Para enero de 1984, Spider-Man ya se había enfrentado a todas las amenazas imaginables. El Dr. Octopus, Lagarto, el Hombre de Arena, el Duende Verde, Buitre y una galería extensa de villanos habían pasado por las páginas de The Amazing Spider-Man, Marvel Team-Up y The Spectacular Spider-Man. El trepamuros se las sabía de todos los colores y nada podía sorprenderle.
¿Tener que pararle los pies una vez más a Shocker? Lo puede hacer durante el desayuno ¿Liarse a guantazos con Escorpión? Otro día en la oficina. Con todo, la llegada del traje negro proveniente de las Secret Wars estaba a punto de llegar, pero antes de tamaño macroevento, Peter Parker tuvo que enfrentarse a una de las situaciones más difíciles de su vida.
Todo sucedió durante los eventos de The Amazing Spider-Man #248, un número que relata el final de la pelea entre el cabeza de red y Bola de Trueno. Una lucha que provenía del número anterior y a la que habían dado inicio tanto Roger Stern al guion, como John Romita con sus espectaculares ilustraciones. En realidad, la historieta no tiene mayor trascendencia, ya que se convierte en una batalla clásica del héroe que se salda con su victoria y un regreso a casa sin ningún tipo de agradecimiento de las autoridades.
El pan de cada día, salvo por la segunda parte del cómic, el cual da sentido a la portada de Romita. En ella podemos ver a un muchacho viendo una imagen del combate entre Bola de Trueno y Spider-Man, junto al anuncio de que conoceremos a "El chico que coleccionaba Spider-Man", y a partir de este punto se nos explica quién es. A través de diferentes recortes del periódico Daily Bugle, el periodista Jacob Conover relata su encuentro con Tim Harrison, el joven al que visita el lanzarredes en su habitación.
Apenas nueve años tiene Tim y en ese tiempo que ha demostrado una enorme pasión hacia su superhéroe preferido, por lo que su encuentro inesperado le pilla con la guardia baja. Peter no duda en demostrar sus superpoderes al elevar la cama con él encima con una sola mano, por lo que el chico, una vez convencido, procede a enseñarle todos los recortes de periódico y recuerdos que ha acumulado sobre Spider-Man. De hecho, posee hasta el primer artículo que se le dedicó al enmascarado, gracias a que una señora que conocía su padre acumuló publicaciones del Daily Bugle durante años.
Fotos, reportajes y hasta vídeos sobre sus apariciones en televisión; Tim demuestra que es un fan incondicional con muchas preguntas, por lo que se arranca a preguntar cómo obtuvo el trepamuros sus poderes. Peter, sin ningún tipo de reparo, relata la mordedura de la araña radiactiva, así como el funcionamiento de sus lanzarredes. Crea un columpio para Tim mientras le sigue detallando sus habilidades, pero el crío quiere saber por qué se ha dedicado a luchar contra el crimen, en lugar de aprovechar sus poderes para amasar una fortuna.
Spider-Man continúa con su sinceridad y le relata el triste incidente que terminó con la vida del Tío Ben, sin mencionarle, y cómo ese hecho cambió su perspectiva sobre el sentido de la responsabilidad. Tras la emotiva pausa, la conversación regresa a cómo el superhéroe es capaz de esquivar disparos de bala, ya que Tim las sacó de una pared después de que Spider-Man lograse detener a unos ladrones en un banco. J.J. Jameson también forma parte de la charla, pues ambos se ríen al recordar cuando el editor del Daily Bugle creyó que Electro era el cabeza de red.
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Tim, en unos de los recortes de Conover, admite que le gustaría poder leer titulares más favorables hacia Spider-Man, pero al mismo tiempo celebra que el diario cubra tanta información sobre él; de esta forma, consigue todo el material que desea. Muchas risas y diversión es lo que viven ambos personajes, aunque Spider-Man decide retirarse, no sin antes arropar a Tim para irse por la ventana por la que entró. Sin embargo, el jovencito tiene una última pregunta que hacerle.
"Spider-Man, ¿me dirás quién eres realmente?", pregunta Tim, a lo que Spider-Man replica que no puede desvelarle la verdad, ya que conocería su mayor secreto y correría muchos riesgos con ese conocimiento en su poder. A pesar de ello, en el último instante, se quita su máscara y le revela que en realidad es Peter Parker, el fotógrafo encargado de venderle las innumerables imágenes de Spider-Man a Jameson durante años. Tim alucina y promete que jamás revelará su identidad secreta a nadie, por lo que los dos se funden en un abrazo mientras una lágrima le recorre la mejilla a Peter.
"Cuídate, Tim", dice Spider-Man mientras se lanza de nuevo a la noche, pero se detiene en el muro exterior de la casa en la que se encuentra Tim y se lleva la mano al rostro, apesadumbrado. Un cartel en él revela que en realidad el héroe se encuentra en Slocum-Brewer, una clínica contra el cáncer, y el último recorte de Conover desvela el detalle clave que Stern no había desvelado hasta ese momento.
"El chico que coleccionaba Spider-Man" es una de las historias más conmovedoras y aplaudidas que jamás haya tenido el superhéroe de Marvel. Son más de 60 años de vida los del trepamuros y Roger Stern puso el listón muy alto para una escena en la que no existe villano alguno, Peter jamás pelea y simplemente tiene una cálida charla con su mayor fan. Y es por estos detalles que se mide el valor de un auténtico héroe.
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La noticia Cuando Spider-Man demostró ser un héroe verdadero sin derrotar a un villano y sin su icónica máscara fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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