Las discográficas están otra vez en la ardua tarea de detener las olas con los brazos, con su reiterado argumento de que lo suyo es suyo y de nadie más, y nadie, especialmente El Progreso (así, con mayúsculas) tienen derecho a quitarles su pastel. Así que llegan unos científicos locos y consiguen hacer realidad lo […]
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