Construir el avatar de un videojuego puede ser una experiencia gratificante, y los psicólogos creen que podrían tener un impacto importante tanto dentro como fuera del juego.
¿Qué tienen en común la saga de Elder Scrolls, Baldur´s Gate, y casi cualquier MMO en el mercado, Los Sims y Wii Sports?, pues que en todo estos juegos el jugador tiene la posibilidad de crear un avatar personalizado en el mundo virtual. Para muchos esta mecánica es un estorbo que les quita tiempo de juego, mientras que para otros es una experiencia gratificante en la que pueden invertir horas, modelando un personaje, ¿quién diría que esta característica de algunos videojuegos podría tener un impacto en nuestras vidas? Los psicólogos han probado que existen varios efectos psicológicos de tener tu propio avatar en un juego.
¿Cómo decidimos la apariencia de nuestro avatar?
La primera pregunta que nos surge es, ¿Cómo decidimos la apariencia de nuestro avatar? En algunos casos es una decisión estratégica de parte del jugador, que puede pensar algo como: “voy a jugar un guerrero, debería ser un orco para tener +2 a la fuerza”, pero Nick Yee ha encontrado que en otros casos, especialmente en aquellos en los que no hay ventajas mecánicas por jugar con un personaje particular la tendencia es a construir la imagen del avatar fundamentándonos en algunas características personales, que pueden ser reales o percibidas, como por ejemplo el color de ojos, el cabello o la forma del rostro, es como si nosotros fuéramos la arcilla sobre la cual construimos la figura, sin embargo, ese es solo el primer paso.
¿Qué efecto tiene el avatar personalizado dentro del juego?
Yee destaca que los jugadores tienden a construir versiones idealizadas de su propia figura, prefiriendo crear personajes que son más altos, musculosos o voluptuosos en comparación a la percepción del propio cuerpo, esto ocurre sobre todo cuando el jugador tiene una percepción negativa de sí mismo, ocurriendo una suerte de efecto compensatorio. Los jugadores que siguen está dinámica reportan que se sienten más inmersos en la experiencia de juego, disfrutan más de las sesiones de juego, y están más motivados a cambiar sus conductas virtuales en contraste a quienes usan un avatar predeterminado, en pocas palabras, la personalización del avatar parecería tener un impacto importante en la experiencia de jugar.
Además, los avatares personalizados tienen un efecto importante en el comportamiento dentro del juego, Yee encontró que dentro de los juegos con un componente social como los MMO, los jugadores con avatares más altos solían actuar de forma más asertiva que otras personas, y las personas con avatares más apuestos solían acercarse más a otras personas y estaban más dispuestos a compartir información personal. A este fenómeno Yee lo denomino efecto Prometeo en nombre del dios griego que cambiaba su apariencia a voluntad, para este investigador las características físicas de un avatar predisponen inconscientemente al jugador a adoptar ciertas actitudes y conductas, de modo que no solo el jugador construye al avatar, sino que este a su vez configura en parte la personalidad del jugador dentro del juego.
¿Qué efecto tiene el avatar personalizado en nosotros?
Interesantemente, el efecto de un avatar personalizado no termina allí, Fox y Baileson en un experimento en la universidad de Standford encontraron que aquellas personas que jugaban juegos de ejercicio (como WiiFit) utilizando avatares que modelaban su apariencia física, tendían a pasar más tiempo ejercitando que aquellos que jugaban con avatares aleatorios. El efecto era incluso más grande cuando los jugadores percibían como su avatar perdía peso dentro del juego. En un estudio de seguimiento que realizaron varios meses después encontraron que los jugadores que habían jugado con avatares personalizados tenían una mayor probabilidad de iniciar programas de ejercicios o a aumentar la duración y frecuencia de sus rutinas de entrenamiento en comparación al resto de la muestra.
Por otro lado, y en una nota un tanto más siniestra, Bailey y colaboradores hicieron un experimento en el que un grupo de niños jugaron juegos donde aparecía publicidad de comida chatarra, los niños que habían jugado el juego con avatares personalizados solían recordar más las marcas y reportaban mayor preferencia por los productos que consumían sus avatares. Finalmente, otros estudios han encontrado que las personas que juegan videojuegos violentos con avatares personalizados suelen presentar mayores niveles de activación cognitiva y de agresión después de culminar la sesión de juego.
¿Por qué sucede esto?
Un avatar virtual nos brinda las señas para concluir como nos sentimos respecto a un evento determinado
Los investigadores creen que estos resultados son evidencia de la teoría de la auto-percepción, que plantea que los seres humanos utilizamos la percepción de nuestras conductas como una referencia para inferir nuestro estado emocional y nuestra actitud hacia un evento particular. Por ejemplo, supongamos que voy a una fiesta de lo más aburrida, con una música espantosa, la comida huele mal y la bebida parece agua, pero al día siguiente cuando veo las fotos en Facebook veo que en todas salgo sonriendo, según esta teoría yo tenderé a decir que la fiesta fue más divertida en comparación a amigo Pedro que sale en todas las fotos con cara de amargado. En el caso de los videojuegos, no es el reflejo en un espejo o una fotografía, sino un avatar virtual el que nos brinda las señas para concluir cómo nos sentimos respecto a un evento determinado.
Las posibilidades para los avatares personalizados son grandes, ya de por sí, las formas tradicionales de terapia utilizan la visualización y los experimentos controlados para ayudar a las personas a superar el miedo escénico o la fobia social, a lo que apuntan estas investigaciones es que una posible alternativa es utilizar videojuegos para ayudar a exponerse a situaciones sociales y a través del aprendizaje vicario (ver cómo lo hace su avatar), desarrollar estrategias para superar su condición. Del mismo modo, ya existen estrategias publicitarias que utilizan esta dinámica; por ejemplo, cuando vemos en la tienda las franelas con logos de marcas que le podemos colocar a nuestros avatares de Xbox , hay una opción para ver cómo sería el aspecto del avatar, que normalmente aparece sonriendo, esto podría estar influyendo inconscientemente en nuestra intención de compra.
Sea cual sea el caso, lo interesante de todo esto es la paradoja inherente a este fenómeno, cuando un diseñador nos da el poder de darle forma a un grupo de polígonos, indirectamente está dándole el poder a esos polígonos que se convierten en un avatar para cambiar nuestra predisposición, nuestras conductas y nuestras actitudes, en mayor o menor medida.
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