Pese a estar bien resuelto, el remake de Poltergeist entretiene pero no convence. Y es que el peso de los fantasmas del pasado ha impedido a sus creadores hacer algo más que la típica cinta de terror de manual. 30 años después del original parece que no hay nada más que aportar al género que algún que otro plano bien resuelto y mejores efectos especiales; lo que es una auténtica lástima.Los televisores son más grandes, los payasos se mueven más rápido y dan más miedo (ahora hay muchos), pero más allá de eso, las coincidencias con la cinta original de Tobe Hooper que permiten a esta nueva versión estar la altura no dan para mucho más; y menos con el peso de grandes cintas como The Conjuring, Insidious o Paranormal Activity que funcionaron muy bien a su manera. Este remake de Poltergeist no consigue su propósito ni copiando al pie de la letra los dos últimos tercios del guión original de Michael Grais, Mark Victor y Steven Spielberg que asustaron a toda una generación en 1982.
Ahora, en la generación de las TV planas y del iPhones 5c convertidos en caza espíritus, los cimientos sobre los que se sostiene este nuevo remake de la casa encantada no son lo suficientemente fuertes como para hacer ni un ápice de sombra a la original. Seamos realistas, pese a que este nuevo remake de Poltergeist cumple con lo esperado para una película de terror de manual, se esperaba mucho más de una nueva versión que lleva uno de los nombres más famosos del género y, sobre todo, se esperaba mucho de una cinta que llega dos años después de The Conjuring y su pretexto de casa encantada con encanto, algo que hay que admitir superó con creces.
Por mucho que la nueva versión se haya modernizado, conserva los elementos básicos del clásico original: casa de estilo clásico en los suburbios, árbol centenario, payasos con cara de malas pulgas y pocos amigos, huesos en el jardín y una familia, no todo lo idílica que se espera, perseguida por espíritus malos malísimos, todo en 3D (aunque yo la visto en la forma tradicional) y con algún dron que otro como protagonista.
¿Cumple? Bueno, la realidad es que en esta nueva cinta, los errores son mayores que los aciertos, y en aquello en lo que destaca son las partes seguidas al pie de la letra de la original, por lo que no sería justo sumar a favor de este remake en muchas de las ocasiones brillantes que tiene; de hecho, llega para reafirmar los detalles que hicieron grande a la producción del 82, pues rápidamente la película es lo bastante sugerente como para adivinar que se trata de edulcorar a la versión original, que incluso pasando 30 años sigue siendo bastante buena en lo suyo.
Debajo de todo lo bueno que tiene, con una construcción sólida e interpretaciones acordes con el género, los ecos del pasado son su mayor enemigo y la sensación de déjà vu en muchas ocasiones impide ver la cinta como una obra compleja y completa, pero en realidad es que todos los nuevos elementos que aparecen en esta nueva versión, introducidos sobre todo en el primer tercio, no son capaces de luchar contra los fantasmas del pasado.
Ya desde el primer momento uno se da cuenta que los creadores de este remake ha querido darle un vuelta de tuerca, sutil eso sí, respecto a la película original. Ahora el padre es un desempleado atormentando por tener que obligar a su familia a mudarse a una casa en los suburbios oscuros, un destino que retratado como el castigo para aquellos que han roto el sueño americano, y que ya desde el primer momento nos dan a entender que no deberían estar ahí.
Poco tardan sus creadores en forzar las cosas para pasar a la acción a modo introductorio, pues como su antecesora, Poltergeist va de menos a más, con algunos altibajos que en esta nueva versión sorprenden por estar metidos a calzador con la esperanza de dar un respiro al espectador que no necesita: el lapso entre la desaparición de Maddie y la búsqueda de una solución es uno de estos altibajos que nos hubiera gustado se hubiera resuelto de una forma más compleja. De hecho tal como está plantado en la cinta, parece que la familia no solo acepta que los espíritus se hayan llevado a su hija, además ¡lo toman como algo natural! Algo aquí no encaja.
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Hubiese funcionado mucho mejor sin haber sido tan fiel a la historia originalYa no estamos en 1982, y ahora los pequeños de la familia tienen drones, están enganchados al móvil o juegan con sus iPads, de hecho, en algunos puntos se da más protagonismo a estos que los propios miembros de la familia que lo están pasando francamente mal. Presentados todos los principales y los acontecimientos paranormales de la casa, que en este caso si que se han tomado alguna que otra licencia, a partir de este momento Gil Kenan y David Lindsay-Abaire siguen al pie de la letra, o al menos línea por línea, el guión de cinta original introduciendo algunos elementos nuevos en la solución del problema pero poco más.
A partir de aquí arrancamos con el manual del cine de terror establecido por la propia Poltergeist en 1982: algún que otro susto con plano de cámara cerrado, niño que ha visto cosas pero nadie le hace caso (ahora tiene un drone que, bueno, usará contra lo paranormal) y algunas experiencia que empiezan a hacer creer a la familia, sobre todo al hermano mediano, que su miedo está justificado. Todo adulterado con la misma dinámica que la cinta original pero desde luego con mucho menos originalidad. Y es que los agravios comparativos son constantes en toda la cinta, pues sabiendo que se puede hacer remakes incluso mejores que la original, no entendemos qué demonios (y nunca mejor dicho) de necesidad había de hacer uno para empeorar la buena imagen que teníamos (tenemos) de la cinta de Tobe Hooper del '82.
No obstante, no todo en este remake de Poltergeist iba a ser malo. La puesta en escena y los efectos visuales son muy efectivos, y se agradece enormemente que no se haya abusado de las mismas más de lo necesario, lo cierto es que, como es natural, es en lo único que sobrepasa a la original, algo que más que al paso del tiempo hay que agradecerle a la tecnología.
Asimismo, la partes de puro terror están lo suficientemente bien resueltas como para resultar atractivas al público que busca el susto; de hecho, gracias a la ambientación de la cinta, los recursos utilizadas para dotar de más oscuridad al ambiente general de la cinta hace que mucho de este peso del terror se reserva para momentos puntuales de la cinta más que utilizarlo como recurso recurrente sin sentido, algo que agradecemos enormemente.
En general, Poltergeist funciona pero no convence, y no porque sea una mala película. La realidad es que todos estos elementos que sobresalen quedan eclipsados por esa necesidad de ser fiel a la original que ha ensombrecido la libertad que hubiera permitido a sus creadores redefinir, de nuevo, el género de terror. Esta vez, por mucho que me duela, se han quedado a medias.
4.5Aunque entretenida, el remake de Poltergeist es lo que muchos considerarán (entre los que me incluyo) una revisión innecesaria que hubiera sido mejor valorada con un planteamiento distinto que el que le obliga a cargar a las espaldas la comparación constante con la película de mismo nombre de 1982. Cumple lo que promete, o mejor dicho, lo que uno espera del terror y de la casa encantada de manual, pero desde luego no está a la altura de la cinta original y tampoco aporta nada fresco a un género tan manido como este.
¿Cual es el pretexto de hace un remake sin aportar nada diferente a la cinta original y edulcorarla con un par de gags? Más de 30 años desde la genial cinta de Tobe Hooper que hacen que este reboot, remake o cómo mejor les parezca a ustedes, se sienta como otra cinta más del género de la casa encantada y de fantasmas, pero sin nada más que mejores efectos visuales y recursos de producción.
- Interpretaciones que, pese a que no sobresalen, están a la altura.
- Efectos especiales y uso de recursos para generar terror.
- No aporta nada nuevo al género.
- Pese al margen de mejora, sus creadores se han quedado en lo más básico.
- Nos hubiera gustado más terror con algunos recursos nuevos.
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