antiguo HDD o SSD​


Lo primero es identificar qué tipo de unidad tienes. Si ya era un disco externo, bastará con un cable adecuado (USB-A o USB-C) para conectarlo al televisor o a tu Android TV/Google TV. Si el dispositivo solo tiene USB-C, necesitarás un cable o adaptador que convierta de USB-A a USB-C; si dispone de USB-A clásico, te servirá el cable estándar de muchos discos externos.

Si tu disco es interno (de ordenador), el plan cambia ligeramente: necesitarás una carcasa externa compatible con su tamaño e interfaz. Comprueba dos cosas clave: el formato físico (2,5 pulgadas, habitual en portátiles y SSD; o 3,5 pulgadas, típico en HDD de sobremesa) y el tipo de conector (SATA en la última década; IDE si es muy antiguo). Con esos datos, compras una caja “USB a SATA/IDE” del tamaño correcto y listo.

Un detalle práctico: los discos de 3,5 pulgadas suelen requerir alimentación propia en la carcasa; los de 2,5 pulgadas pueden funcionar solo con el USB, aunque contar con alimentación externa siempre aporta estabilidad. En tiendas online hay carcasas para todos los gustos y bolsillos; suelen encontrarse por unos 8 a 20 euros, y es buena idea comprar donde ofrezcan devolución sencilla por si te equivocas de modelo.

No te olvides del cable final. Algunas TV Box traen USB-A, otras USB-C. Valora también comprar un cable corto y de calidad para evitar caídas de tensión y desconexiones aleatorias. Y si tu Android TV viene con un único puerto USB ocupado, lo ideal será un pequeño hub USB con alimentación para repartir el uso entre disco, mando o teclado.

Cómo conectarlo a Android TV, Google TV o Chromecast​


En un televisor o TV Box con Android TV/Google TV, normalmente basta con enchufar el disco externo a un puerto USB libre y esperar a que el sistema lo detecte. Muchas veces verás un aviso para formatear o explorar el contenido. Si no hay avisos, podrás acceder desde un explorador de archivos o directamente desde aplicaciones como VLC o Kodi.

En el Chromecast con Google TV la película es un pelín distinta. El puerto USB-C sirve para alimentarlo, pero con un hub USB-C con Power Delivery (PD) puedes matar dos pájaros de un tiro: seguir dándole corriente al Chromecast y, a la vez, sumar puertos USB-A para conectar el disco, un pendrive o una tarjeta de memoria. Asegúrate de que el hub tenga PD y, si es posible, puerto Ethernet, algo que agradecerás más adelante.

Si el disco es de 3,5 pulgadas y tu carcasa requiere alimentación aparte, conéctala a la corriente para evitar cortes. Los discos de 2,5 pulgadas suelen funcionar con la energía que suministra el hub, pero una fuente estable evita microcortes al reproducir archivos pesados. Es preferible un hub alimentado frente a uno pasivo, especialmente si planeas añadir varios accesorios.

Una curiosidad útil: puedes intentar alimentar el Chromecast desde el USB del televisor para evitar enchufes, siempre que ese puerto ofrezca suficiente potencia (mejor si es USB 3.0). Algunos usuarios recomiendan activar la depuración USB desde Ajustes > Sistema > Información pulsando varias veces sobre «Número de compilación» para desbloquear opciones de desarrollador; no siempre hace falta, pero puede ayudar con ciertas configuraciones de alimentación.

Formateo y sistemas de archivos: qué elegir y por qué​


Convertir viejo disco duro en almacenamiento para Android TV o Chromecast


Al conectar un disco nuevo (o usado de PC) es normal que Android TV te pida formatear la unidad. Aquí tienes dos escenarios. El primero: formatearlo como almacenamiento portátil, perfecto si quieres llevar el disco al ordenador, copiar archivos y volver al televisor. El segundo: formatearlo como almacenamiento del dispositivo (adoptable), de forma que el sistema lo trate como memoria interna para apps y datos.

Si eliges almacenamiento portátil, te interesa el sistema de archivos. FAT32 es el más compatible, pero impone un límite de 4 GB por archivo, así que no encaja bien si manejas películas en alta calidad. NTFS y exFAT son mejores para archivos grandes; NTFS suele dar menos problemas en Android TV y muchos televisores, mientras que exFAT puede fallar en algunos modelos de Smart TV. Si vas a usar el disco sobre todo con Android/Google TV, NTFS es una apuesta segura.

Formatear desde el propio Android TV suele ser lo más cómodo. En caso de que tu dispositivo no lo permita o falle el proceso, siempre puedes recurrir al ordenador. En Windows, abre el Explorador de archivos, haz clic derecho sobre la unidad y elige «Formatear», seleccionando NTFS o exFAT. En macOS, entra en «Utilidad de Discos», selecciona el volumen y formatea a exFAT o NTFS (con software adicional) según necesites.

Si te decides por el almacenamiento adoptable, el proceso en Google TV/Android TV es: Ajustes > Sistema > Almacenamiento > seleccionar el disco > «Borrar y formatear como almacenamiento del dispositivo» y, después, «Migrar datos a este almacenamiento». No todos los modelos ofrecen esta función, y el rendimiento de un HDD puede ser inferior al de la memoria interna, así que tenlo en cuenta para apps pesadas y juegos.

Importante: formatear borra todo el contenido de la unidad. Haz copia de seguridad antes. Y si el equipo no detecta el disco, prueba otro puerto, otro cable o una carcasa distinta. A veces un hub con alimentación propia soluciona lo que parece un misterio.

Todo lo que puedes hacer con tu disco en Android TV o Chromecast​


La utilidad más obvia es usar el disco como un archivo gigante para tus contenidos. Puedes guardar películas, series, música o fotos y reproducirlos con el reproductor integrado, con VLC o con Kodi. Esta última es una opción fantástica porque combina explorador de archivos, biblioteca multimedia y un reproductor compatible con una enorme variedad de códecs.

Si tu TV Box o decodificador lo soporta, podrás grabar programas o emisiones en directo directamente al disco. Aquí importa mucho la capacidad: una hora en Full HD puede ocupar varios gigas, así que tener 500 GB, 1 TB o más te dará margen para varias grabaciones sin estar borrando constantemente.

En Android TV y Google TV, cuando el dispositivo lo permite, el disco puede formatearse como memoria interna. Esto te deja instalar más aplicaciones y juegos evitando los típicos avisos de “memoria llena”. Ten presente que las apps colocadas en el disco pueden abrirse algo más lento que en el almacenamiento interno, especialmente en HDD mecánicos.

Muchas apps permiten elegir la carpeta de descarga. Eso te deja usar el disco como unidad para descargar contenidos (por ejemplo, en gestores de descargas o para almacenar ROMs en emuladores). Si eres de retro y tienes una colección de juegos, tenerlos en el disco es comodísimo para no saturar la memoria interna.

Una recomendación que funciona muy bien es instalar Kodi y/o VLC y completar con un explorador de archivos fiable. Entre las ventajas de Kodi está su compatibilidad con listas, subtítulos y distintos formatos de audio y vídeo. VLC, por su parte, destaca por su sencillez y por “tragar” casi todo sin configuración previa.

Consejos de compra, compatibilidad y pequeños trucos​


Convertir viejo disco duro en almacenamiento para Android TV o Chromecast


Para carcasas, busca siempre que el tamaño y la interfaz coincidan con tu disco (2,5″/3,5″ y SATA/IDE). Revisa las especificaciones: si tu unidad es de 3,5″, la carcasa debe traer fuente de alimentación. En cuanto a precios, suelen moverse entre 8 y 20 euros, aunque el coste puede variar según marca, materiales y extras. Si compras online, es útil que el vendedor ofrezca devoluciones fáciles por si eliges mal.

Si vas a usar Chromecast con Google TV, prioriza un hub USB-C con Power Delivery que entregue la corriente necesaria (5 V y al menos 2 A es una referencia razonable). Muchos hubs añaden Ethernet; el cableado no solo estabiliza el streaming, también acelera la transferencia de archivos desde la red local frente al WiFi, evitando cortes y buffering.

Respecto a la capacidad, Android TV y Google TV se llevan bien con discos de 500 GB, 1 TB, 2 TB o más; los límites prácticos los ponen la carcasa y el sistema, pero hoy en día es habitual ver unidades de 4 TB funcionando sin pegas si el formato es el correcto y la alimentación es estable. Si notas tirones, valora un SSD: es más caro, sí, pero reduce latencias y hace de “memoria adoptable” una solución más ágil.

Pequeño tip de comodidad: si vas justo de puertos, un hub te permitirá añadir además del disco un teclado o un receptor para mando/ratón, muy práctico para navegar por apps y buscar contenidos. Y si estás en un televisor lejano del router, el puerto Ethernet del hub puede ser diferencial para olvidarte de la señal pobre del WiFi.

Por último, recuerda que los precios de carcasas, hubs y cables pueden fluctuar según oferta y demanda. Si compras con tiempo y comparas, puedes rascar un buen ahorro; y si tiras de mercado de segunda mano, revisa que la carcasa esté en buen estado y que no tenga juego en los conectores.

Ejemplo real: de un HDD de 1 TB a un Chromecast con más memoria​


Imagina que rescatas un HDD interno de 1 TB de un PC antiguo. Al inspeccionarlo ves que es un 3,5″ con interfaz SATA. Con esos datos compras una carcasa de 3,5″ SATA con su fuente y, como tu Chromecast solo tiene USB-C para alimentación, añades un hub USB-C con PD y un puerto USB-A para el disco.

Montar el conjunto es trivial: encajas el disco en la caja (tornillos o pestañas, según modelo), conectas la carcasa al hub, el hub al Chromecast y la alimentación al hub. Al encender la tele, Google TV detecta el disco y te pregunta si quieres formatearlo. Optas por formatear como almacenamiento del dispositivo y después migras los datos para ganar espacio real para apps y juegos.

¿El resultado? Nada de avisos de “espacio insuficiente”. Puedes instalar Kodi, VLC y varias apps más sin pelearte con la limpieza constante. El sistema seguirá usando su memoria interna para lo esencial, pero todo lo pesado se va al disco. Si además conectas el hub a Ethernet, las descargas y el streaming local se notan más fluidos.

Si tu disco en vez de 3,5″ hubiese sido un 2,5″ (por ejemplo, de un portátil), probablemente te ahorrarías la alimentación adicional de la carcasa. Aun así, contar con un hub con PD y una fuente decente ayuda a evitar caídas de tensión cuando el Chromecast y el disco demandan energía.

Problemas frecuentes y cómo salir del paso​


El equipo no reconoce el disco: prueba otro puerto, un cable más corto y de calidad o un hub alimentado. Si sigue sin detectarlo, conecta la unidad al ordenador y formatea a NTFS o exFAT; en muchos casos, el sistema de archivos es el culpable. Revisa también que la carcasa coincida con el tipo de conector (SATA vs IDE), porque un adaptador incorrecto no funcionará.

El televisor pide formatear pero falla: intenta el formateo desde el PC/Mac. En Windows, usa el Explorador de archivos; si no aparece, entra en «Administración de discos» para crear/activar la partición. En macOS, recurre a «Utilidad de Discos». Si el formateo funciona en el ordenador, vuelve al Android TV/Google TV y prueba de nuevo.

Se corta la reproducción o hay tirones: es típico de la combinación disco mecánico + hub sin alimentación + WiFi flojo. Soluciones: usa un hub con PD, conecta la carcasa a su fuente, cambia a Ethernet por cable o, si puedes permitírtelo, pasa a SSD. También ayuda desactivar procesos en segundo plano y mantener el sistema actualizado.

Quiero usar el disco en varios sitios: si lo formateas como almacenamiento del dispositivo (adoptable), quedará “casado” con tu Android TV o Chromecast y no lo verás en el PC. Si necesitas llevarlo de un lado a otro, mantén el disco como almacenamiento portátil en NTFS y gestiona tus archivos con Kodi/VLC; podrás pincharlo en el ordenador cuando te haga falta.

El Chromecast se queda sin energía alimentándolo desde la TV: no todos los puertos USB del televisor dan la potencia que hace falta. Si ves reinicios o fallos, vuelve al adaptador de corriente oficial o a un cargador USB-C con PD conectado al hub. La estabilidad, aquí, manda.

Si al final te pica el gusanillo y ya que estás amplías posibilidades con un hub, plantéate conectar un teclado para facilitar la escritura o usar el puerto Ethernet. Parecen extras menores, pero juntos convierten al Chromecast o a tu TV Box en un centro multimedia mucho más versátil.

Con todo lo anterior, tu viejo disco duro deja de ser un trasto olvidado y se convierte en una pieza clave: almacena tu biblioteca, añade espacio para apps, permite grabar emisiones y, con un hub bien elegido, suma Ethernet y otros accesorios. Con una carcasa barata, un formateo acertado y un par de ajustes, Android TV o Chromecast ganan mucha vida sin gastar un dineral.

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