He masacrado a soldados, ninjas, robots y horrores sobrenaturales. Sin piedad pero con extra de estilo. Llevé mis habilidades con la katana al límite. Vengué la maldición de mi clan superando cada prueba, sorteando cada tramo plataformero y aniquilando a cada enemigo que se puso en mi camino. Y pese a que he caído cientos de veces, en el sentido literal, he disfrutado de Shinobi: Art of Vengeance de principio a fin. Me lo he pasado como un ninja. ¡Qué juegazo!
El ninja Joe Musashi ha vuelto, y no lo ha hecho en silencio. Todo lo contrario. Por eso Shinobi: Art of Vengeance es una carta de amor a los fans de esa SEGA que fascinó a toda una generación de enamorados de la acción 2D. Dicho esto, aquí la nostalgia no define la experiencia sino que funciona como un sabor añadido. Un regalo extra para quienes jugaron a los clásicos y, a la vez, un acierto a la hora de reconstruir el legado.
El regreso del ninja supremo viene por cuenta de Lizardcube, el estudio detrás de Wonder Boy: The Dragon's Trap y Streets of Rage 4. Un equipo muy bien ensamblado que demuestra nuevamente que sabe cómo revitalizar clásicos de SEGA sin perder su alma. Aportando a la franquicia de ninjas un arte sublime y una jugabilidad afilada como una katana. Estableciendo algo que supera el simple homenaje para convertir esta nueva entrega en el que es, por méritos propios, es el cénit de la saga.
Acción pura: el alma de Shinobi: Art of Vengeance
Voy a ser claro: el nuevo Shinobi es una apuesta total por la acción en scroll lateral, pero el combate es, de lejos, el corazón palpitante de Art of Vengeance. Es fluido, recompensa enormemente la precisión y los desenlaces de cada ataque acaban siendo profundamente satisfactorios. Una vez dominas los saltos ajustados los puedes convertir en tajos, o combos, o remates, o esquivas... O lo que necesites. Pero lo insólito es cómo se logra que, sea cual sea tu ataque o reacción, siempre sea una gozada.
Desde el primer nivel, Shinobi: Art of Vengeance te lanza a un torbellino de acción lateral con una fluidez que rivaliza con los mejores hack'n slash modernos. Y pese a que se trata de un juego de ninjas, aquí el sigilo y la discreción brillan por su ausencia en favor de unas sensaciones jugables que te van a obsesionar. Que harán que te reincorpores y sigas jugando aunque caigas siete veces seguidas en el mismo tramo. Logrando que el arte de la venganza del título se manifieste en cada nivel en el que eres derrotado y, sobre todo, que te lo pases bomba en las partes más puñeteras.
Vaya por delante que hay enemigos colocados a maldad o capaces de sacarte de la partida con técnicas intencionadamente traicioneras. Elementos que deben estar presente en todo buen juego de ninjas. La primera gran diferencia con respecto a otros títulos clásicos del género es que fulminarlos con los combos encadenados de Joe Musashi es todo un espectáculo. Una danza letal. Un gustazo en pantalla, a los mandos y, gracias a su intachable apartado artístico, sonoro y musical, un festín para los sentidos.
¿Un juego impecable? Bueno, Shinobi: Art of Vengeance no te da segundos platos en forma de modos adicionales, aunque hay fases que añaden variedad al desarrollo de los niveles tradicionales. Su rejugabilidad pasa por redescubrir las zonas para obtener el 100% de cada nivel (te lo muestran en pantalla) y la historia es un elemento tan funcional como la de los clásicos. ¿Merece la pena profundizar mucho más en el conflicto con el villano Lord Ruse y la caída del clan Oboro? Bueno, aquí hemos venido a dar tajos y soltar jutsus. ¡A consumar nuestra venganza!
El regreso de Joe Musashi tras más de una década de silencio parte de una historia de venganza que, aunque sencilla, que sirve como el marco perfecto para una odisea de acción estilizada. La aldea de Oboro ha sido destruida, su clan convertido en piedra, y el mundo está bajo el yugo de la corporación ENE Corp. y su líder, Lord Ruse. Musashi, callado pero letal, se embarca en una cruzada que lo llevará por bosques, ciudades, castillos y bases secretas. ¿Suena a cliché? Definitivamente sí. ¿Funciona? ¡Ya te digo!
Arte en movimiento: el nuevo techo jugable, visual y sonoro de Lizardcube
Uno de los máximos logros de Lizardcube con Shinobi: Art of Vengeance es que no se ha limitado a actualizar el legado de SEGA: lo ha hecho evolucionar. Me explico: Wonder Boy: The Dragon's Trap era un remake que calcaba el clásico de Master System y lo actualizaba a nivel visual con un extra de mimo, mientras que Streets of Rage 4 es la legítima continuación de la serie de Beat'em Ups de Mega Drive. Tras esos hitos, los franceses se han ganado el derecho a ir más allá de los juegos clásicos. Tomando su esencia y, desde ahí, enriqueciendo las sensaciones de acción, de exploración, de progresión... ¡Y de venganza!
Shinobi: Art of Vengeance se inspira en los juegos de acción actuales, de modo que Musashi ahora cuenta con ataques rápidos y fuertes, sus habilidades especiales beben de nuevos clásicos y actuales referentes dentro el género del metroidvania y el remodelado sistema de combate premia la estrategia, la agilidad y el dominio del ritmo. Ofreciendo una experiencia que se siente tan moderna como respetuosa con sus raíces. De hecho, sus movimientos definitivos tienen el mismo efecto que en Mega Drive.
La progresión también brilla. La historia sirve de telón de fondo, pero no tardamos en dar la vuelta y regresar a niveles superados ya que, a medida que avanzamos, desbloqueamos habilidades activas, pasivas y nuevos combos que permiten personalizar el estilo de juego y acceder a zonas imposibles. Eso sí, el diseño de niveles, con múltiples rutas, secretos y desafíos opcionales, invita a la exploración y al dominio total del entorno. Y lo hace de maravilla.
Visualmente, Art of Vengeance te deja embobado. Cada escenario, desde los bosques de Oboro hasta las bases secretas de ENE Corp., está pintado con un estilo que mezcla el estilo manga con las ilustraciones modernas del cómic, logrando una estética que es tanto evocadora como fresca. Desde los mercados iluminados por faroles hasta las cavernas sombrías y los rascacielos futuristas, el juego es un deleite constante.
Los enemigos, desde ninjas hasta robots demoníacos, están diseñados con mimo y personalidad. Ahora bien lo que se lleva la palma es nuestro héroe: la animación de Joe, corriendo por paredes y desenvainando su espada, es puro deleite visual.
La música, por su parte, es un homenaje a los sintetizadores de los 90, con temas que elevan la tensión y celebran la épica ninja. Es imposible no sentir escalofríos al entrar en combate con una melodía que parece sacada de una película de samuráis cyberpunk. El diseño sonoro, desde el silbido de una shuriken hasta el estruendo de una explosión, está cuidado al milímetro. Siendo, en conjunto, el trabajo más valiente y mejor de los franceses de Lizardcube hasta la fecha. Y eso son palabras mayores.
Lecciones del pasado, visión del futuro. ¿El mejor juego de ninjas de 2025?
Shinobi: Art of Vengeance es el retorno triunfal de Joe Musashi y la manifestación del espíritu de esa SEGA que, más que una marca o un logo, era un modo de entender el entretenimiento a los mandos. Ofreciendo un auténtico festival de combates vertiginosos envuelto en una estética vibrante y cuidada, elaborada con un mimo artesanal. Siendo perfectamente conscientes de que solo a través de los pequeños detalles se puede aspirar a la auténtica excelencia. Lo que separa los mejores juegos del resto. Algo que los franceses han vuelto a lograr.
Art of Vengeance es mucho más que la suma de sus partes: supone un conjunto de aciertos encauzados en revitalizar la saga, pero que se ha ejecutado con maestría y sin perder jamás la perspectiva: ser deliciosamente reverencial con el legado anterior. Ofreciendo un nuevo Shinobi para los fans de siempre, y los que simplemente buscan un nuevo reto tras juegazos como Silksong o Ninja Gaiden: Ragebound.
Porque en un año repleto de lanzamientos de alto calibre, Shinobi: Art of Vengeance se alza como un imprescindible para los enamorados de la acción en scroll lateral. ¿Su secreto? El modo en el que Lizardcube se apoya sobre lo conquistado en sus dos trabajos previos incluyendo el intachable estilo visual que comenzó a despuntar con Wonder Boy y el empeño por hacer evolucionar la jugabilidad de Streets of Rage 4. Llevando sus lecciones aprendidas al siguiente nivel. Eso sí, siendo generosos al salpicar de nostalgia, clichés y guiños bien repartidos cada uno de los escenarios que atravesaremos.
Como resultado, Shinobi: Art of Vengeance no es solo un gran juego acción. Es una sensacional celebración de los videojuegos de ninjas. Una muestra de cómo el pasado puede inspirar el futuro, y una de las experiencias más completas, intensas y bellas que nos ha regalado el año del ninja. fusionando mecánicas modernas con el auténtico legado de SEGA sin caer en la trampa de la sobrecomplicación ni en el fanservice vacío. Dejando claro que Joe Musashi ha vuelto… y lo ha hecho para quedarse.
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La noticia Cuando el ninjitsu se convierte en poesía: Shinobi: Art of Vengeance es la brutal evolución de la acción Made in SEGA fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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