El homenaje más interesante a las películas originas de Cameron de 1984 y 1990. Terminator Genisys utiliza algunos de los elementos clásicos del cine de acción los 80s para romper con el universo de Terminator y ofrecer una nueva historia que, aunque recomendable e interesante, no es todo lo memorable que esperábamos pero cumple con su papel.I'll be back es el gag con el que Arnie nos daba esperanzas de volver a ver en la gran pantalla al Terminator T-800 más famoso del cine desde que, en 1984 (¡vaya!), James Cameron abriese esta ópera que no solo fue una de la cintas más exitosas de la época, sino que en conjunción con Terminator 2: Judgment Day se convirtió en cultura popular viva. En cine de culto y símbolo de la edad dorada del cine de acción y ciencia ficción.
Las secuelas, partiendo de la idea central que Cameron nos presentaba en la duologia original, hicieron lo suficiente para forzar el interés de las nuevas generaciones por ver las cintas originales que, aunque clásicas, parecían no tener hueco en un año, 2003, en el que Terminator 3 llegaría junto a películas como Kill Bill, El retorno del Rey, The Matrix Reloaded y Revolutions o X-Men 2. Sea como sea, aún con la cantidad de deficiencias de estas secuelas en los últimos años, toda una generación compartió el ideal de Cameron de cómo tenía que ser el cine de acción y miles de adolescentes salieron del cine deseando la Honda XR100 del '90 con la que un jovencísimo Jonh Connor se convertiría en el salvador de la humanidad en la obra cumbre de la franquicia un diciembre de 1991.
¿Como repetir el éxito de esas dos películas originales intentando salvar los papeles de unas más que mediocres secuelas? Fácil: tomando todo lo bueno que tenían las dos primeras cintas y haciendo un reboot que, aunque no le llega a los talones al libreto escrito por James Cameron y William Wisher Jr. para Judgment Day, sí que sirve como una suerte de homenaje que devuelve parte de ese esplendor del cine de acción y ciencia ficción de los 80s y 90s, aunque con algo más de CGI.
Terminator Genisys no es la mejor película de la franquicia, ni mucho menos, pero sin duda resuelve parte de la mediocridad de las secuelas de 2003 y 2009 y nos acerca un poquito a lo bueno de Terminator: The Sarah Connor Chronicles. Un reboot imposible si tenemos en cuenta el final de Terminator 2: Judgment Day, pero que resuelve, a su manera y a modo de homenaje al fan de la saga, el tejemaneje de líneas temporales cambiantes para contarnos una nueva historia de Skynet y Cyberdyne como pretexto para ver de nuevo al ex-gobernador de California en la piel, y nunca mejor dicho, del T-800.Más allá de la introducción de elementos que parecen ser casi omnipresentes en esta nueva generación, Terminator Genisys se comporta como un flashback de las películas de Cameron. Incluso hay ciertas escenas que, aun tratándose de un reboot, podría superponerse con algunas de las películas originales para adivinar que el tiempo no ha pasado en Los Ángeles de 1984.
Kyle Reese volviendo al pasado desnudo con la misma atmósfera ochentera y las mismas Nike Vandals de los 80s que calzaba joven Michael Biehn interpretando al mismo personaje; solo que lo que el padre de John Connor se encuentra en esta película es un poco diferente de la del '84. Y sí, hay un T-1000 rondado por ahí. También, el momento en el que el personaje de Schwarzenegger llega desnudo al Griffith Observatory y se enfrenta a un grupo de punks está recreado a la perfección, aunque con un resultado diferente al original.
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A partir de aquí, y obviando los odisos spoilers, Alan Taylor (director de esta nueva entrega) nos lleva por un nuevo universo en el que Skynet es Génesis a través de un par de líneas temporales que rompen totalmente con lo visto en The Terminator (1984) y Terminator 2: Judgment Day (1990), para ir un poco más atrás en la vida de Sarah Connor (Emilia Clarke). Desde este momento, Terminator Genisys funciona como una cinta independiente. No es un pre-cuela, pero tampoco es una secuela de lo que hemos visto hasta ahora: es una cinta totalmente nuevo que mete, de forma bastante acertada, algunos de elementos de las entregas de Cameron para llenar ese vacío del universo de Terminator del que las secuelas parecían haberse olvidado.
Lo más interesante es que Taylor utiliza estos elementos para no confundir al espectador sobre en qué momento de la línea temporal se encuentran los personajes: utilizando magistralmente a un Arnold Schwarzenegger que no oculta que ha envejecido, ¡viejo, pero no obsoleto!, repite en varias ocasiones el T-800, junto con esa estética ochentera de buena parte del primer trecho de la película, el director nos encamina hacia esta nueva historia que los propios personajes van explicando con cuentagotas: Sarah Connor ya fue salvada a los 9 años y en esta ocasión deja el uniforme de camarera por una Remington 870 para combatir a Skynet.
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De hecho, tal como está planteada esta nueva historia, la participación de Kyle Reese en los acontecimiento es casi tan innecesaria que, si no fuera porque es el epicentro del universo de Terminator es indispensable para el futuro de la rebelión, podría haber pasado sin pena ni gloria. Lógicamente, el director ha tenido esto en cuenta y le otorga una función indispensable para destruir a Skynet convertida en Génesis.
Lo malo de este Skynet de 2017 es que se vende como un sistema de sincronización entre móvil, ordenador y tablet para llevar la inteligencia a la nube. ¿Os suena este planteamiento? Con esta moraleja de que, eh, cuidado con lo que subís a la nube porque puede que un días os destruya, entramos en el epicentro de esta nueva historia de Terminator. Salto en el tiempo -de nuevo, líneas temporales difusas y algo confusas-, y estamos en 2017, año en el que desarrollan los hecho centrales de la cinta. Ahora, nuestro T-800 es más viejo, y Sarah se refiere a él como El Abuelo. No entiendo la necesidad de meter con calzador el miedo a internet y a la nube, y de presentar a Skynet como una suerte de Siri holográfica que va conquistar el mundo a través del iPad, pero al menos está más o menos bien resuelto.
Sin duda, esta parte tiene mucho más que ver con Termiantor 2 que con The Terminator, pero de nuevo combina elementos de ambas para la alegría de los fans de la saga. Esta es sin duda alguna de las bondades que hacen a esta cinta mucho mejor que sus precesoras Rise of the Machines y Salvation. Es una historia totalmente en la que sus guionistas han planteado un nuevo argumento utilizando elementos que funcionaban en la entrega original que cosechó toda clase de éxitos.
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Ahora bien, pese a que Terminator Genisys supera con creces a estas maltrechas secuelas, no llega al nivel de las duologia original. Y no llega precisamente por abusar de esos elementos que la convierten en una película muy recomendable pero no memorable. El abuso de gags, repetidos hasta la saciedad en el resto de entregas de esta franquicia, y el planteamiento argumental, algo desordenado, empañan una película que podría ocupar, sin ninguna pretensión, un lugar privilegiado entre las cintas originales de Cameron.
Es muy interesante volver a ver los momentos memorables del pasado, pero para preocupación de Terminator Genisys ya no lucen tan frescos como en la época. Un gran retorno a los inicios de la franquicia que se van desinflando conforme avanzan los minutos pero que te mantienen entretenido en todo momento.
8Terminator Genisys es una película muy fiel a los elementos que elevaron a las dos primeras cintas de la franquicia al Olimpo del cine del culto. Un reboot que utiliza lo mejor del cine de Cameron e introduce varias líneas temporales rompiendo con todo lo que se había visto en el universo de Terminator hasta ahora, algo que en algunas ocasiones puede poner en aprietos al espectador menos conocedor del universo de Terminator.
Con todo, es una película muy equilibrada en el que la mayoría de interpretaciones están al nivel que se esperaba de un Blockbuster que lleva el sello, aunque sea en lo más profundo de su ADN, de James Cameron. Un argumento interesante aunque no resuelto como nos gustaría en el que Schwarzenegger se convierte en protagonista más absoluto. Ahora bien, aunque se agradece la vuelta a este cine de los 80s que cautivó a varias generaciones, quizás con esta película de Alan Taylor sea el momento de poner punto y final y decir: Hasta la vista, baby.- El director respeta la mayoría de elementos que hicieron grandes a las películas originales. - Emilia Clarke hace un papel magnífico interpretando a Sarah Connor, pero Linda Hamilton pesa mucho en el personaje. - Mantiene viva la esencia del cine de acción y ciencia ficción de 80s y 90s.- Muchos de los elementos que eran frescos en los 80s ya no lo son tanto. - Abuso de líneas temporales que puede inducir a confusión al espectador. - Innecesario J.K. Simmons como parte cómica. - Se toma demasiado interés, al igual que las secuelas, en introducir en el argumento tecnología actual para dar más realismo, ofreciendo lo contrario.
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