La Palma, sede del Foro 100xCiencia, es un ejemplo de que la ciencia puede salir de su torre de marfil para ser bandera del turismo de las Islas Canarias.
La llegada de John Kerry a España ha dejado imágenes curiosas. La reunión mantenida ayer por la tarde entre el secretario de Estado de EEUU y José Manuel García-Margallo, se saldó con el regalo de una guitarra española por parte del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Un instrumento que simboliza en buena medida nuestra riqueza musical, pero que fuera de nuestras fronteras puede ser interpretado de manera simplista, sin que España haga esfuerzos por evitarlo.
Los toros, el flamenco, la sangría y el fútbol son las cuatro señas de identidad del turismo nacional, o al menos los estereotipos más asociados con nuestro país. Un paseo alrededor de la Puerta del Sol de Madrid o por las Ramblas de Barcelona nos mostrará los productos más codiciados por los turistas. Figuras de tonadilleras y toreros, delantales con lunares o camisetas del Barça y el Real Madrid son algunos de los regalos que pueden adquirir.
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Sin embargo, hay un lugar en España donde el turismo no se basa en figuras de flamencas y toros. Un rincón en el que la ciencia ha salido de su "torre de marfil" y se ha instalado en la imaginación popular, convirtiéndose en un símbolo que les enorgullece. Ese lugar es La Palma, en las Islas Canarias, donde tuvo lugar recientemente el Foro 100xCiencia. Con el objetivo de reunir a los Centros de Excelencia "Severo Ochoa" con periodistas y comunicadores, la isla se convirtió en el escenario de la mejor investigación española.La isla de La Palma es uno de los mejores enclaves del mundo para la observación astronómica
Un paseo por el centro de Santa Cruz nos devuelve imágenes curiosas, muy diferentes a las encontradas en otras ciudades españolas. En la Plazuela del Muelle, justo en la entrada de la calle O’Daly, nos topamos con la vivienda del comerciante Guillermo Cabrera Gutiérrez. En su pared meridional, un cartel comercial de nitrato de chile nos sorprende.
La obra, pieza maestra del Art Déco, fue creada por el entonces estudiante Adolfo López-Durán Lozano en 1929. El madrileño, que posteriormente sería nombrado catedrático de Dibujo de Formas de la Escuela Superior de Arquitectura, diseñó el anuncio del fertilizante a base de nitrato de sodio, que sería fabricado por la casa de azulejos valenciana Ramón Castelló.
Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma
La publicidad del fertilizante no es el único símbolo de la isla. Más allá de la química y la agricultura, La Palma ha destacado por ser uno de los mejores enclaves del mundo para la investigación en astrofísica. La localización del observatorio del Roque de los Muchachos, al norte de la isla y a una altura de 2.406 metros, facilita la observación astronómica.La sociedad palmera ha reivindicado como señas de identidad turísticas propias avances científicos de la isla
Las nubes se encuentran bajo la instalación científica, ya que el régimen de los vientos alisios hace que se sitúen a 1.800 metros. El agua que rodea la isla también favorece que la degradación de la atmósfera sea baja, en otras palabras, que podamos contemplar un cielo más "transparente". La baja contaminación lumínica de La Palma, promovida con medidas como la Ley del Cielo, es otra de sus señas de identidad.
Estas condiciones han posibilitado que en el Roque de los Muchachos se instalen algunos de los mejores telescopios del mundo, uno de ellos inaugurado recientemente con la presencia del Nobel de Física de 2015. Lejos de hacer que estos avances científicos estuvieran alejados de la ciudadanía, la sociedad palmera ha reivindicado como propios estos símbolos.
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A lo largo de la calle O'Daly podemos encontrarnos con numerosas tiendas con regalos turísticos relacionados con la ciencia de La Palma. Camisetas con constelaciones estelares, imanes con telescopios y otros símbolos relacionados con el cosmos son algunos de los productos que los visitantes pueden adquirir. El ejemplo de la isla muestra que es posible potenciar un desarrollo económico sostenible, en el que la ciudadanía se enorgullezca de la bandera de la I+D+i.
Junto a las playas negras de origen volcánico, la caldera de Taburiente, el mojo picón o la espectacular riqueza de flora y fauna son otras señas de La Palma, también conocida como la isla bonita. Una isla que no llega a los 87.000 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2008, pero que bien vale como modelo para exportar a otras regiones de España.
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